miércoles, 21 de junio de 2023

Doble Crímen de Manzanares, Antonio Caba el Ultra y Gaspar Rivera el Ludópata

Cuando las personas están en medio de situaciones personales donde las cuales pueden tener al alcance excesos de dinero, caprichos, lujos, propiedades y diferentes tipos de ocio, mezclándose con el consumo ocasional de estupefacientes, alcohol y drogas en la mayoría de los casos, añadiendo además singulares aficiones hacia el nazismo, ultraderecha,armas,personalidad prepotente y afán manipulador, se llega a entender la creación de seres como los que en el municipio manchego de Manzanares han podido conocer, interactuar e incluso haber sido también víctimas de sus estafas y tratas. El tratante manzanereño Antonio Caba, todo un empresario ultra,fama de estafador, intermediario aficionado a las armas, con la colaboración de su encubridor jubilado,ludópata,amigo de Valdepeñas, Gaspar Rivera, protagonizaron una de las páginas de la crónica negra española más reciente. Los crímenes y asesinatos hacia Juan María González Borrajo en el año 2019 y de Juan Miguel Isla en 2023. Antonio Caba Vázquez era un hombre muy influyente en Manzanares (Ciudad Real), donde nació en diciembre de 1973. Conocido por los vecinos, se ganaba la vida como "corredor de fincas". Se encargaba de comprar y vender terrenos rurales. Por eso Juan Miguel Isla se puso en contacto con él para vender una parcela. Solía referirse a este intermediario como 'el corredor', cuando hablaba con su mujer, Nardy. Ella fue quien denunció la desaparición, el 22 de julio de 2022 al ver que no regresaba. Caba fue detenido en marzo del 2023 como autor de un homicidio doloso después de que la Guardia Civil encontrase el cadáver de la víctima dentro de un pozo en un paraje conocido como Tabla del Cerrillo. Estaba cerrado con una tapa metálica, una barra y un candado. El cuerpo llevaba la misma ropa que la última vez que le vieron, lo que hace pensar que le mataron el mismo día. En el pueblo de Manzanares dicen que este mediador "siempre estaba pensando en los negocios". Los investigadores de la Unidad Central Operativa registraron su domicilio como principal sospechoso. Lo fue desde el principio. Esclarecieron cómo se produjo el crimen. También la pista sobre el paradero de Jesús María González, desaparecido en el año 2019 después de quedar con el mismo hombre. Caba ya estaba siendo investigado por estos hechos. Por eso el caso del empresario de 58 años fue considerado de alto riesgo, una desaparición forzosa, desde el primer momento. En el pueblo circulan algunas fotografías suyas en un grupo de Whatsapp. En una de ellas se le puede ver en un restaurante junto a María Dolores de Cospedal en mayo de 2015, en una comida enmarcada dentro de un acto de campaña del Partido Popular (PP) para las elecciones locales. Antonio Caba Vázquez fue miembro de la ejecutiva del Partido Popular en Manzanares en 2017 junto a la alcaldesa, Rebeca Sánchez Maroto, aunque no ocupaba ningún puesto. Según los vecinos tenía una buena relación con los mandos de la Guardia Civil y se codeaba con el tejido empresarial. Figura como administrador único de: Vazca Industrial SL, Agraria Vazquez SL, Suministros Industriales Buenasmañanas SL y Mantenimientos Industriales Vazan SRL. En su perfil de Facebook se le podía ver disparando un revolver en una galería de tiro. También varias publicaciones en las que pone de manifiesto su afición al ejército y su admiración por el nazismo y la División Azul,todos de índole claramente exterminador. Aún así, no recoge ninguna información sobre su lugar de trabajo, estudios o situación sentimental.
