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miércoles, 29 de diciembre de 2021

Aarón Hernández, En la Mente del Asesino

 


El 25 de noviembre de 1989 nacía en Bristol, Connecticut, Estados Unidos, Aaron Josef Hernandez. Su padre era de origen puertorriqueño y su madre de origen italiano. Empezó a destacar en la Universidad de Florida, y se convirtió en uno de los mejores jugadores de su promoción.

Fue elegido por los New England Patriots en el draft de la NFL de 2010 y  destacó como uno de los mejores jugadores del campeonato, llegando a ser seleccionado por el Pro Bowl tras su segunda temporada. En agosto de 2012 firmó una multimillonaria extensión de contrato con el equipo de Massachussetts.

Pero se torció.

Odin Lloyd y su novia, cuñada de Aarón Hernández 


 El 26 de junio de 2013, Aaron Hernandez, que ya había tenido numerosos problemas legales por peleas, fue detenido por la muerte a tiros de Odin Lloyd, un jugador semiprofesional que era pareja de la hermana de la novia de Hernandez. En casa del jugador se encontraron pruebas como el arma del crimen. Los Patriots lo despidieron de manera inmediata.

Una cámara capta a Hernández en la escena con la pistola del crimen 


Hernandez fue juzgado y el jurado lo declaró culpable de asesinato en primer grado, delito que en Massachusetts conlleva la pena de cadena perpetua sin posibilidad de fianza. Sobre los motivos de Hernandez para cometer el crimen, nunca se confirmaron, pero una de las líneas de investigación de la policía es que el jugador mató a Lloyd porque éste había descubierto su bisexualidad y Hernandez temía que lo revelara.

Lugar donde apareció el cadáver de Odin Lloyd 


En prisión, Hernandez fue sancionado varias veces por su mal comportamiento, y al mismo tiempo empezó a leer la Biblia y a acercarse a la religión. Pero fue demasiado para él. El 19 de abril de 2017, Aaron Hernandez fue hallado ahorcado con sus sábanas en la ventana de su celda. Tenía 27 años. En su organismo se encontró una droga, el K2, asociada a brotes psicóticos.

Tras la autopsia, y a petición de la familia, el cerebro de Hernandez fue donado a la Universidad de Boston para que buscaran signos de encefalopatía traumática crónica, una enfermedad común en personas que han recibido numerosos golpes en la cabeza, como los jugadores de fútbol americano. La investigación halló esta enfermedad en grado 3 (de 4). Los expertos revelaron que esta condición pudo producir factores como falta de juicio, impulsos incontrolables, ira, paranoia o volatilidad emocional. Hernandez tenía migrañas y lapsus de memoria.

Por su dureza física, el fútbol americano ha sido considerado por décadas como un deporte que ensalza la "masculinidad", por lo que opciones sexuales más allá de la heterosexual se consideran tabú.

Uno de los elementos que la serie rescata -y del que ya se había hablado tras el suicidio de Hernandez en 2017- es su supuesta sexualidad "fluida" y la forma en que trató de ocultarla para encajar en el modelo de "macho" que se esperaba de él.

Algunos de los señalamientos más controvertidos vienen de Dennis SanSoucie, quien fuera su compañero de equipo y amigo cercano en sus años de secundaria.

SanSoucie cuenta que en aquellos tiempos ambos "experimentaron" sexualmente, aunque luego señala que no se trató solo de curiosidad de adolescentes: "Continuamos porque probablemente lo disfrutamos", dice.

"Sí, estábamos en una relación en ese entonces, pero en ese momento, no lo ves así", agregaba.

El amigo de Hernandez cuenta cómo a él también le costó aceptar su propia sexualidad y recuerda el temor que tenían los dos jóvenes ante la posible reacción de sus respectivos padres.

Momento en el que Aarón Hernández es esposado por la policía 


El padre de SanSoucie acompaña a su hijo y le muestra su apoyo, si bien reconoce que hace años tenía problemas para aceptar la homosexualidad, algo que también era el caso del padre de Hernandez.

"Aaron estaba extremadamente aterrorizado de que su padre se enterara".

 La relación de Aaron Hernandez con su padre, Dennis, no fue solo uno de los motivos que lo llevó a "esconder" su sexualidad sino que fue tan complicada que marcó el resto de su vida.

El padre, conocido en su vecindario de Bristol, en Connecticut, como "El Rey", era también jugador de fútbol americano y fue a quien Aaron le tuvo mayor respeto durante su vida.

