Éste es un caso donde en la práctica, el violador todavía está impune por sus actos cometidos y donde a día de hoy todavía no ha sido posible procesarle por sus actos, sin embargo en la ciudad lo pueden comparar a otros casos sucedidos en otros años. como el caso de Maite Santos o la violación en el edificio Príncipe de Asturias ocurrido en el calle Francisco Pizarro.
Francisco Gabriel Fernández de la Hoz, nacido en Almendralejo, provincia de Badajoz, en el año 1972, cursó sus estudios de malos modos, repitiendo varias veces durante sus años en el colegio público Montero de Espinosa. Su historia puede decirse que empezó a desviarse cuando a la edad de 14 años, quedó huérfano de madre, era en 1986 y la pérdida de su progenitora le marcó afectivamente, quedando solo en la vivienda junto a su padre y un hermano más mayor que Francisco Gabriel.
En ese período puede decirse que fue experimentando cambios en su psicología, se volvió un niño adolescente retraído, con afinidades y hábitos de cierto modo extraña. Era asiduo de perseguir a gatos, corriendo tras ellos , junto a más niños de su barrio, a través del entonces sin construir parque de las Mercedes, entre pequeños riachuelos y huertos, hasta darles caza y proceder a macabras torturas, sacándole los ojos a los infelices felinos. A ranas, crías de ranas, lagartos y pequeñas lagartijas, las seccionaba, las quemaba en hogueras de dimensiones reducidas.
Hasta que un día en concreto, a raíz de una reunión de vecinos de la Barriada de Las Mercedes y por entonces en el año 1988, presidida por José María Cañón, propietario de Autoservicio Cañón, más conocido como el comercio de Jose Mari, en la citada cita se puso por encima las quejas y valoraciones de una decena de padres y madres que instaban a recoger firmas a favor de acudir colectivamente a las dependencias de la comisaría de policía nacional a interponer denuncia contra Francisco Gabriel Fernández de la Hoz, porque así entendieron por medio de los relatos de sus hijos, donde atribuyeron unos hechos sucedidos dentro del pequeño edificio donde residía el presunto autor.
Lugar de los hechos,edificio pintado de zócalo verde |
Dicho edificio se ubica en la esquina transversal de la calle Condesa de Torreseca y Coronel Fernandez Golfin, en paralelo justo con el mencionado comercio de José Mari, cuya manzana también acoge la Avenida de Goya. De entre la docena de niños, de edades comprendidas entre los 11 y 12 años, la mayoría eran del núcleo de la vecindad, que residían en las aledañas calles de Manuel Antolín, calle Las Mercedes y grupo de las 300 viviendas.
Entre las confesiones de estos niños, quienes en la actualidad ya sobrepasan los 40 años de edad, con familias e hijos, se sacó a escena donde el autor dentro del portal de su edificio procedió a violar vía anal de forma sigilosa bajo las escaleras del inmueble , entonces de 4 viviendas, siendo dos abajo y otras dos en la planta superior.
Los señuelos usados eran sencillos, atraía para poder jugar con juegos de mesa que en aquellos años causaban furor, las tendencias y modos eran muy distintas a las actuales.Dos de las confesiones efectuadas relatan que antes de estas agresiones eran forzados a masturbar al violador, obligando a eyaculaciones y amenazando una vez concluidas las penetraciones bajo las escaleras citadas.
En el proceder de los años, estas personas fueron acumulando informaciones, vías de apoyo a través de instituciones religiosas y servicios sociales, donde llegado el año 1999 se instó a un procedimiento de investigación hacia Francisco Gabriel Fernández de la Hoz. Las sospechas se volvieron alarmas en el momento en que las confesiones estuvieron apoyadas por un número de más de 10 personas declarando haber sido violadas en ese edificio y durante esas fechas comprendidas entre 1986 y 1991. De tomar las últimas fechas estaríamos hablando de unos hechos donde el violador ya gozaba de mayoría de edad y donde sus víctimas siempre eran niños menores de 15 años.
Teniendo acceso a dicha lista, doce son las víctimas que sufrieron las violaciones anales, en la lista se puede extraer los nombres y apellidos únicamente con sus iniciales, es la siguiente que se muestra;
P. C.H.
L.S.V.
P.P.M.
P.C.G.
B.A.P.
P.F.C.
J.J.G.M.
M.G.L.
F.B.S.
L.G.T.
J.M.S.C.
P.M.A.Z.
Entre las denuncias más insistentes se encuentra las de una persona que en la actualidad regenta un popular local de comidas, un negocio que siempre goza de gran servicio, en unas declaraciones que se llegó a alcanzar públicamente y se logró extraer la versión mas infundada y que se puede dejar leer desde aquí.
