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jueves, 18 de mayo de 2017

Francisca Cadenas , Esa Noche Llegó a Casa

Francisca Cadenas desapareció el 9 de mayo de 2017 en Hornachos, sin dejar rastro. Su caso se ha convertido en uno de los mayores misterios de la crónica negra española. Francisca salió de su casa aquella noche para acompañar a la hija pequeña de unos amigos a su domicilio, antes de salir le dijo a su hijo que le esperase para cenar, pero nunca regresó. La ruta que tenía que hacer era de apenas 50 metros, pero desapareció para siempre al cruzar el pasadizo estrecho de la calle, ese fue el lugar en el que se la vio por última vez. Su familia no pierde la esperanza y continúa al pie del cañón con la investigación. José Antonio Meneses, hijo de Francisca, la mujer desaparecida, nos explicó todo lo que cree que sucedió con su madre ese día.
‘’Yo tengo mi teoría de lo que pasó aquella noche, lo que pasa que desgraciadamente en este país para detener a una persona necesitas muchas pruebas. Yo tengo mi teoría pienso que detrás de la desaparición de mi madre hay un homicidio y se deberían de haber empleado todos los medios y recursos disponibles que se han empleado en desapariciones más mediáticas’’. José Antonio aventuraba que tiene un nombre en la cabeza relacionado con la desaparición de su madre, pero que no quiere manifestarlo. Además, indica que esa persona no vive en el mismo lugar en el que vivía su madre y que él ya se lo comentó a los investigadores en su momento. Extrovertida, sociable, alegre, sencilla. Francisca Cadenas, una mujer de 59 años, una mujer de costumbres, de su casa. Una mujer con la vida tranquila y entregada a su familia, por la que vivía. Un fatídico martes salió de su casa, solo un momento, a acompañar a la hija pequeña de unos amigos hasta el coche a escasos 50 metros. Un callejón, pequeño e iluminado, que ofrecía pocos peligros en un pueblo tan tranquilo como Hornachos (Badajoz), se convirtió en el escenario en el que todos la buscan. “No te hagas nada, que ahora te hago la cena”, dijo antes de salir. Dejó la puerta abierta y desde entonces la esperan.
Martes, 9 de mayo de 2017. Francis, como la llaman en casa, ha pasado la tarde con Adelaida y Antonio, amigos de confianza. También con la niña, hija de ellos, a la que Francisca cuida y adora. En la cocina, que ejerce casi de sala de estar, se pasan largas horas. Allí es dónde los amigos dicen que ya se marchan. Por la puerta entran Diego, marido de Francisca, y uno de sus tres hijos, el mayor, también Diego. José Antonio, el pequeño, minutos después también llega. Javier, el mediano, se ha independizado, hoy no se le espera. Saludo rápido entre todos, los amigos se van, “no te hagas nada, que ahora te hago la cena”,dijo Francisca Cadenas. Francisca llegó hasta el coche, aparcado a escasos 50 metros de su casa tras pasar por un callejón. Se despidió de ellos, antes de marchar, prometió sopa para el día siguiente a la pequeña. Retomó el camino a casa, pero nunca llegó a ella, por lo menos esto es lo que teóricamente se puede llegar a pensar, porque en la práctica tal vez si que pudo haber llegado a casa y posteriormente alguna incidencia pudo haber ocurrido.
En el reloj marcaban las 23.00 horas, su madre salió a las 22.50 horas. En solo diez minutos a José Antonio ya le dio una corazonada: “A mamá le ha pasado algo”. Salieron a buscarla. Antes llamó a los amigos que habían estado con ella: “me dijeron que la dejaron entrando en el callejón. Otras veces sí que iba con ellos hasta su casa y después iba yo a recogerla a casa de ellos, pero esta vez me dijeron que no. Eso me alarmó. Llamé a los vecinos por si podía estar hablando en casa de alguno, pero tampoco estaba. Llamé a sus amigas. Mi madre no era una mujer de irse a tomar una copa a las once de la noche, y mucho menos sin avisarnos”. En 15 minutos ya montaron un dispositivo improvisado y se lanzaron a las calles. A las 23.15 horas empezaron a batir el pueblo: cunetas, carretera y accesos. Una búsqueda sin resultado hasta el momento.
José Antonio, el menor de los tres hijos de Francisca,se queja de que las reuniones con la Delegación del Gobierno se producen cuando quiere esta institución y no cuando lo pide la familia porque esté "desbordada psicológicamente" y necesite "calmar su ansiedad". José Antonio también ha indicado que la parte investigadora solo se reúne con su hermano Javier, ya que solo quiere tener un interlocutor. A la familia, que siempre ha rechazado que la mujer se marchara de forma voluntaria, solo se le dice que tenga "paciencia y confianza" y que están poniendo todos los medios disponibles, pero el hijo de Francisca ha insistido en que sí es así "algo está fallando" y teme que la desaparición de su madre se quede sin resolver.
José Antonio ha subrayado que su padre está "mal" y ha recordado que su abuela Ana Márquez falleció sin saber qué le había ocurrido a su hija.

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