Los investigadores de la Unidad Central Operativa (UCO) reconstruyeron el recorrido que hizo Juan Miguel Isla, a través de su teléfono móvil. El 21 de julio de 2022, sobre las 16:00 horas salió desde la playa de San Juan (Alicante) hacia su finca La Torre, en el Paraje el Hondo, en el punto kilométrico 165 de la A-4 de Término municipal de Manzanares (Ciudad Real). Llegó sobre las 22:30 horas y estuvo hablando por teléfono con Nardy, su esposa, para informarle de que había llegado bien. A las ocho de la mañana del día 22 de julio del 2022 había quedado con 'el corredor', Antonio Caba Vázquez. La mujer intentó llamarle pero no consiguió localizarle. Le envió varios whatssap. Su dispositivo los recibía pero el hombre nunca los llegó a leer. Antes,sobre las 07:20 horas había salido de la finca en su Renault Clio gris. Una cámara grabó a los dos hombres en un mercadillo de Manzanares. Fue la última vez que vieron con vida a Juan Miguel Isla.
El empresario tenía dos empresas a su nombre. La primera, relacionada con el cultivo de hortalizas y de la vid, y la segunda, dedicada a la intermediación en la venta de ropa, muebles y otros productos. Había dejado su coche aparcado en Manzanares. Otra cámara grabó el vehículo cuando abandonaba la localidad en dirección a Membrilla por la carretera N430A unas horas después. No era él quien conducía,sino Gaspar Rivera,el amigo jubilado y ludópata de Antonio Caba Vázquez. Tras seis meses sin noticias, la Guardia Civil difundió las imágenes solicitando colaboración ciudadana para localizar el turismo, Renault Clio gris. Un hombre señaló que había sido abandonado en un descampado a las afueras de Albacete, a 150 kilómetros de aquel punto. El instituto armado supo que Antonio Caba también estaba detrás de la desaparición de Jesús María González Borrajo, un empresario bilbaíno afincado en Manzanares. El hombre de 57 años se dedicaba al negocio de la venta, importación y exportación de máquinas recreativas, así como a la compra-venta de terrenos y reformas de diferentes propiedades. El día de su desaparición en 2019, iba a vender dos Mercedes de alta gama a un conocido suyo por 28.000 euros y a cobrar una deuda de 24.000 euros, según su abogado, Dionisio Pérez Muñoz. El rastro de su teléfono se perdió en la misma finca donde recuperaron el cuerpo de Juan Miguel Isla. Por eso drenaron el pozo para extraer todos los elementos que pudiera haber en su interior. El titular del Juzgado número 2 de Manzanares decretó secreto de sumario y prisión para Gaspar Rivera, el hombre de 74 años, amigo de Antonio Caba y propietario del terreno en el que se encuentra el pozo. Todo hace pensar que él fue cómplice y cooperador necesario. Había sido albañil y desde hacía diez años vivía en un piso okupado con su hijo, que actualmente está en la cárcel por tráfico de drogas.
El asesino material de Isla, Antonio Caba, había ofrecido 25.000 € al jubilado para que llevase el coche hasta Albacete y lo dejase allí abandonado. Pero una inesperada parada para echar 30 euros de gasolina diésel, una pepsi cola y un bollicao para comer algo en el camino, delataron a Gaspar Rivera ante las cámaras de tráfico y, más importante, las de la gasolinera donde repostó el vehículo captaron perfectamente su rostro, ya que hasta entonces era sólo una silueta dentro del coche, pero cuando la Guardia Civil accedió a las imágenes cerró el círculo sobre los autores de los homicidios. Antonio Caba contó a la Guardia Civil que había dejado al empresario Isla en Manzanares donde lo había recogido unas horas antes, pero era mentira. En realidad fue hasta Valdepeñas a buscar a Rivera para llevarlo hasta Manzanares, luego encargó al jubilado que se deshiciera del coche de Juan Miguel Isla. A las 13 horas y 48 minutos las cámaras de la Policía Local de Manzanares grabaron el coche de Isla saliendo por un ramal de la CM9313 en dirección a la localidad de Membrilla (Ciudad Real). A las 13 horas y 54 minutos el coche de Isla entra en la Estación de Servicio Virgen del Rocío, de Membrilla. La Guardia Civil escribió en el informe ante la juez que a las 13 horas y 56 minutos «se baja una persona del puesto de conductor del vehículo, dejando la puerta abierta, abre la tapa del combustible, interactúa con la empleada de la gasolinera y tras repostar entra en la tienda».
