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miércoles, 15 de marzo de 2023

El Carnicero de Valdemoro

La expareja de Leonardo Vázquez, conocido como el 'carnicero tatuador' de Valdemoro, detalló ante los agentes de la Guardia Civil cómo había matado a Emilce con un cable alrededor del cuello y tirando hasta asfixiarla. El cruel crimen de la joven Emilce, de 18 años, tuvo lugar la noche del 15 de octubre de 2019 en el chalet okupado en el que vivía Leonardo Vázquez en la localidad madrileña de Valdemoro. Fue Celia Muñoz, su expareja, quien alertó a la Guardia Civil y confesó que le había ayudado a deshacerse del cadáver de Emilce.
El tribunal del jurado que enjuició los hechos escuchó el testimonio de los agentes que asistieron a Celia Muñoz en el momento en el que se personó en el cuartel de Valdemoro, y el de los efectivos que detuvieron a Leonardo después de tirar entre unos arbustos bolsas con restos cadavéricos de la chica. En su domicilio, los agentes localizaron numerosas armas colgadas en la pared, catanas de grandes dimensiones, fotografías de asesinos en serie famosos, esculturas a las que les faltaban miembros, cuerdas, máscaras, entre otros objetos "no habituales" en cualquier vivienda.
Celia Muñoz acudió pasadas las ocho de la tarde del 16 de octubre del 2019, horas después del asesinato, al cuartel para delatar a su novio, a quien encontró en el cuarto de baño limpiándose la sangre que le había dejado el macabro crimen al descuartizar por completo a la joven Emilce. Asustada y nerviosa,Celia Muñoz mostró a los agentes una imagen de un cráneo humano en el salón del chalet okupado, según el testimonio del agente que le tomó declaración. Relató que todo estaba lleno de sangre y que entró en el baño y vio la bañera manchada y a su expareja limpiándose. Recreó entonces cómo se había producido el crimen y dijo que Leonardo le rodeó el cuello con un cable y tiró para producirle un estrangulamiento. Frente a ello, el fiscal sostiene que intentó ahogarla con el brazo y luego asfixiarla con un cable, pero finalmente acabó con su vida de una puñalada en el abdomen. La expareja comentó que Leonardo le había comentado su intención de matar a Emilce y que ellos se excitaban practicando sexo con sangre. Conocían a la víctima al ser una chica de Valdemoro y tener su perfil en Instagram.
La tarde del 15 de octubre del 2019, Leonardo Vázquez se había citado con Emilce, una chica de 18 años a la que había tatuado dos meses antes y a la que, en ocasiones, le vendía medicamentos sin receta. Durante el tiempo que la chica estuvo en su casa bebió varias cervezas con el tatuador y consumió estupefacientes que la dejaron en estado de somnolencia.
Leonardo aprovechó que la chica estaba así para, entre las dos y las tres de la madrugada del día 16 de octubre del 2019, colocarse "súbitamente" por detrás de la joven y situar su brazo alrededor del cuello con la intención de ahogarla. No lo consiguió y después de varios minutos intentó probar con un cable, pero tampoco pudo ahorcarla porque él también había consumido drogas y no tenía fuerza. Fue entonces cuando hizo uso de un cuchillo que clavó en el abdomen de la víctima mientras seguía ahogándola con el cable agarrado con una mano hasta acabar con su vida. Luego trasladó el cuerpo a la bañera que había en el dormitorio principal de la casa y allí descuartizó su cuerpo, recortando los dos tatuajes que él le había realizado, los cuales conservó en salmuera, como si fueran trofeos. Leonardo Vázquez tenía en su estudio una lámina en la que aparecía una mujer con un corte en la barriga, algo que quiso emular en el cuerpo de Emilce marcándolo con el cuchillo. Tras los hechos el agresor le pidió a su pareja que lo ayudara a limpiar la sangre que había en el piso, tras lo cual ésta acudió al cuartel de la Guardia Civil a denunciar los hechos. Tanto él como su expareja fueron detenidos e ingresaron en prisión provisional hasta la fecha del juicio, que tuvo lugar el 7 de marzo del 2023 en la Audiencia Provincial de Madrid.
La Sala de Tribunal condenó a 25 años de prisión por asesinar a la joven de 18 años y a cinco meses por profanar su cadáver, y a indemnizar con 102.852 euros a cada uno de los progenitores de la joven y con 46.284 a su hermana. Por su parte las dos acusaciones particulares personadas en la causa pidieron para el procesado prisión permanente revisable y también acusaron a Celia Muñoz, expareja del acusado, por un delito de encubrimiento, por el que solicitaron para ella tres años de cárcel. En un primer momento se acusó también a Celia por cooperación necesaria pero al ser ella quien fotografió la escena del crimen y lo denunció ,se desestimó esa acusación.
El último argumento de la defensa fue el de su infancia traumática. "Es un chico con una vida muy triste. Con siete años, su padre le llevaba de prostitutas y los servicios sociales de Valdemoro le tenían que coger por la calle". En cualquier caso, el relato fiscal destacó que fue un asesinato con alevosía, con un desprecio total por el sufrimiento de la víctima.

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