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sábado, 27 de abril de 2024

Silvia Acebal Mató a su Bebé con 53 Puñaladas

La tarde del 2 de agosto del año 2019 marcaría un antes y un después en la vida de Silvia Acebal. La mujer paseó a su perra Bimba, dio a luz en su casa, asesinó a su bebé recién nacido asestándole 53 puñaladas y lo arrojó a un contenedor enfrente de su casa. La mujer, de 27 años, fue detenida en septiembre junto a su pareja, Daniel, que declaró no saber que su pareja estaba embarazada, ya que la mujer justificó su estado y la sangre derramada tras el parto “por un quiste de ovario”. Él salió el libertad, constatándose después que en ningún momento fue conocedor del embarazo ni del crimen perpetrado; pero ella se enfrentaba a la condena máxima de prisión permanente revisable por lo sucedido. La noticia conmocionó a sus vecinos de Nuevo Roces (Gijón), donde residía la pareja, y que no se habían dado cuenta de que la mujer estaba embarazada. Condenada a prisión permanente revisable, además del pago de una indemnización a su expareja y padre del pequeño de 105.000 euros. La Sección Octava de la Audiencia Provincial emitió el fallo después de que un jurado popular decidiese por unanimidad la culpabilidad de la mujer. La sentencia descartó que la condenada padezca alteración alguna o trastornos de tipo psiquiátrico y dió por probados los hechos de los que se le acusaba. A pesar de haberse negado a responder a las preguntas de la Fiscalía y la acusación, la mujer sí admitió su culpabilidad, asegurando que no tendría “vida suficiente para arrepentirse”.
La condena es consecuencia de un delito de asesinato con agravante de parentesco, y se convirtió en la primera prisión permanente revisable que se impone en Asturias; vigésimo tercera en España desde que está vigente desde marzo del año 2015, y cuyo objetivo es impedir que los delincuentes más peligrosos que demuestran incapacidad de reinserción puedan volver a la sociedad y pongan en peligro a los demás. Su familia no tenía ni idea de que estaba embarazada. La de su pareja, Daniel, tampoco. Por eso ella abortó y asesinó al bebé en secreto. Le asestó 53 puñaladas. "No tendré vida suficiente para arrepentirme. Pido perdón a mi familia porque les he arruinado la vida. También a la de Daniel, que siempre me trataron muy bien", dijo en su juicio. El jurado popular le encontró culpable y se convirtió en la primera asturiana condenada a prisión permanente revisable. El bebé fue encontrado por un hombre que rebuscaba en la basura. Estaba en una mochila. La cogió y, por el peso, pensó que tendría dentro un pequeño electrodoméstico. Cuando el cuerpo se resbaló del interior, creyó que era un muñeco "de esos que hacen hoy en día". Hasta se dio cuenta de lo que tenía ante sí.
El bebé no tenía papeles, ni nombre ni había pasado por un hospital. Sólo tenían la información que podían sacar de la mochila donde estaba el cuerpo. Partieron por investigar a todas las mujeres que habían dado a luz en las fechas cercanas a cuando se certificó la muerte. Salieron centenares. Los investigadores fueron acotando las sospechosas a la zona donde se encontró el cuerpo. Acebal fue interrogada porque vivía cerca de los contenedores. Negó saber algo al respecto. El cuerpo se encontró en un contenedor de la calle Genero Suárez Prendes, en el barrio de Nuevo Roces. Se analizaron toneladas de basura durante varias semanas, se plantearon decenas de hipótesis y se revisaron centenares de documentos hasta dar con la madre. El fiscal del caso describió la investigación como “impecable y extraordinaria”.
“Fue un trabajo ingente de todo un equipo de policías que no descansaron hasta resolver el asesinato. Era algo que no habíamos visto nunca, que te impresiona. Yo he trabajado en el País Vasco, y he tenido que ver a compañeros muertos, y otros muchos asesinatos, pero nada como este crimen”, explicó Ignacio Martínez, jefe de la Udev en la comisaría de El Natahoyo, el grupo que resolvió este suceso que conmocionó a toda la región. Silvia dio a luz en el colchón de su casa. Tras el alumbramiento, le dio la vuelta y lavó las sábanas. Sin embargo, dejó rastros de sangre en el pasillo. Lo limpió su pareja al volver del trabajo, al que había salido por la mañana en su furgoneta blanca. Silvia le dijo que la sangre era de un quiste, un problema algo aparentemente antiguo para ella. Pero no era cierto. Dos médicos del Hospital Universitario Central de Asturias concluyeron que nunca tuvo algo similar.
Los policías dijeron en el juicio que “nunca” habían visto algo similar al crimen perpetrado por Acebal. El testimonio de dos médicas forenses fue especialmente estremecedor. Examinaron el cuerpo con las 53 heridas cortantes y punzantes. «Fue una muerte violenta. No hay duda de que su intención era matarle. Probablemente, ni una rápida intervención médica le hubiera salvado la vida», aseguraron las forenses. Según el jurado, actuó de manera «consciente, voluntaria e intencionadamente».
Silvia dio a luz en la semana 38 de gestación. Nació vivo y el motivo de su muerte fue un shock hipovolémico. Murió desangrado en torno a las 15 horas del 1 de agosto de 2019. No tenía ni nombre.

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