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miércoles, 12 de diciembre de 2018

El Problema de los Trinitarios Latinos en Madrid

Un joven de 19 años apuñalado en el distrito de Usera pertenece a la banda de los Trinitarios, la persona que asestó una cuchillada a la víctima entre el tórax y el abdomen era también de procedencia dominicana.
Agentes de la Brigada de Información de Madrid trataron de determinar si la víctima, un joven de origen suramericano, y el autor de la agresión se conocían y pertenecían a la banda latina de los Trinitarios.
  “Lo siento, no se trata de racismo, pero al resto de latinoamericanos no nos gusta mezclarnos con los dominicanos porque tienen todos esos problemas de violencia”, dijo muy claramente, aunque sin especificar mucho, Blanca, ecuatoriana y residente en el distrito de Tetuán-Madrid, en el que campan los Trinitarios, la banda juvenil latina más numerosa, más activa y más peligrosa de España. Paulo, también ecuatoriano, no solo se mezcló con ellos, sino que tuvo dos hijos con una mujer de esa nacionalidad: “Hay de todo, es verdad que hay jovencitos que son locos, pero tampoco hay que exagerar, la mayoría de la gente es buena”, comentaba este albañil de 27 años. Su mujer prefiere no hacer comentarios, excepto que a ella le molesta que la asocien con violencia y le parece “muy injusto”.
 Su cuñado, Elvis, de 18 años y llevaba el 'uniforme' de los chavales dominicanos de la zona. Una vestimenta que se puede adquirir en una tienda de la calle Almansa de 'ropa vaquera', que en realidad lo que vende es el 'kit' completo del pandillero latino: parcas con mucho peluche en la capucha, gruesas cadenas con un fusil como colgante, sudaderas, gorras y toda la parafernalia que suelen vestir los chicos de las bandas. Por supuesto, él no está en ninguna: “En el barrio, todos los amigos visten así, es la moda, no tiene nada que ver”, explicaba. El barrio es conocido como 'el pequeño Caribe', aunque en realidad hay más ecuatorianos que dominicanos (en Tetuán, 156.000 habitantes, hay algo más de 5.000 residentes originarios del país centroamericano).
 
 En la calle Marqués de Viana el pasado 17 de octubre del 2018, un hombre de nacionalidad dominicana mató a tiros a un colombiano. "Ajuste de cuentas" según las pesquisas policiales. Y otro en la calle Topete, a las puertas de un bar de copas, el Azúcar Drink Billar. Un tipo descerrajó ocho tiros a Alexander del Villar, alias 'Velo'. No se trataba de una reyerta entre bandas, sino de una simple pelea de jóvenes, aunque posteriormente el joven detenido por esos hechos fue identificado como miembro de los Trinitarios. Pero el uso de armas de fuego volvió a activar todas las alarmas en un barrio que los vecinos más antiguos, como los que se reunen en Casa Eladio (“desde 1946”, según el castizo cartel de la entrada), no se cansan de calificar “como el Bronx”. El bar de copas donde fue abatido Del Villar ya no existe y ahora es un restaurante. Los coches de policía paran a la altura de los bares latinos que jalonan la estrecha vía. Paralizan el tráfico. Pegados al muro, cerca de las puertas de los locales, hay jóvenes apoyados en las paredes. No parecen esperar a nada, están en un pequeño corrillo y miran a los extraños fijamente. Una furgoneta del Samur dobla la calle. Los viandantes se quedan parados en las esquinas, tratando de escudriñar qué es lo que sucede. Pero no sucede nada. El coche patrulla se marcha, la ambulancia pasa de largo. Y los chicos siguen apoyados en la pared.
 Cerca, en el colegio de los Salesianos, un policía municipal vigila la salida de los niños. Una cámara de televisión está agazapada al otro lado de la calle. Los vendedores ambulantes hacen su ronda y el barrio, que durante las mañanas esta casi vacío, se va llenando según se acerca la hora de comer. Por esas mismas calles el ayuntamiento ha admitido y decidido colocar cámaras
 El nombre de los  Trinitarios se lo  atribuyen en honor a lo que fue La Trinitaria , una sociedad creada el 16 de julio de 1838 por Juan Pablo Duarte y otros dominicanos con el objetivo de realizar acciones tendentes a independizar la parte de la ocupación haitiana y formar el Estado independiente que llamarían República Dominicana. El nombre La Trinitaria le fue puesto en honor a la Santísima Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo. El nombre la Trinitaria hace alusión al método de reclutamiento, en el cual cada miembro tenía como misión reclutar a otros dos miembros adicionales, y éstos a su vez no daban a conocer la identidad de los demás. Esta técnica utilizada fue importada por Duarte tras su estancia en Europa. Juan Pablo Duarte y los otros miembros fundaron la Trinitaria con el Juramento Trinitario, el cual también fue puesto en honor a la Santísima Trinidad. 
En Tetuán y Usera  hay peleas diarias, broncas de todas clases, drogas, armas y todo lo que quieras”, telegrafíaba sin detenerse una señora mayor con un carrito de la compra. Los vecinos denuncian que muchos de los bares de la zona funcionan como ‘after hours’ y que las riñas son muy frecuentes. No muy lejos de allí, a finales del 2016, una de esas peleas, en este caso por deudas, acabó con una mujer apuñalada muerta y su pareja herida.
 Las bandas latinas han experimentado un repunte en los últimos años y apuntálan a la moda del reggaetón como un aliciente más por su alto enfoque machista en sus ideales. Pero son cifras muy distorsionadas. En realidad dos de estas pandillas, los Trinitarios y los Dominican Don't Play, han resurgido en cuanto a número. Especialmente los primeros, cuyo territorio es el distrito de Tetuán. En cualquier caso, en total son más de 300 chicos los que integran estos grupos de delincuentes.

“Son los únicos latinos con los que no tenemos el mismo buen trato, aunque es verdad que hay de todo”, insistía Blanca, que precisaba: “Si los conoces de algo de trabajo, pues no hay problemas, porque no somos racistas y ya sabes que es gente trabajadora. El problema es en la calle, porque tienen bandas y esas cosas”, insistía esta mujer. “Somos como todos los demás, incluidos los españoles, los hay buenos y los hay malos”, replicaba Ramón, dominicano de 57 años. Él vive en Usera, pero sus dos hijas residen, junto a sus nietos, en ese conflictivo triángulo entre las calles Topete, Almansa y Tenerife de Madrid.
No es ajeno a la realidad el que República Dominicana, su país de origen, llevara más años sufriendo una ola de violencia imposible de controlar por sus autoridades. Actuamente al mes, hay más de 40 asesinatos por atracos o robos. Un clima que ha convertido al país caribeño en uno de los más peligrosos de Centroamérica, con una elevada tasa de asesinatos, en las cifras de Honduras, Guatemala o El Salvador.

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