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jueves, 21 de abril de 2016

El Insólito Caso Breivik

Caso Insólito;Tribunal de Noruega concede la razón al asesino noruego Anders Behring Breivik.
Breivik fue condenado a 21 años prorrogables de forma indefinida por hacer estallar en el complejo gubernamental de Oslo el 22 de julio de 2011 una bomba, que mató a ocho personas. Justo después se trasladó en coche a la isla de Utoya, al oeste de la capital, donde perpetró una matanza en el campamento de Juventudes Laboristas ,donde murieron otras 69 personas."Debéis morir, debéis morir todos". Son las palabras que, según un testigo que sobrevivió a la matanza en la que fueron asesinadas al menos 84 personas, gritaba Anders Behring Breivik cuando, vestido con un traje de policía para saltarse las medidas de seguridad, comenzó a disparar a los cientos de jóvenes que participaban en el campamento de Juventudes Laboristas de Noruega en la isla de Utoya, en el lago de Tyrifjorden . Un lugar que fue "un paraíso de juventud, ahora transformado en un infierno", según ha dicho emocionado el primer ministro noruego, Jens Stontelberg, al recordar todos los veranos que pasó allí de joven. "Lo que más me duele es que este lugar en el que he estado cada verano desde 1979, en el que he sentido alegría, compromiso y seguridad, ha sido golpeado por una brutal violencia".
Utoya, a unos 40 kilómetros de Oslo, pertenece al Partido Laborista de Noruega desde los años 50. Es allí donde desde los 70 la sección de jóvenes del partido, la Liga de Jóvenes Trabajadores montan campamentos de verano. En esta ocasión había entre 500 y 600 personas, la mayoría jóvenes de entre 16 y 22 años. Uno de ellos, Adrian Pracon, de 21 años, habló con la cadena CNN desde la habitación del hospital donde le atendieron de sus heridas: "Yo y otros dos nos quedamos tumbados boca abajo y sobrevivimos por los cuerpos que pudimos ponernos encima y fingir que estábamos muertos". "Podía sentir su respiración; podía oír sus botas".
También sintió al asesino de cerca Thorbjorn Vereide. Estaba escondido con un grupo de unas 30 personas cuando llegó el asesino. Solo cinco sobrevivieron. "Parecía muy concentrado. La gente esta tirada en el suelo y él les disparaba por la espalda. Disparó a todos dos veces para asegurarse de que morían", ha contado el joven de 22 años al diario noruego DagBladet. Vereide logró refugiarse en una cavidad a la que se accedía desde el mar. "Nos decía a gritos que el peligro había pasado y que saliéramos para que un barco nos rescatara", relata.
Alrededor de las 17.30 del viernes, un par de horas después de la explosión en Oslo, Anders Behring Breivik, llegó a la isla disfrazado de policía para simular que formaba parte del equipo de seguridad. Los asistentes al campamento se encontraban reunidos en ese momento en una gran sala del edificio principal de la isla, donde los organizadores estaban informando sobre el atentado del centro de Oslo.
Según el testimonio de Marie Melgaard, periodista del diarioDagBladet, "el asesino, vestido de oficial de la policía, organizó un encuentro sobre el ataque en Oslo. Casi todos los presentes, excepto los que estaban en las duchas o en las tiendas de campaña, se congregaron a su alrededor para que les contara lo sucedido. 'Reuniros que os voy a contar lo que ha sucedido', dijo. Cuando se acercaron a él, empezó a disparar".
Y comenzó el caos. Durante una hora y media el tirador recorrió la isla a sus anchas, "andando lentamente, sin correr", según varios testigos, hasta que llegó la policía a la isla, en helicóptero y en lanchas, sobre las 19.00. A la reunión asistían 560 jóvenes y estaba previsto que les visitara el primer ministro. Muchos de ellos dormían en la isla con tiendas de campaña. Las imágenes ofrecidas por las televisiones del país mostraban a decenas de jóvenes presa del pánico  intentando huir a nado de la isla. El agua es el lugar hacia el que todo el mundo intentó huir, pero según los testigos, el tirador les siguió hasta la orilla. Los nadadores intentaban salvar la distancia que separa la isla de la costa, aproximadamente un kilómetro. Muchos tuvieron que volver ya que el agua estaba demasiado fría y con sus vestimentas y calzado nadar resultaba demasiado difícil. Otros intentaron esconderse en los arbustos o subir a árboles, "pero también fue tras ellos" según ha contado a la CNN Bjorn Jarle Roberg-Larsen, un miembro del partido.
"De pronto, escuchamos disparos detrás de un montecito", narra en su blog Khamshajiny Gunaratnam, una de los asistentes al campamento en la isla, de 23 años. "Nos dijimos: ¿Qué está persiguiendo aquí? No puede ser otra cosa que un cazador...". "Corrimos y corrimos. Lo peor es cuando supimos que estaba vestido como un policía. ¿En quién íbamos a confiar? Si aviso a un policía, ¿es este el tipo que va a venir a nuestro rescate?" cuenta Gunaratnam.
"Acercaos, tengo información importante, acercaos, no hay nada que temer", dijo el atacante antes de abrir fuego, según ha contado Elise, una niña de 15, a la agencia NTB . Elise se escondió tras una roca y el asesino pasó cerca, según su relato: "La gente corría como loca por todas partes. Él disparaba y disparaba".
La descripción que los testigos han hecho de Anders Behring Breivik , un hombre rubio, de origen noruego, de 1,90 metros y unos 32 años, coincide con la facilitada por la policía. Es de lo poco que ha transcendido sobre el sospechoso. La policía ha confirmado que Behring Breivik tendría vínculos con partidos de la extrema derecha y que fue arrestado en la misma isla, aunque no ha dado más detalles.

