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martes, 21 de noviembre de 2017

La Mujer "Hannibal" Canibal Lecter en Mallorca

Svetlana Batukova, de 46 años, tardó 10 horas en avisar a la Guardia Civil, tras haber acuchillado a su marido a las 4 de la tarde del viernes 1 de abril del 2016 en el domicilio conyugal.
Cuando los agentes llegaron al lugar, en la calle Bella Vista número 11, en la urbanización de Son Moro de Cala Millor, en el término mallorquín de Sant Llorenç, la escena era dantesca: Horts Hans Henkels, alemán de 66 años, yacía en medio de un gran charco de sangre con los brazos hechos jirones hasta los huesos y evidentes signos de haber sido acuchillado.

La mujer, histérica perdida y bajo los efectos de la cocaína y el alcohol, sustancias a las que era adicta, deliraba y no pudo decir una palabra tras ser detenida.
A sus pies descansaba su perro american stanford, a quien le dio de comer los trozos de carne que le había arrancado al desventurado, que no pudo defenderse según revelaba la autopsia, porque había sido drogado.

 Las peleas de la pareja, que habían contraído nupcias en el mes de enero del 2016,apenas 3 meses antes, eran contínuas. Así lo atestiguaban los vecinos, que señalaron que el hombre fue operado recientemente de la tráquea y que no podía apenas hablar. En ocasiones les había pedido ayuda porque su mujer le pegaba unas palizas de espanto.
 La perturbada, ofreció a una persona en un bar 50.000 euros "por cargarse" a su esposo,  fue un crimen espeluznante, primero lo
drogó y luego descarnó sus brazos para dar de comer al perro.

La autopsia practicada al cadáver de la víctima, confirmó que murió
desangrado por las tremendas lesiones sufridas. Los investigadores creyeron
que la homicida pudo sufrir un brote psicótico influido por el
consumo de alcohol y medicamentos. Así, no le apuñaló, sino que le quitó
la carne de los brazos, hasta dejarle en los huesos y luego alimentó con
los restos humanos al perro que tenía. 


 El hombre fallecido, de 66 años, que sufría una grave enfermedad y no
podía hablar debido a una operación en la tráquea, presentaba gravísimas
heridas en sus brazos al tenerlos prácticamente seccionados. El ataque
fue brutal y parecía obra de una película al estílo "El Silencio de los Corderos".

Su esposa, Svetlana Batukova, 20 años más joven que él y que fue arrestada la misma tarde del crimen por la Guardia Civil, pasó toda la noche ingresada en el hospital de Manacor en el área de Psiquiatría. Cuando los agentes llegaron al domicilio, una planta baja
en los apartamentos Laguna Verde, en el número 11 de la calle
Bellavista, en Cala Millor (Sant Llorenç des Cardassar), la encontraron
en shock, ida, con un ataque de nervios y con su ropa completamente
ensangrentada.

Una ambulancia la trasladó al hospital. La arrestada pasó allí toda la
madrugada hasta que por la mañana los médicos le dieron el alta.
Posteriormente, la homicida fue conducida a las dependencias de
la Guardia Civil de Son Rapinya, en Palma, donde los investigadores le
tomaron declaración. 


 El hombre había denunciado a su mujer por malos tratos

Los agentes de Homicidios habian comprobado que Horst Hans y Svetlana mantenían una relación muy conflictiva. Las riñas de pareja eran
continuas en su casa, incluso en los últimos meses, se habían
incrementado. La Policía Local de Sant Llorenç había acudido a su
domicilio en incontables ocasiones.

La pareja se había casado en enero del 2016, pero llevaban juntos dos años.
Mientras los allegados a la sospechosa detallaban que ella tenía que
soportar el carácter posesivo y controlador del alemán, otros testigos
indicaron que él había sido maltratado por ella y que, por eso,
de forma repetida pedía auxilio a sus vecinos.

Svetlana era depresiva y tomaba medicación. En una ocasión bebió alcohol
y, debido a la mezcla con los fármacos que tomaba, se ponía muy violenta
y pegaba palizas al hombre. El alemán normalmente acudía a los residentes más cercanos en busca de ayuda y para que alertaran a la Policía, ya que él no podía llamar por teléfono porque no podía hablar.

Los vecinos también recordaron que Horst Hans también había sido atacado
por el perro que tenía en casa. En un principio, tenían dos canes. Los agentes retiraron un american stanford de gran tamaño. El perjudicado se presentó en la vivienda de un vecino con graves mordeduras en un brazo y con la ropa destrozada. Los agentes de Homicidios prosiguieron con pesquisas para aclarar si Svetlana  mató a su marido con sus capacidades afectadas por el consumo del alcohol o de medicación.


2 comentarios:

Anónimo dijo...

joder y hasta ahorita me entero, eramos casi vecinos!

Gabinete Criminología Judicial dijo...

El mundo en realidad es pequeño, conlleva a veces muchas sorpresas. Saludos cordiales