Los investigadores accedieron a las cámaras del interior del local, donde comprobaron que «el conductor se aproxima al mostrador», luego «se observa «cómo la empleada de la gasolinera, tras teclear en la pantalla, saca el ticket de la máquina y deposita sobre la balda superior del mostrador un billete de 20 € y varias monedas sueltas. Mientras sucede esta operación, el usuario del vehículo Renault Clio se aleja de la cámara, en dirección a las cámaras refrigeradas, observándose este movimiento a través de la cámara 2, que focaliza la entrada al establecimiento y tiene una imagen más amplia de éste. A las 13 horas y 59 minutos se observa «cómo el usuario del vehículo regresa al mostrador con un refresco en la mano izquierda. Antes de llegar al mostrador, hace una parada ante la estantería en que se encuentra frente a éste y coge un envase de comida (se distinguen las letras BOL) con su mano derecha,era un bollycao. Los investigadores de la Guardia Civil pudieron afinar exactamente los productos durante la investigación con la compra registrada en la caja de la gasolinera. La visualización de esas cámaras fue tan exhaustiva que incluso los agentes vieron como Gaspar Rivera «guarda las monedas sobrantes en el bolsillo derecho y tras arrugar el ticket de esta compra que le da la empleada, éste se agacha para arrojarlo en algún punto situado junto al mostrador». El hombre gastó 30 euros en gasolina diésel (15,39 litros de diésel)y 1,20 euros por un refresco marca Pepsi y un paquete de Bollycao Leche/Cacao por 1,50 euros. A las 14 horas, Gaspar Rivera se sube al vehículo por la puerta del conductor, comenzando la marcha a las 14.01 horas incorporándose a la carretera dirección La Solana. Para intentar no dejar rastro de su paso, el hombre no contestó a las insistentes llamadas de su hijo al teléfono móvil durante ocho horas. Las imágenes de Gaspar Rivera fueron comparadas con otras de su DNI y su carnet de conducir concluyendo que el conductor del coche del empresario fallecido Juan Miguel Isla y Gaspar Rivera, eran la misma persona. El hallazgo del vehículo se produjo la noche del 25 de enero de 2023 tras la llamada de un vecino de Albacete. El 3 de marzo del 2023, tras dejar sus teléfonos en la localidad ciudarrealeña de Membrilla (en el coche de Gaspar Rivera), con el fin de que los investigadores no pudieran fijar sus posicionamientos, iniciaron la comprobación para determinar si la referida finca era objeto de vigilancia policial. Lo que no sabía Antonio Caba es que, en su automóvil, la Guardia Civil había instalado un aparato de escucha, en él quedó recogida la conversación de ambos cuando acudieron a la finca, algo que terminó por señalarles como culpables.
Los policías los llaman "canarios" porque a veces consiguen que los investigados "canten". A Antonio Caba, el intermediario de Manzanares (Ciudad Real), encarcelado por matar al empresario Juan Miguel Isla y al vendedor Jesús María González Borrajo, le colocaron un canario, un micrófono, en el coche que solía usar, un BMW X5. Caba, que se sabía investigado, tomaba muchas precauciones y no hablaba casi por teléfono móvil. Pero cuando se quedaba solo, al volante del coche, pensaba en voz alta. Esos "soliloquios", como los define la Guardia Civil en el sumario del caso, sirvieron para encontrar el cadáver del empresario desaparecido, tirado en un pozo de una finca de Valdepeñas. Y para detener a Caba y a su amigo, Gaspar Rivera, por los crímenes. El 2 de marzo del 2023, un empleado de una inmobiliaria avisa a Gaspar Rivera, el jubilado amigo de Antonio Caba. Le explica que la Guardia Civil anda preguntando por una finca que le compraron al empresario desaparecido Juan Miguel Isla. En un pozo de esa finca está el cadáver del empresario, pero eso aún solo lo saben ellos dos. Tras la llamada de Gaspar, son las 14:35, Caba conduce su coche y no puede contenerse, sabe que la llamada de su amigo les pone en el punto de mira de la Guardia Civil. -"Eres muy tonto, tío, muy tonto, lo que has hecho no tiene nombre, eres tonto y medio, pero si yo lo