Cuando en el año 2000 cumplió dos años en prisión provisional, Francisco Javier Almeida López de Castro, condenado por el asesinato de la agente inmobiliaria María del Carmen López Guergué, renunció a reclamar su puesta en libertad. Como un tribunal debía examinar la pertinencia o no de su continuidad en la cárcel una vez superado ese plazo, el juez ni siquiera se lo tuvo que pensar. El propio Pachi Almeida no se consideraba preparado para regresar a la sociedad e incluso reclamaba un tratamiento médico para los problemas físicos y demonios mentales que padecía.
No era la primera vez que Almeida reconocía en sede judicial sus males internos. Dos años antes en 1998 , había confesado en la Audiencia Provincial su incapacidad para sujetarse: «Tengo un instinto que no puedo dominar. Nunca he tenido una relación normal con una mujer». Él llego a sostener que era impotente porque había sido operado de un testículo, pero los médicos descartaron no solo la impotencia sino que Almeida sufriera algún tipo de parafilia. «Una cosa es la conducta anormal y otro el tipo de personalidad y de mente; no hay nada que diga que no puede controlarse. Sabe lo que hace y cuando lo hace es porque quiere».
Pachi Almeida da la impresión de ser una persona introvertida, aunque en la distancia corta, cuando cogía confianza con su interlocutor, se transforma en un hombre expansivo e incluso lenguaraz. Desde su juventud arrastró fama en el vecindario de ser un tipo turbio, cuyo trato era mejor evitar. Su padre se suicidó veinte años atrás y su madre falleció en 2008. Aunque padece una sordera severa, había cursado hasta cuarto de solfeo en el conservatorio oficial de música, y poseía un elevado cociente intelectual. En sus primeros años en prisión, se quejaba de que casi todo el dinero que ganaba trabajando en los talleres ocupacionales de la prisión se lo tenía que gastar en audífonos.
Su comportamiento entre rejas siempre fue ejemplar. Su buena actitud en la cárcel, en donde era considerado un preso de confianza, le permitió beneficiarse de la libertad condicional tras haber cumplido las tres cuartas partes de la condena.
El vecino de la población riojana de Lardero que el jueves 28 de octubre del 2021 por la tarde, estranguló hasta la muerte a Álex, un niño de 9 años al que minutos antes había raptado con engaños de un parque próximo, le hizo creer que iba a enseñarle un cachorro y estaba desde abril de 2020 en libertad condicional, situación que se le concedió pese a llevar casi tres décadas consecutivas en la cárcel por ser un agresor sexual reincidente y un asesino.
Francisco Javier Almeida López de Castro, de 54 años, cruzó la puerta de salida de la cárcel de Logroño el 8 de abril del 2020, después de 21 años, 7 meses y 13 días encerrado entre esta prisión y la cántabra de El Dueso, tiempo durante el que no logró permiso penitenciario alguno por la oposición de la Fiscalía. 568 días después, cuando aún no había liquidado la condena de 30 años de cárcel por violar y coser a puñaladas a una agente inmobiliaria el 17 de agosto de 1998 en Logroño, volvió a matar.
Cuando se acercó a Álex y a otra menor en el parque Villa Patro de esta población de diez mil habitantes colindante con Logroño, donde los pequeños se habían separado minutos antes de sus padres y de otros amigos, con quienes participaban en una celebración, al pedófilo aún le restaban casi dos años, hasta el 17 de agosto de 2023, para extinguir su condena.
Pachi Almeida, apodado Mortadelo por los presos de El Dueso, invitó a los menores a acudir a su casa, situada en un tercer piso de un edificio a unos 100 metros- para enseñarles un cachorro de perro, pero solo logró engañar al niño. La víctima, iba disfrazada como la niña de la película 'El Exorcista'. Al llevar ese disfraz, el depredador sexual lo confundió con una chica, como las que atacó en el pasado y acosaba en la actualidad.
Los padres alertaron al 112 y junto a otros vecinos de la zona iniciaron la búsqueda por su cuenta, primero en el inmueble del número 6 de la calle Río Linares y después en el número 5. Al llegar a la tercera planta encontraron al homicida con el menor en brazos sin sentido. Les dijo que se lo había encontrado desmayado. Pero lo cierto es que lo acababa de asfixiar.
Nada se pudo hacer por la vida de Álex, que murió en la misma escalera del crimen. Pachi Almeida es un agresor reincidente. Al crimen de la agente inmobiliaria hay que sumar otro antecedente delictivo, el abuso sexual cometido el 5 de octubre de 1989, también en Logroño, sobre una menor de 13 años, entonces vecina suya, a la que interceptó en la calle y trasladó a su piso para asaltarla. Fue condenado en 1990 a siete años de prisión. Salió en 1997 y en aquella ocasión también fue breve su libertad. Poco más de un año después cometió su primer asesinato, el 17 de agosto de 1998 sobre María del Carmen López Guergué.
Pachi Almeida en la reconstrucción de los hechos del 29 de octubre de 2021
La presencia de Francisco Javier Almeida en este barrio de Lardero no había pasado desapercibida para los vecinos de la zona, algunos de los cuales reconocieron estar vigilantes cuando lo veían en el mismo parque en el que el jueves 28 de octubre del 2021 comenzó la tragedia. De hecho, vecinos del jardín alertaron a la Policía Local dos semanas atrás, de que este hombre había tratado de convencer sin éxito a una chica de 12 años para que fuese a su casa. El lunes 25 de octubre, otra madre presentó una denuncia en la Guardia Civil asegurando que en el colegio Villa Patro de Lardero un varón invitó a su niña a ir a jugar con su hija a su casa, a lo que la pequeña no accedió.
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