El tribunal de Oslo ha condenado este miércoles al Estado noruego por vulnerar los derechos humanos del ultraderechista Anders Behring Breivik al mantenerle aislado en prisión tras ser sentenciado como autor de los atentados del 2011 en los que murieron 77 personas, la mayoría jóvenes que estaban en un campamento de verano, en la peor matanza sufrida en Noruega desde la segunda guerra mundial.
La sentencia, que ha sorprendido a gran parte de la sociedad noruega, considera que el régimen de aislamiento al que está sometido Breivik desde hace casi cinco años viola el artículo 3 de la Convención Europea de Derechos Humanos -que prohíbe la tortura y el trato humano o degradante-, pero no el artículo 8, relativo al respeto a la vida privada y la correspondencia.

“La prohibición de trato inhumano y degradante representa un valor fundamental en una sociedad democrática. Se aplica en todos los casos, también a los terroristas y asesinos”, ha indicado la jueza Helen Andenaes Sekulic en su resolución.
El veredicto remarca que Breivik permanece confinado entre 22 y 23 horas al día en su celda de aislamiento. “Es un mundo completamente cerrado con muy poco contacto humano”, ha afirmado la jueza, que ha añadido que no ha habido ningún intento de aligerar las restricciones de seguridad “a pesar de que Breivik se ha comportado de manera ejemplar durante su estancia en prisión”.

MEDIDA TOTALMENTE EXAGERADA

Su aislamiento debe considerarse como “trato inhumano” en el sentido de la convención europea, abunda la sentencia, que recuerda que todas las visitas de Breivik, excepto la de su madre –que murió en el 2013- han sido de profesionales, y solo a tavés de una pared de cristal. Esta pared debe ser vista como una “medida de seguridad completamente exagerada”, indica el veredicto.
Tampoco los rutinarios cacheos desnudo a los que fue sometido durante meses y los controles sin aviso previo se justifican por motivos de seguridad, considera el tribunal, que concluye que tomando todas las restricciones de forma conjunta “deben ser consideradas como un trato denigrante”. La sentencia, sin embargo, afirma que el Estado noruego  no ha violado el derecho de Breivik a la vida privada y familiar.

CAFÉ FRÍO Y COMIDA PRECALENTADA

En marzo, la situación penitenciaria de Breivik causó consternación y algunas burlas entre los noruegos ante las quejas del convicto de que el café frío y las comidas calentadas en el microondas eran “peores que los simulacros de ahogamiento”.
Ahora, la resolución a su favor obligará al Estado a sufragar las 330.937 coronas noruegas (35.718 euros) en concepto de costas de los representantes legales de Breivik en el proceso civil celebrado en la cárcel de Skien (al sur de Oslo), donde el ultra ha pasado los dos últimos años de condena.

LEVANTAR EL AISLAMIENTO

El abogado de Breivik, Oeystein Storrvik, ha declarado que las autoridades deben ahora levantar el aislamiento de su cliente. “Ante todo, se le debe permitir estar en contacto con otras personas”, ha afirmado Storrvik, declinando explicar cuál ha sido la reacción de Breivik tras el veredicto.

Anders Breivik fue condenado a 21 años prorrogables de forma indefinida por hacer estallar en el complejo gubernamental de Oslo el 22 de julio del 2011 una bomba que mató a ocho personas. Justo después, se trasladó en coche a la isla de Utoya, al oeste de la capital, donde perpetró una matanza en el campamento de las Juventudes Laboristas, donde murieron otras 69 personas.

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