sabía... Ahora ya, prepárate… pegarte un tiro... Coge el puto coche y acércate, coño, que eres más tonto, a ver qué es lo que pasa. Eres el tonto del pueblo, eres más tonto que un botijo... Ahora ya sí que no te los vas a quitar de encima, ahora ya, ahora es cuando ya, ya me da todo igual, que ya, después de lo que has hecho ahora mismo...". Antonio Caba está furioso con su amigo Gaspar Rivera. Solo ellos dos sabían dónde dejaron el cadáver del empresario desaparecido. Y sin cadáver no habrá delito ni condena. A solas en su coche, siguió pensando en voz alta. No entiende cómo ha podido cometer ese error. Y lo achaca a una debilidad de su amigo. Su pasión por las máquinas tragaperras. Finalmente, esa tarde, Antonio Caba y Gaspar Rivera se encuentran siete minutos en un aparcamiento de una gasolinera de Valdepeñas. Tras el breve encuentro, Caba vuelve a coger el coche. Cree que, en cualquier momento pueden descubrir dónde está el cadáver del empresario desaparecido y detenerlo. Y vuelve a hablar consigo mismo pensando que nadie le escucha. Pero el micrófono instalado por la Guardia Civil lo está grabando todo. -"Bueno, Antonio, hasta aquí hemos llegado, amigo mío. Hasta aquí hemos llegado, pues hasta aquí hemos llegado, amigo". Al día siguiente, Caba y Gaspar van a ver si hay guardias civiles en la finca donde está escondido el cadáver de Juan Miguel Isla. No llevan teléfonos móviles para evitar dejar rastro. Así lo dicen en el coche. Y así queda registrado. -"Hay que tener cuidado con ese mierda... Nos acercamos ahora que no llevamos móviles, un momento. Vamos a acercarnos un poco, es que ahora mismo, viernes por la tarde... Vámonos, vámonos y que sea lo que Dios quiera". Guardias Civiles de la UCO les siguen los pasos. En el informe recogido en el sumario del caso escriben: "La única finalidad que les conduce a desplazarse por la autovía A4 en sentido Andalucía rebasando la localidad de Valdepeñas para cambiar poco después de sentido es visualizar la parcela ubicada en el polígono 97 parcela 123 de la que existe contrato de compraventa por Antonio Caba con fecha 20 de julio de 2022". Caba y Gaspar realizan dos paradas con el coche a la altura de la finca. Caba reduce la velocidad para pasar más despacio y poder ver con nitidez si hay guardias civiles dentro de la parcela. Cinco días después, el 8 de marzo del 2023, Antonio Caba regresa a la finca, de nuevo va sin su teléfono móvil. El dispositivo colocado en su coche lo capta otra vez hablando solo, "como en soliloquio, reflejo de la inquietud o desasosiego que la situación le está generando", escriben los guardias civiles. Está muy desanimado y pesimista. Falta muy poco para que decidan registrar esa finca. A las 10:48, Caba dice en voz alta: -"Esto está ya, listo para sentencia". El 14 de marzo, la Guardia Civil registra la finca. Está presente Antonio Caba, uno de los dueños. Antes de entrar, un guardia civil le ha quitado a Caba un "arma de fuego" y un "arma corta" que llevaba en su coche. Dentro de un pozo van a encontrar el cadáver de Juan Miguel Isla. Gaspar y Caba son detenidos. El primero, el jubilado ludópata, confesará que Caba mató a Isla y luego le pidió ayuda para deshacerse del cuerpo y del coche. Le prometió, dijo, 25.000 euros que nunca le dio. Caba se negó a declarar.
Los huesos del empresario Jesús González Borrajo, de 54 años, desaparecido en Manzanares el 19 de junio de 2019, la última vez que fue visto se encontraba realizando una venta de uno de sus vehículos a un conocido de Antonio Caba, amigo suyo y afamado tratante de fincas en la zona. Caba, de 48 años, está detenido desde mediados de marzo del 2023. Ahora, tras este último hallazgo, se le acusará de la muerte de los dos empresarios, Jesús González y Juan Miguel Isla, de 59 años, que desapareció el 22 de julio del 2022 en la misma zona, en el marco de una compraventa de fincas organizada también por Antonio Caba Vázquez. Los restos de Isla fueron hallados en otro pozo propiedad del intermediario ese 14 de marzo del 2023.

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