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viernes, 11 de agosto de 2023

Erika Yunga , La Niña de 14 Años Acuchillada Con Saña Por Igor Postolache

El día 5 de abril del 2022, Igor Postolache, un ucraniano de 32 años afincado en la ciudad de Oviedo, se convirtió en un monstruo. Ese día, Postolache acechó, secuestró, violó y asesinó a Erika Yunga, una vecina suya de 14 años, cuando la niña volvía del colegio. Fue detenido en su casa y encarcelado. Se negó a declarar. Desde ese día, además de su abogado, solo una persona, su madre, acudía desde Oviedo a visitarlo a la prisión de Mansilla de las Mulas en Villahierro (León), donde esperaba su juicio y su condena. La mujer acudía con mucha frecuencia, a veces más de una vez por semana. Igor Postolache se ahorcó en su celda el 9 de agosto del 2023, esperaba su juicio dónde con toda probabilidad hubiera sido condenado a cadena perpetua revisable. La mañana del martes 8 de agosto del 2023, los funcionarios comunicaron a Igor Postolache que iba a ser trasladado a otra prisión, la de Teixeiro (A Coruña). Esa tarde, después de comer, fue trasladado a una celda del módulo de ingresos donde estaba solo. Esa noche, Postolache se ahorcó con un cordón atado a un travesaño de la celda. Postolache no dejó ninguna nota de suicidio antes de quitarse la vida. Era un recluso "gris", no había tenido ningún problema de comportamiento, ningún incidente desde que llegó a la prisión leonesa; tampoco, eso si, ninguna relación con otros presos ni con funcionarios.
Igor Postolache reconoció que habia planeado atacar y matar a su joven vecina de 14 años. Aceptó así la condena de prisión permanente revisable por el asesinato y otros 12 años y medio más de cárcel por la agresión sexual. En ese acto, el asesino se declaró conforme con el relato de hechos de la fiscalía, en el que se afirmaba que el día del crimen él "dejó perfectamente bajadas las persianas de todas las ventanas de su casa para que ningún vecino pudiese ver lo que iba a suceder minutos después en el interior. Guardó dentro del cajón de su mesita de noche una cinta de embalar de color marrón y nueve bridas negras por si era necesario tener que amordazar a la menor. Finalmente, cogió un cuchillo de 11 centímetros, y lo escondió entre su ropa, salió de su domicilio y esperó a la niña escondido en una zona próxima al portal, hasta que ella apareció". Cuando Erika Yunga se dirigió al ascensor, Igor Postolache "se abalanzó sobre ella, por la espalda y de forma absolutamente sorpresiva, de forma que la víctima no pudo preveer ni imaginarse el ataque, siendo imposible la defensa por su parte". Postolache "le asestó una primera cuchillada mientras la empujaba por las escaleras al mismo tiempo que le tapaba la boca para que no gritase".
Después de infringirle hasta 36 puñaladas, Igor Postolache "consiguió arrastrarla hasta el interior de su casa ayudándose de los tirantes de la mochila que la niña llevaba puesta en su espalda, cargada de libros de la escuela. Cerró la puerta con llave y la llevó hasta el baño, donde la dejó tirada en el suelo para dirigirse a su dormitorio. Allí, con el único propósito de satisfacer su deseo sexual, se quitó toda su ropa para regresar, completamente desnudo, al cuarto de baño donde estaba Erika, gravemente herida e incapaz de desplazarse por sus propios medios". En ese momento, "continuó asestándole puñaladas a la menor con la finalidad de que cesase en la escasa resistencia que la misma pudiera oponer, la desnudó y consumó la violación. Luego, dejó a la víctima tirada en el suelo del baño y herida de muerte". Desde esa confesión, Igor Postolache siguió pasando sus días solo en la cárcel leonesa. Tenía pendiente el trámite del juicio contra él, que debía celebrarse con un jurado popular. Después de la condena, se comprometió a recibir un tratamiento para agresores sexuales.
El crimen de Erika Yunga había sido el último y más grave episodio de una serie de incidentes que protagonizó entre 2018 y 2019. Acosó al menos a seis chicas, varias de ellas menores de edad. Cuatro de las víctimas denunciaron los hechos, pero en los archivos policiales constan otros dos episodios en los que un policía de paisano y una madre evitaron que los incidentes fueran a mayores.

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