En una llamada telefónica con Tanya Singleton, una prima a la que adoraba, Aaron le dice que la relación de su padre con su madre era destructiva.

Según explican algunos entrevistados, la vida de Aaron cambió cuando Dennis murió inesperadamente en 2006 mientras se sometía a una cirugía de hernia.

"Una vez que su padre falleció [Aaron] básicamente perdió la guía que lo mantuvo en curso", cuenta el sheriff a cargo de la cárcel de Bristol.

Surge la figura de Tanya Singleton, una prima que para Aaron era como una segunda madre y que lo apoyó incondicionalmente durante todo el proceso judicial.

En una de las llamadas, Hernandez le dice que no podría vivir sin ella.

Tal era la conexión entre ambos que Singleton, gravemente enferma de cáncer, se negó a testificar sobre un auto que podía implicar a Hernandez en otro caso de homicidio y tuvo que pasar varios meses en prisión por desacato.

Singleton murió en octubre de 2015 y Hernandez quedó devastado, como se desprende de una conversación posterior que mantuvo con su prometida, en la que ella le implora que no cometa ninguna locura e insiste en que siempre podrá contar con su apoyo.

A la izquierda en el juicio ,Jermaine Wiggins, novia de Aarón Hernández,  detrás Tanya Singleton, prima del asesino


Una de las noticias que más conmoción causó tras el suicidio de Hernandez fue el hallazgo de que su cerebro presentaba un estado de encefalopatía traumática crónica (CTE, por sus siglas en inglés) similar al de alguien afectado por esa enfermedad degenerativa que tuviera 60 años de edad.

Los científicos estadounidenses lo consideran el caso más grave jamás registrado en alguien de su edad.

Un día después del suicidio, el abogado defensor de Hernandez, José Báez, apunta que la familia decidió donar su cerebro para su estudio a la Universidad de Boston.

Patrick Haggan, el asistente del fiscal de distrito, cuenta en la serie que tras el anuncio pensó que se trataba solo de "un truco publicitario de algún tipo.

"Este sería el primer caso que hemos visto de ese tipo de daño en un individuo tan joven", dice la experta.

Mientras Jermaine Wiggins, quien conoció a Hernandez cuando jugaba en los Patriots, alega poco después que considera "una evasión" tratar de justificar el comportamiento de su compañero con la enfermedad cerebral.

En julio de 2012, Daniel de Abreu y Safiro Furtado, dos inmigrantes de Cabo Verde, aparecieron muertos a tiros en un auto en Boston.

La policía no tenía ninguna pista para esclarecer el crimen, que parecía un acto totalmente azaroso.

Féretro de Odin Lloyd 


Al analizar el rastro de las víctimas la noche de su muerte, apareció una grabación de un local nocturno en el que también estuvo Aaron Harnandez con Alexander Bradley, un hombre acusado de narcotráfico que se relacionaba con el deportista por aquella época.

Según el testimonio de Bradley, Hernandez se enfadó con los dos hombres porque uno de ellos derramó su bebida, sin intención, sobre él.

Bradley contó que el jugador estalló en un ataque de ira y que cuando posteriormente identificó a los dos hombres en el interior de un vehículo, se colocó a su lado con su auto y les disparó a quemarropa.



La declaración de Bradley, que también acusó a Hernandez de intentar matarlo a él, se produjo en el juicio por el asesinato de Lloyd como un recurso de la acusación para demostrar el carácter violento del jugador.

En febrero de 2017, cuando ya cumplía condena por el caso de Lloyd, Hernandez fue llevado a juicio por las muertes de De Abreu y Furtado.

Aarón Hernández a juicio también por los crímenes de Abreu y Furtado 


En aquella ocasión contó con la defensa del popular abogado José Báez, que logró la absolución de Hernández precisamente gracias a su habilidad para desmontar los argumentos de Bradley.

Era el 14 de abril de 2017.

Cinco días después, Aarón Hernandez apareció colgado de una sábana en su celda y murió en el hospital.

"Intenté lo más duro que pude vivir una vida de sueño... pero no lo conseguí", le dice Hernández en una de sus llamadas a Ryan McDonnell, su asistente personal.

Y esa es la duda que sigue en el aire, cómo una joven estrella del fútbol americano, que lo tuvo todo al alcance de la mano, terminó como un asesino convicto y suicida.


Aarón Hernández con New England Patriots





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