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martes, 11 de junio de 2024

Autobús de Hazte Oir, Vacuna Estúpida de Homófobos Reprimidos

Este consultor político sin formación que llegó a ejercer de asesor de Toni Cantó -cuando este militaba en Ciudadanos- no cuenta con financiación pública ni hizo una campaña electoral tradicional. Pero, desde su reconversión en influencer y agitador de la ultraderecha, cuenta con una importante comunidad en las redes sociales. Hablamos de cerca de medio millón de seguidores que ha ido cultivando gracias a una exposición mediática hormonada por diferentes tertulias de Intereconomía, El Toro TV o 7NN. Cadenas, algunas de ellas ya extintas, de la TDT party en las que afiló sus diatribas contra el sistema político al que denomina “la mafia” y al que acusa de no pocas teorías de la conspiración. El discurso de Alvise alterna críticas políticas, bulos -en la campaña del 2021 publicó un supuesto resultado positivo de una prueba PCR de Salvador Illa que, según reconoció en sede judicial, era falsa- e intromisiones en la intimidad -también en 2021 fue llevado a juicio por el exministro de Transportes José Luis Ábalos-. Batallas judiciales que han obligado al sevillano a desembolsar varias decenas de miles de euros a modo de compensaciones económicas pero que, lejos de penalizarle, alimentan la imagen de ciberazote de la casta que de él tienen sus fieles. Especialmente los más de 50.000 incondicionales que le apoyan, y patrocinan, desde un chat específico de Telegram y que le permitieron conseguir en menos de dos semanas las 15.000 firmas necesarias para presentarse a las elecciones europeas. La asociación No Es Terapia, en defensa de los derechos LGTBI, denunció estos hechos ante la administración, que acaba de resolver el expediente sancionando a la organización detrás de esta campaña tránsfoba. Así, la Generalitat ha impuesto 20.000 euros de multa por el autobús a HazteOír porque, según se lee en la resolución, “esta exhibición generó un riesgo de producir daño en las personas trans y no binarias”.
Si bien la Fiscalía descartó la vía penal al no observar indicios de delito de odio, el Departament d’Igualtat de la Generalitat sí aprecia que hubo “intencionalidad de discriminar a las personas trans y no binarias” en la difusión de estos mensajes. En su escrito, la Generalitat recuerda que la organización ultracatólica alegaba que “no tenía ninguna animadversión contra ellas [personas trans y no binarias], y que la campaña se dirigía contra la aprobación de la ley trans”. Y es que el autobús circuló en plena tramitación de la ley trans y LGTBI estatal, que fue finalmente aprobada en febrero de 2023. Sin embargo, recalca la resolución, “los mensajes no hacían referencia a la ley en cuestión, sino que negaban de forma explícita las condiciones personales del colectivo LGTBI”. Consideran que la organización es “culpable en grado máximo” e imponen 20.000 euros de multa por su autobús a HazteOír. Además, el Departament d’Igualtat ha tenido en cuenta que circularon por la Ciudad Condal en hora punta y que difundieron ampliamente la campaña en sus redes sociales. No es la primera vez que un autobús tránsfobo de HazteOír circula por algunas de las principales ciudades de España. Ya lo hizo también en Cataluña en 2017 con el mensaje “Los niños tienen pene. Las niñas tienen vulva”. Entonces también se les incoó un expediente administrativo que se resolvió con una multa de 1.700 euros por infracción leve en atención a la ley LGTBI catalana (aprobada en 2014). Sin embargo, en el caso de la Comunidad de Madrid, el expediente todavía está pendiente de resolución. A diferencia de la Generalitat, la administración madrileña no ha reconocido a la organización No Es Terapia “la condición de interesados”, como apunta su presidente, Saúl Castro. Esto es relevante, según el abogado, porque“procuramos que no sea una pelea entre la administración y la parte denunciada [en este caso, HazteOír]”.. “Es importante que la sociedad civil esté ahí peleando, porque la administración puede tener menos conocimiento de cuestiones muy específicas sobre legislaciones y derechos LGTBI o pueden carecer de interés por acudir a tribunales”. Alvise ya dio buena cuenta de sus habilidades en redes sociales durante su etapa valenciana. Pero, entre los exdirigentes de Ciudadanos, su recuerdo ofrece dos caras. Era un buen creador de mensajes y activista para el partido. Tras llegar de la mano de Toni Cantó ayudó a diseñar una exitosa campaña en el 2019 que permitió a Cs convertirse en la tercera fuerza política con 18 diputados en las Cortes Valencianas, solo uno menos que el PP, que le catapultó como jefe de gabinete del partido en las Cortes Valencianas.
Pero su radicalidad en los contenidos generó no pocos problemas al partido. Especialmente en asuntos como la violencia de género, la inmigración o la lengua de los valencianos. Posiciones que se alejaban del presunto centrismo de Ciudadanos y se acercaban más a los postulados de Vox para desazón de un sector de la formación. Su activismo sobrepasó todos los límites naranjas y todavía se recuerda como, cuando algún medio entrevistaba a Toni Cantó, Alvise se colocaba detrás del periodista para disimular que mandaba mensajes por el teléfono móvil a Cantó mientras este daba respuestas al informador. Al cabo de un año, y a pesar de su buena relación con Toni Cantó, fue despojado de la jefatura de gabinete. Esa misma relación tóxica se repitió con Vox. Sin cargo oficial en su estructura, pero orbitando en círculos concéntricos como el de la organización ultra Hazte Oír, participó en diferentes campañas para deslegitimar al Gobierno central apelando a “destruir a mazazos un sistema que está demasiado corrompido para ser reformado”. Pero, en medio de acusaciones por las que se le señala por “extorsionar a ciertas personas para que le revelen trapos sucios de periodistas y políticos”, ha acabado enfrentado con Eduardo Inda y enemistado con sectores del partido de Abascal que le acusan de “traidor”, como es el caso de la diputada Cristina Esteban. Y es ahora, una vez que ha dinamitado muchas de las vías exploradas, cuando se ha propuesto adelantar a Vox por la derecha. Situándose al frente de una organización que se presentaba a las elecciones para “ir con todo contra el sistema criminal” de la política. Un altavoz con aforamiento incorporado que le permitirá blindarse ante futuras demandas que pocos dudan que le seguirán llegando. Pero a su domicilio en España. Porque Alvise ya ha avisado de que no vivirá en Bruselas por ser la capital de “un país fallido lleno de islamistas, inseguridad y violaciones”. Todo un esperpento de personaje que nada positivo puede traer a la maltrecha política española.

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