Éste es un caso donde las víctimas son dos niños que desaparecieron cuando ambos se encontraban con un familiar que se había quedado esperándolos en una lavandería, situada a 50 metros de donde estaban, mientras ellos iban a un supermercado a comprar unos bocadillos.
No volverían a aparecer, por lo que a las pocas horas sus padres presentaban una denuncia en la comisaría de Policía del distrito. Lo que se creía es que los dos se habían marchado de forma voluntaria, con unos 15 euros en los bolsillos según comentaron sus familiares en un primer momento.
Tras la necropsia los padres no quedaron conformes con los datos que ésta arrojaba y comentaron a los medios que iban a solicitar una segunda prueba pero luego se aclaró que el análisis daba una conclusiones preliminares, que son las que se compartieron con la familia, y que el estudio toxicológico tarda un par de meses en conocerse. Será gracias a éste cuando tengan más datos sobre lo que le sucedió a su hijo. No siempre sucede pero los expertos han concretado que a veces esos análisis finales cambian un poco lo que dice el estudio inicial.
Tras la identificación del cuerpo también por la familia, que en este caso pudo realizarse gracias a un tatuaje que tenía el chico, se procedió a su entierro dos días después.
Desde algunos medios de comunicación se comenzó a comentar que el móvil del crimen podría deberse a un ajuste de cuentas entre clanes gitanos, ya que la víctima lo era, pero fueron tanto los familiares como algunos activistas gitanos quienes pidieron que no desviaran la atención de la investigación que se estaba llevando a cabo. Los chicos, según afirman, no tenían problema con nadie y su familia era muy conocida en el barrio.
También se habló de que Fernando, que se acababa de casar y esperaba un hijo, había ido a visitar a una antigua pareja que tenía en Toledo pero se ha probado que la chica y él no tuvieron ningún tipo de contacto durante los días en que los primos desaparecieron.
Nada más hallarse el cadáver de Fernando en el Ecoparque de Toledo se inició un dispositivo de búsqueda para intentar encontrar a Ángel, el pequeño de 11 años.
Sin embargo, los investigadores se vieron obligados a pausarlo casi inmediatamente debido a la peligrosidad que suponía la búsqueda.
Por eso, durante los días previos al 26 de diciembre la Policía Nacional se ha reunido con varios expertos para diseñar un plan que no ponga el riesgo la vida de nadie, puesto que se trata de una operación de gran complejidad.
El vertedero recibe una media de 600 toneladas de basura al día y muchos de los residuos que hay desprenden gases tóxicos. Es por eso por lo que los operativos que participen, que será un amplio número, deberán llevar unos trajes espaciales, unos EPI, que les impida inhalar dichos gases.
Además, junto a ellos habrá en todo momento un camión de bomberos y una ambulancia por si se produjera cualquier accidente, ya que podría haber una fuga o un desprendimiento. La Policía también necesitará una maquinaria especial de la que no disponía con anterioridad pero que ya está operativa para su uso.
Se ha suspendido la actividad de esta estación de residuos durante los días en que tenga lugar la búsqueda con la que se espera encontrar al pequeño. No obstante, también estiman la posibilidad de que el menor haya pasado por la cinta de recliclaje sin que nadie se hubiera percatado.
De forma paralela a lo que está sucediendo, la Sociedad Gitana Española ha pedido al Ministerio de Interior que se involucre en la búsqueda del menor como ya se ha hecho en casos como el de Diana Quer o el accidente del pequeño Julen. Mientras tanto,desde las versiones científicas que aporta el especialista en conducta social y forense criminólogo, Pedro José Forte, sostiene que los chicos tal como aporta la versión oficial de la policía nacional, se refugiaron dentro de un contenedor, debido a las bajas temperaturas para resguardarse del intenso frío durante la madrugada y el desprendimiento de olores tóxicos y gases, influyeron en la asfixia tanto de Ángel cómo de Fernando, el sistema de recogidas de residuos hizo que en el proceso de vertido y la introducción de los cuerpos en el camión de basura, sufrieran las comprensiones y aplastamientos, esto explica el mal estado del cuerpo del chico hallado en Toledo, Fernando, y también se encontró en la misma situación el otro chico, Ángel. Las autopsias confirmaron todas estas conclusiones aportadas.
Cuando salió la noticia de la desaparición de los chicos, la familia de la ex novia de Fernando, Lucía, decidió desaparecer por temor a represalias pero previamente pintaron por completo el piso.
Los pisos que tenían ocupados son precintados por la Policía Nacional, lo que hace saltar las alarmas y preguntarse si llegaron a estar ahí los pequeños.
La familia de Ángel y Fernando nunca creyeron la versión de la policía, y sospechan que algo ocurrió en ese piso. Es por ello que contrataron a un detective privado.
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