Los hechos están por investigar a la espera de si efectivamente, la profesora implicada en el escándalo del colegio San Miguel de Gijón mantuvo relaciones con un alumno de la ESO de 16 años. Las autoridades docentes recaban información para tomar una decisión definitiva. Mientras la docente de Primaria implicada ha sido apartada de sus funciones.
El caso del colegio gijonés está dando mucho de qué hablar, sobre todo en los entornos escolares. Hay muchas preguntas que lanza la gente, a la espera de conocer si realmente hubo una relación entre la profesora y el alumno y hasta dónde llegaron las relaciones sexuales. Y entre todas esas preguntas, se repite una: ¿Podría existir un delito en este caso?.
En primer lugar hasta el día de hoy no hay una denuncia penal contra la profesora apartada de su cargo. En cualquier caso aseguró el director del colegio, "denunciar los hechos ante la policía le correspondería a los tutores legales del alumno" implicado en el escándalo.
¿Pero podría existir delito en esta situación? Siempre y cuando que existieron las relaciones entre la profesora y el estudiante, lo ocurrido podría acarrear un delito de abuso sexual al tener uno de los implicados menos de dieciséis años. Y la edad es especialmente importante porque habría delito independientemente de que las relaciones fueran o no consentidas. El delito está tipificado con pena de hasta seis años de cárcel.
Pero es el centro el que ha activado todos los protocolos a su alcance para esclarecer lo ocurrido. La investigación está en marcha y no hay constancia policial de denuncia contra la profesora.
Llevaban viéndose cinco meses y el tonteo por los pasillos era evidente. La maestra gijonesa de 34 años del colegio San Miguel , centro católico y bilingüe ubicado en el barrio de Pumarín y dependiente del Arzobispado de Oviedo fue apartada de la docencia por mantener una relación sentimental con el alumno del centro que cursa 4.º de la ESO de 15 años de edad. Ella, tutora en el primer ciclo de Primaria y experta en pedagogía terapéutica, tuvo vínculos con el menor de edad y achaca al enamoramiento por parte del alumno que había reconocido los hechos aportando datos que confirman los indicios. Los tutores legales del adolescente no presentaron denuncia por los hechos que podrían constituir un delito de abuso sexual, al tener uno de los protagonistas menos de 16 años.
La dirección del centro sostiene que tuvo conocimiento del caso. Acto seguido se entrevistaron con la profesora , cuenta con una larga trayectoria de casi una década en el colegio San Miguel, del que también fue alumna. La dirección del centro, encabezada por Miguel Ángel Campos, reunió a todo el profesorado para transmitirles la medida adoptada contra la maestra y pedirles máxima discreción. No obstante, la relación entre profesora y alumno ya era algo de lo que se hablaba en algunos corrillos de profesores y que los padres intuían. A otros trabajadores del centro, les encajan "algunas cosas" a raíz de la noticia. En varias ocasiones se había visto al alumno acudir a ver a la profesora a la zona de Primaria, donde impartía clases. Incluso en el colegio el adolescente pedía en algunos momentos ausentarse de clase con la excusa de ir a Primaria a ver a la profesora. Conocedores del centro apuntan a que la profesora, "se le notaba mucho" con frecuencia "cierta actitud de tonteo" con otros alumnos de secundaria.
Estos movimientos del joven contra el que no se tomaron medidas al entender que "en absoluto ha cometido ninguna irregularidad" motivó que los miembros del personal docente de secundaria lanzasen el aviso a la dirección del centro al notar actitudes en el alumno, que se reincorporó a las clases con el resto de compañeros. La dirección puso los hechos en conocimiento de los tutores legales del menor. También se entrevistaron por separado con ambos implicados, que ofrecieron versiones muy distintas. Acto seguido se activaron los mecanismos al alcance y pusieron en conocimiento de Inspección Educativa toda la información de la que disponen y cuentan con el apoyo de la asociación de padres y madres. La dirección contaría con algunos indicios de que algo pasó entre ambos, a la vista del relato del joven.
Desde el primer momento, la dirección del centro vio necesario apartar a la profesora de sus funciones diarias para evitar situaciones incómodas mientras se investigaban los hechos. Una decisión que se hizo efectiva y que paulatinamente se fue comunicando a los padres de los alumnos que tenía a su cargo como tutora.
"Pedimos calma y respeto porque está en juego la dignidad e intimidad de dos personas seriamente preocupados por la situación, pero nada más tener conocimiento activamos inmediatamente todos los protocolos previstos para situaciones de emergencia". Con estas palabras respondió a la noticia el director del colegio San Miguel, Miguel Ángel Campos, ante la relación que mantenían la profesora y un alumno. Desde el centro aseguraban que trabajan desde que tuvieron constancia del hecho y en todo momento, han mantenido intacta la intimidad del alumno y la reputación de la profesora. Es por ello que, "debido a lo delicado del asunto", tratan el tema "con la cautela y discreción, pensando siempre en el bien del alumnado".
Una vez se activan "todos los protocolos previstos para este tipo de situaciones" se procedió a apartar de sus funciones a la profesora mientras duran sus pesquisas con "los organismos de inspección responsables del buen funcionamiento de los centros educativos", que también están al tanto de lo ocurrido. Defienden, "el centro toma las medidas oportunas que requiere la situación asumiendo la responsabilidad". Sí han querido dejar claro que la maestra ni impartía clases al alumno ni nunca fue profesora suya.
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