Redacción; Buenos días señor, en este diálogo y bajo su consentimiento, queremos conseguir entender durante cuánto tiempo estuvo usted siendo víctima de dichas agresiones sexuales, hasta qué punto se llegó tales extremos.
Víctima; Buenos días, en mi caso, no sé cómo estaría en el de los demás, aunque si he conversado con varias de estas personas también víctimas, sufrí las violaciones de modo anal durante dos años, aproximadamente entre 1987 y 1989, siempre bajo las escaleras de su edificio, dos veces dentro de su vivienda.
R; ¿Se entiende que en un principio ninguna de estas personas se atrevió a denunciar aunque sí se había hablado con las respectivas madres, el paso de los años también dio motivo a obtener mejor asesoramiento?
V; Exacto, a través de los respectivos profesionales en los que varias de estas personas y en mi caso, estuvimos tratados, apoyados por la familia y también con una mejor adecuación legal, se hizo posible dar estos pasos para denunciar al violador.
R; ¿Las agresiones eran forzadas, o tal vez eran iniciativas que comenzaban con tácticas de engaño?
V; A veces, la mayoría, eran iniciativas inocentes, de no saber qué se estaba haciendo, en mi caso no sabía que esas violaciones eran delito, sentía dolor, un trauma de sentimientos que llegaba a calificarlo como de culpa mía, por ser descubierto, por las amenazas.
Fotograma realizado por Francisco Gabriel Fernández de la Hoz |
R; ¿Por qué ese violador no ha sido procesado judicialmente?
V; La gravedad de los hechos las pudimos asimilar cuando ya estábamos en la edad adulta, es decir, cuatro o cinco años después de los hechos aproximadamente en mi caso, en el de las demás personas tuvieron que pasar algún año más, obtener una asesoría, un tratamiento psicológico que llegase a reflejar lo sucedido, y reunir unas investigaciones que finalmente fructificaron cuando se pudo comprobar que no sólo estaba yo, sino hasta doce víctimas más.
R; ¿En algún momento Francisco Gabriel Fernández de la Hoz ha estado declarando contra todo esto?
V; Que yo sepa, que pueda saber, sí, hasta incluso se le llegaron a abrir procedimientos, pero claro está, son unos sucesos que ya se nos antoja muy lejanos, de hace más de 30 años.
R; ¿Usted vivía muy cerca del agresor? ¿lo podía ver o cruzarte con él todos los días?¿Se ha logrado obtener alguna vez alguna prueba directa donde pueda tener un peso judicial de incriminación hacia el violador?
V; Si, de hecho sigo viviendo en la misma calle, pero este sujeto hace un tiempo creo que se fue a vivir a Madrid.Pruebas directas he conseguido las que todas las personas denunciantes han coincidido con mi misma situación.
R; Francisco Gabriel Fernández desde muy joven empezó a trabajar para Mesón Casa Agustín, ¿se sabe que estuvo muchos años, el hecho de que se haya ido fuera de Almendralejo, tiene algo que ver con estos procedimientos?
V; Se sospecha que sí, que estaba con la mosca detrás de la oreja y tal vez haya pensado que yendo a Madrid a vivir, estos hechos se pudieran olvidar o enfriar, no sé el motivo por el que dejó su empleo en Mesón Casa Agustín después de muchísimos años trabajando ahí.
R; Pues seguramente haya sospechado algo en torno a estas violaciones o puede ser por otros motivos, algún día se podrá saber, sin embargo, muchas gracias por su testimonio anónimo y desearle el éxito en esta espinosa y traumática causa contra esta persona.
V; Cualquier novedad estaré, espero que junto a las demás personas, dispuesto a dar más detalles de los procedimientos, gracias.
Hay momentos en los que una persona puede visitar el inmueble en el que se produjeron estas violaciones y a pesar de que actualmente está habitado por gente de otra etnia, familias inmigrantes, cuando preguntamos a los vecinos más veteranos del lugar, todos pueden coincidir en lo mismo, Francisco Gabriel Fernández de la Hoz llegó a ser un hombre que inspiraba rechazo, las sospechas sobre estas agresiones siempre estuvieron presentes en la barriada, pero nadie en aquella época supo poner al violador ante la justicia y a veces también no se supo entender a las víctimas. .
El anzuelo de aceptar jugar a los juegos más novedosos del momento, entrar en el edificio y no tener más opción que dejarse violar por vía anal sin llegar a comprender lo que realmente estaba sucediendo, esa era la escena donde Francisco Gabriel Fernández de la Hoz convirtió en su mesa recreativa con niños menores en el interior del portal de su vivienda bajo las escaleras del edificio situado en la esquina de la calle Condesa Torreseca con calle Coronel Fernandez Golfin, una reunión tuvo el prólogo para llegar a alcanzar hasta doce víctimas.
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