Como si de una inspiración en el célebre asesino en serie John Wayne Gacy se tratara, este ciudadano colombiano residente en Bilbao, marcó su rastro criminal contra hombres de orientación homosexual. En pleno año 2022 todavía hay tendencias psicopáticas donde hay personas resentidas con marcados impulsos de odio.
La magnitud del caso y su repercusión mediática terminó por precipitar los acontecimientos en relación con la investigación del asesino que utilizó como cebo una aplicación de contactos homosexuales,
Nelson David Moreno Bolaños, de 25 años, se entregó en la comisaría de la Ertzaintza en Irún. La policía vasca procedió de inmediato a su detención, aunque negó su implicación en el caso y mostró su disposición a colaborar.
Este giro se produjo después de que se hubiese disparado el impacto mediático del caso. Se filtró tanto la identidad del sospechoso como su imagen, lo que fue clave en su decisión de colaborar. De hecho, el joven indicó que se presentaba porque se había visto en los medios de comunicación como autor de los presuntos asesinatos, de manera que había decidido “colaborar”.
Sobre el sospechoso, no obstante, pende una orden de detención de un juzgado de instrucción de Bilbao. Este juzgado tiene abiertos dos procedimientos por homicidio vinculados a los presuntos asesinatos de hombres tras citarse con el sospechoso por medio de una aplicación de contactos. El detenido, de origen colombiano, cuenta con antecedentes por estafa y agresión, y ha residido en el País Vasco, al menos esporádicamente, desde 2019. De hecho, los antecedentes por estafa se remontan a ese año.
La investigación, en todo caso, continúa bajo secreto de sumario, y no está claro cuántas muertes se vinculan a cada uno de los dos procedimientos abiertos. El número de crímenes detrás de los que podría estar el sospechoso sigue siendo una de las grandes incógnitas de la investigación. No en vano, el caso está relacionado con muertes de hombres cuyo fallecimiento se vinculó en un primer momento a causas naturales, y el uso de éxtasis líquido para lograr su sumisión química ha podido jugar un papel clave.
Uno de los grandes retos de la investigación pasa por vincular fallecimientos atribuidos en un primer momento a causas naturales con el modus operandi del posible asesino. Esta vía exige una labor en la que está la colaboración de la aplicación de citas Wapo, que utilizaba el asesino. Los investigadores están localizando, uno por uno, a todos los varones con los que se citó, a fin de comprobar, en primer lugar, si están vivos. En caso de que hubieran fallecido, la Ertzaintza analiza en qué condiciones se produjo el deceso y si el cuerpo fue incinerado o enterrado.
El siguiente paso en la investigación pasaría por buscar la presencia de éxtasis líquido o GHB en las muestras de tejido de los fallecidos, que como en otros casos de muertes naturales de personas jóvenes se habrían guardado en el Instituto Vasco de Medicina Legal.
La policía vasca se enfrenta, por tanto, a una investigación sumamente compleja, si bien no tiene que hacer frente a la búsqueda del sospechoso. Se especuló con que pudiera haber huido del País Vasco, una hipótesis que chocaba con la actuación de la Ertzaintza. La policía vasca no había solicitado la colaboración del resto de policías para buscar al sospechoso, tampoco había enviado su fotografía para facilitar su detención y no había cursado ninguna orden internacional de búsqueda. La Ertzaintza únicamente había contactado con la comisaría general de extranjería de la Policía Nacional para conocer los pasos del individuo desde que llegase de Colombia. El asesino pidió el asilo en el año 2019, pero le fue denegado.
Otro de los interrogantes de la investigación tuvo que ver con la posible actividad delictiva del asesino en otras comunidades. Sin embargo, ni en Madrid ni en la Comunidad Valenciana, zonas por las que se había movido, existen casos sospechosos que pudieran encajar con el modus operandi que la Ertzaintza investiga en relación con varias muertes ocurridas en Bilbao.
Los indicios sobre los que se sustentó la investigación tuvieron que ver con hechos ocurridos en Bilbao. Allí, dos episodios resultaron clave para desenmarañar este complejo caso. El primero de ellos es el fallecimiento, el 18 de octubre de 2021, de Josu Martínez, atribuido en un primer momento a causas naturales. Tras el deceso, el hermano detectó unos movimientos en sus cuentas que propiciaron la investigación policial. El segundo hilo de la investigación fue la denuncia, en el mes de diciembre del 2021, de un hombre que, tras quedar con el asesino, denunció un intento de estrangulamiento, aunque logró zafarse y escapó.
La Ertzaintza consiguió conectar los dos episodios, que relaciona también con el fallecimiento de otros hombres que habían utilizado la citada aplicación de contactos para homosexuales. El uso de GHB jugó un papel clave en todos los casos.
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