Cuanto más alto se sube, más grande es la caída. Rolf Harris, de 84 años, ha sido un famoso presentador de televisión a quien le costó poco hacerse artista porque ya era archiconocido en la pequeña pantalla. Ahora será conocido también como un pedófilo convicto, sentenciado a 15 años y nueve meses de prisión por 12 cargos de abusos sexuales a menores.
Su carrera como artista despegó con el retrato que hizo a la reina Isabel II con motivo de su 80 cumpleaños en 2006. A partir de entonces sus obras se cotizaban económicamente y eran alabadas por un sector de la opinión pública. Ahora todos se desprenden de ellas y nadie quiere asociarse al nombre del famoso y dicharachero Rolf Harris, quien escondía una cara lóbrega y turbia detrás de su familiar y falsa sonrisa.
La BBC, como parte de los festejos de los 80 años de Isabel II encargó a Harris un retrato de la soberana. En verano del 2005 el presentador de tele llegaba a palacio a plasmar para la eternidad con óleo sobre lienzo a la monarca, quien posaba para él. El retrato se presentó públicamente en diciembre del 2005 con gran regocijo por parte de instituciones con solera como la BBC o el palacio de Buckingham. En palacio se expuso temporalmente. Después ha sido prestado a exposiciones. En el 2012 se presentó en la Walker Gallery de Liverpool como parte de una muestra del arte de Rolf Harris.
En noviembre del 2012 el presentador de televisión y artista fue detenido por primera vez, acusado de abusos sexuales a menores. Una de las acusadoras fue la mejor amiga de la hija de Harris. A partir de ahí el nombre del famoso resultaba incómodo. El retrato fue ofrecido a la National Portrait Gallery, quien lo rechazó. La BBC, que lo había encargado, se lo regaló a la reina para que formase parte de la Royal Collection. Allí tampoco lo querían.
El palacio de Buckingham lo ha devuelto a Rolf Harris en lo que parece una maniobra para deshacerse de un lienzo apestado. Ni el artista desde la prisión ni su portavoz quieren dar explicaciones de qué ha pasado con el cuadro con marco dorado que en otro momento era una especia de la cereza del pastel que todos querían probar.
La obra de arte del pedófilo convicto, que aumentaba de precio desde que inmortalizó a Isabel II con un vestido verde y la típica sonrisita de complacencia, ha dejado de venderse y todavía más de revalorizarse. Ahora nadie quiere saber nada de Rolf Harris, que a sus 84 años, ha ingresado en prisión tras la oleada de casos de pederastas.
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