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viernes, 7 de enero de 2022

Suicidio Inspirado en La Vida de David Gale

 


La Vida de David Gale es una obra cinematográfica protagonizada por Kevin Spacey, Kate Winslet y Laura Linney. Tras una dura y ardua lucha de su abogada por demostrar la inocencia del protagonista, finalmente cae de sorpresa cómo en un video doméstico éste se autograba mostrando cómo la víctima se suicida colocándose una bolsa de basura en la cabeza y atandose las manos. Todo eso con la pasiva mirada del activista que está grabando la cinta.

Escena final del suicidio grabado, La Vida de David Gale 


Pues en esta película se inspiró Mario Miralles Tormo para suicidarse,  y también con una ardua investigación policial quien finalmente encontró las evidencias dentro de la casa y sobretodo la prueba clave, una cinta DVD del film La Vida de David Gale. Ocurrió en Ontinyent, en la comunidad valenciana en septiembre del 2012.

Mario Miralles Tormo 


En un principio las investigaciones se centraban en una hipotética acción de robo, dado el estado del interior de la vivienda,  estaba todo revuelto,  pero meticulosamente los investigadores fueron encontrando pruebas claras de que allí no se había producido ningún hecho por terceras personas ajenas a la víctima y sí la acción de un suicidio. 

Mario Miralles, de 38 años de edad, había trabajado en los últimos diez años en una firma textil, Dobeltex S.L., ubicada en Bocairent, municipio al que se trasladó desde Ontinyent unos cuatro años atrás, en 2008.

Una empleada de la firma explicó que Mario, quien estudió Ingeniería Técnica Textil en Alcoi, trabajaba en el departamento de producción de Dobeltex y que a mediados del mes de junio del 2012 había roto su relación laboral con esa empresa de manera voluntaria.

La hipótesis del robo -o el intento de robo- cobró fuerza no sólo porque la casa estaba revuelta y había señales claras de que alguien había revuelto y rebuscado en cajones y armarios, sino porque quien intervino en la muerte debía ser alguien conocido por la víctima. La sospecha se fundamentó en el hecho de que la puerta de acceso al piso,  en el 59 de la avenida de l'Almaig de Ontinyent, no estaba forzada y que las llaves estuviesen caídas dentro, al pie de la puerta.

A menos que Mario se hubiese visto sorprendido y amenazado en el momento de entrar en casa y que su asesino o asesinos hubiesen entrado con él, sólo cabía pensar que esa persona o personas generaron suficiente confianza en él como para franquearle el paso.

Pero las evidencias y los indicios fueron tomando cuerpo y 16 meses después se halló la razón de esa muerte.

La Policía Nacional esclareció la extraña muerte de Mario Miralles Tormo en Ontinyent tras una ardua investigación que duró 16 meses. El 11 de septiembre del 2012, el hombre fue hallado muerto en su domicilio con una bolsa de basura en la cabeza y las manos atadas a la espalda.



El Grupo de Homicidios desveló que Mario Miralles se quitó la vida de forma voluntaria sin la participación de ninguna otra persona.

Mario Miralles tenía 38 años y, aunque era natural de Albaida, trabajaba en la localidad de Bocairent. El cadáver fue hallado sobre una cama y estaba en estado de putrefacción. 

Los vecinos dieron la voz de alarma debido al hedor que procedía de la casa.

Las persianas de la habitación estaban completamente bajadas, y la vivienda se encontraba revuelta. La Policía Nacional investigó si el hombre murió durante un robo, pero se descartó esa hipótesis tras examinar de forma minuciosa la casa y el cadáver. Los resultados de la autopsia también arrojó luz al caso, la forma en la que estaba colocada la bolsa, las cintas adhesivas y la separación de las manos atadas. La Jefatura Superior de Policía de Valencia afirmó que los investigadores estuvieron totalmente convencidos de que el hombre se habia suicidado inspirándose en la cinta cinematográfica de La Vida de David Gale. 

2 comentarios:

Anónimo dijo...

La persona que aparece en la foto con la taza no es Mario Miralles Tormo.

Revisen sus fuentes.

Un saludo.

Gabinete Criminología Judicial dijo...

Muchas gracias por su estimable mensaje, nuestra fuente, Juan Enrique Soto, prestigioso experto policial e inspector que estuvo en la causa de forma presencial es quien nos aporta la identidad y fotografía del desafortunado.