Irina Gladkikh fue sentenciada a cuatro años y medio de prisión por intentar vender la virginidad de su hija de trece años a un pedófilo adinerado. Las autoridades cazaron a la condenada, exmodelo de 35 años, cuando pactó que la menor mantuviera relaciones sexuales con un hombre a cambio de 19.000 libras, unos 21.200 euros. El presunto pedófilo era, en realidad, un policía infiltrado.
Durante la negociación con el presunto comprador, la madre, que en el pasado ejerció la prostitución, envió al interesado fotografías de carácter sexual de su hija e incluso aseguró poseer un certificado que demostraba la virginidad de la niña. Dos personas más la ayudaron para que la venta de los “servicios sexuales” -como la madre se refirió en el juicio- se llevara a cabo. Se trataban de una amiga de la condenada, que fue la responsable de contactar con el presunto comprador, y una segunda persona, que estuvo al tanto de la operación y la apoyó. Sendas personas han sido condenadas a tres años y medio de cárcel.
Una de las cómplices se dispuso a acompañar a la madre hasta un restaurante de Moscú, donde tenían pactado reunirse con un supuesto hombre rico interesado en pagar por tener sexo con la menor. Las autoridades, sin embargo, la detuvieron antes de que cogiera un vuelo con destino a la capital.
Durante el juicio, celebrado en un tribunal de Lyublinsky, Gladkikh reconoció los hechos. “Vinimos a Moscú para conocer a un hombre rico con el objetivo de obtener ayuda económica después de proporcionarle servicios sexuales por parte de mi hija”.
Las autoridades determinaron, además de la sentencia de prisión, retirar a la mujer la custodia de sus dos hijos. Los dos menores fueron a pasar a manos con su abuela, que fue designada como su tutora legal.
El plan de Irina Gladkikh para vender la virginidad de su hija contempló la toma de fotografías donde la menor se mostraba completamente sexualizada e, incluso, la madre obtuvo un certificado médico que probaba que la adolescente era virgen.
Tras su detención confesó: “A las 7.35 mi hija y yo volamos a la capital de Rusia. Vinimos a Moscú para conocer a un hombre rico, con el fin de obtener ayuda financiera a cambio de los servicios sexuales de mi hija".
Gladkikh también se desempeñó en el rubro de las tecnologías de información y como agente de bienes raíces.
Durante la negociación con el presunto comprador, la madre, que en el pasado ejerció la prostitución, envió al interesado fotografías de carácter sexual de su hija e incluso aseguró poseer un certificado que demostraba la virginidad de la niña. Dos personas más la ayudaron para que la venta de los “servicios sexuales” -como la madre se refirió en el juicio- se llevara a cabo. Se trataban de una amiga de la condenada, que fue la responsable de contactar con el presunto comprador, y una segunda persona, que estuvo al tanto de la operación y la apoyó. Sendas personas han sido condenadas a tres años y medio de cárcel.
Una de las cómplices se dispuso a acompañar a la madre hasta un restaurante de Moscú, donde tenían pactado reunirse con un supuesto hombre rico interesado en pagar por tener sexo con la menor. Las autoridades, sin embargo, la detuvieron antes de que cogiera un vuelo con destino a la capital.
Durante el juicio, celebrado en un tribunal de Lyublinsky, Gladkikh reconoció los hechos. “Vinimos a Moscú para conocer a un hombre rico con el objetivo de obtener ayuda económica después de proporcionarle servicios sexuales por parte de mi hija”.
Las autoridades determinaron, además de la sentencia de prisión, retirar a la mujer la custodia de sus dos hijos. Los dos menores fueron a pasar a manos con su abuela, que fue designada como su tutora legal.
El plan de Irina Gladkikh para vender la virginidad de su hija contempló la toma de fotografías donde la menor se mostraba completamente sexualizada e, incluso, la madre obtuvo un certificado médico que probaba que la adolescente era virgen.
Tras su detención confesó: “A las 7.35 mi hija y yo volamos a la capital de Rusia. Vinimos a Moscú para conocer a un hombre rico, con el fin de obtener ayuda financiera a cambio de los servicios sexuales de mi hija".
El historial criminal de Irina Gladkikh
Irina Gladkikh contó con la ayuda de dos cómplices, quienes fueron identificadas como Yelena Anisimova y Alina Kukanova ,ambas de 25 años de edad. Una de ellas fue quien se encargó de contactar con el supuesto comprador. Las tres mujeres ya tenían experiencia como trabajadoras sexuales.Gladkikh también se desempeñó en el rubro de las tecnologías de información y como agente de bienes raíces.
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