Blogoteca en 20minutos.es

viernes, 30 de junio de 2017

Miguel Ángel Blanco , 20º Aniversario de una Bala

El secuestro se produjo el 10 de julio de 1997. Tras comer con sus padres como un día más, Miguel Ángel Blanco salió de su casa dirección a Eibar, donde le esperaba un cliente a las 15:30 horas. El joven concejal del PP en Ermua (Vizcaya) no llegó a la cita y sus compañeros de trabajo comenzaron a temer que algo pudiera haberle pasado -la puntualidad era una de sus grandes virtudes-.
Tres horas más tarde, la emisora 'Egin Irratia' recibía una llamada telefónica de la banda terrorista en la que informaba del secuestro de un concejal del PP de Ermua y daba un ultimatúm al Gobierno de Aznar: si en 48 horas no anunciaba el traslado de todos los presos vascos a Euskadi, Miguel Ángel Blanco moriría. Los peores augurios se confirmaban, el joven fue visto por última vez a las 15:30 horas, antes de tomar el tranvía para reincorporarse al trabajo. Nueve días después del rescate del funcionario de prisiones Ortega Lara por la Guardia Civil, ETA aparecía de nuevo.
Nunca protagonizó enfrentamiento alguno con radicales vascos, nunca existió una carta o llamada amenazante... Nada hacía presagiar que la banda terrorista lo tuviera en su punto de mira. Durante los dos años que estuvo en el Consistorio de Ermua, Miguel Ángel Blanco no tuvo escolta, no revisaba su coche ni cambiaba sus rutas, era lo que muchos políticos, empresarios y periodistas definieron en su momento como un "blanco fácil". Razón por la que este joven concejal del PP de 29 años pudo ser elegido 'al azar' para ser secuestrado y posteriormente asesinado.

El Gobierno lo tuvo claro desde un principio y aseguró que no cedería al chantaje de ETA. Todos los partidos políticos apoyaron sin reservas la decisión del Ejecutivo, a excepción de Herri Batasuna. El entonces ministro del Interior, Jaime Mayor Oreja, fue el encargado de dar la noticia a la madre de la víctima, mientras que el padre, ajeno a todo lo que estaba ocurriendo, fue informado por los periodistas que se agolpaban a las puertas de su casa.
Tras ser localizado en una zona rural del término de Lasarte maniatado y con dos tiros en la cabeza, Miguel Ángel Blanco fue trasladado de urgencia al hospital donostiarra de Nuestra Señora de Aranzazu, donde le diagnosticaron un coma neurológico profundo. Muerte cerebral. El consejero del hospital no dismuló su pesimismo ante el estado y el futuro de Miguel Ángel, durante su comparecencia ante los medios. Sólo quedaba esperar.
El 24 de septiembre de 1997, la Guardia Civil desmantelaba en Bilbao el «comando Vizcaya». Al enfrentarse a tiros con los agentes de la Benemérita, morían los dos etarras que componían la célula: Salvador Gaztelumendi y José Miguel Bustinza. En el registro efectuado en una vivienda de la calle Basconia de Basauri, cerca de Bilbao (que había sido utilizada por los miembros de ETA) se encontraron dos cartas manuscritas firmadas por «Kantauri».


Decía «Kantauri» en una de esas cartas que no sólo envió al «comando Vizcaya», sino a las otras células que dependían de él (entre ellas la que operaba en Guipúzcoa) e insistía en la importancia del momento era «inmensa».
«Lo que os pedimos es que las acciones que realicéis sean directas contra las fuerzas de ocupación (Guardia Civil, militares, Policía Nacional) y un esfuerzo enorme con los políticos. Es muy importante el darles a los Políticos del Partido Popular. Deciros que cualquier político del PP es objetivo, repetiros lo importante de estas acciones. Otra cosa, poned toda la fuerza posible en levantar a un concejal del PP, dando un ultimátum de días para que los presos estén en Euskadi. En relación a este tema (secuestro) hacedlo lo antes posible y, si no podéis secuestrarlo o hay un problema en el intento, le dais kaña y a por otro. De todas formas, intentad levantar a uno. Haced acciones directas y sobre todo el tema de secuestros de concejales, dar a los políticos del PP y los de la lista que os mandé y dar a las Fuerzas de Ocupación».

Arizcuren Ruiz dejaba clara cuál era la estrategia que había marcado el «comité ejecutivo» de ETA, –formado por, además de este individuo, por Ignacio Gracia Arregui, «Iñaki de Renteria», Miguel Albisu Iriarte, «Mikel Antza», y Soledad Iparraguirre, «Anboto», que cumplen condena en la prisión francesa de Reau Sud Francilien, mientras que «Kantauri» esta en el centro penitenciario pontevedrés de A Lama.
Como los resultados no llegaban y el secuestro y posterior asesinato de un concejal del PP no se producía, el cabecilla instó a las células en otra carta a que no se olvidaran de un asunto «tan importante». «Con el tema de los concejales y políticos me figuro que en el mes de agosto habréis tenido problemas para encontrarlos por las vacaciones, pero vuelvo a insistiros sobre la importancia de este tipo de acciones. Poned toda vuestra fuerza, ganas y militancia en levantar un concejal del PP. Espero vuestra contestación sobre este tema tan importante. Vosotros podrías hacer la parte de levantar al concejal y, una vez ejecutado, en el funeral habrá un montón de políticos. Coged una casa que dé a la iglesia y el “laguntzaile” que dispare con el G-3 al político de más alto nivel que vaya (el Rey, Príncipe, Aznar, Mayor Oreja, Atutxa, etcétera). Bueno espero vuestra contestación a este tema y que ya estéis trabajando en ello».

Y subrayaba «sobre la coyuntura»: «En estos momentos lo más importante es seguir la línea que hemos comentado... Tenemos que ver lo importante de dar directamente a los políticos y el tema de los secuestros. Como ya os comentaba anteriormente, no hagáis sabotajes. Hacer acciones directas y sobre todo secuestro de concejales. Dar a políticos del PP y de la lista que os mandé y dar a las fuerzas de ocupación... Ver lo importante de la coyuntura y haced vosotros y todos los militantes que están con vosotros el esfuerzo necesario para atacar los objetivos que os comento. Eskideak, entre todos tenemos que sacar esto adelante. Vamos a ganar. Darles caña lo más fuerte posible».
Estas dos cartas, junto con el resto de documentos manuscritos incautados tras la desarticulación del «comando Vizcaya», fueron remitidas al Servicio de Criminalística (Departamento de Grafística) de la Guardia Civil con el fin de determinar la autoría de las mismas. Los agentes elaboraron un informe pericial en el que se concluía que el autor de las mismas era «Kantauri».


Además, el propio contenido de ambas misivas permite afirmar que su autor fue Arizcuren Ruiz, puesto que las dos tratan de las instrucciones que el responsable de un comando «ilegal» remite a sus integrantes, función que era desempeñada por «Kantauri».
Por ello, la Benemérita concluye que mediante las citadas cartas Arizcuren ordenó a los integrantes del «comando Vizcaya» que, como prioridad, cometiesen atentados contra cargos del PP, e incluso proponía un secuestro con la pretensión de coaccionar al Gobierno español y obligarle a trasladar a los presos de ETA a cárceles del País Vasco y Navarra, de forma similar a como pretendieron conseguir con el secuestro y posterior asesinato del concejal del PP en el Ayuntamiento de Ermua (Vizcaya) Miguel Ángel Blanco, que ETA llevó finalmente a cabo en julio de ese mismo año, 1997.











No hay comentarios: