Se llamaba Casterina Carrillo Fernández, nació
en 1964, fue la mayor de cinco hermanos y le gustaba el deporte, hasta
que en la tarde del 19 de julio de 1995 sale a pasear en bicicleta, como
tantas otras veces. Fue entre las 20:30 y 21:30 horas, en la zona del
camino de Montalbán y que linda con el canal de riegos Genil-Cabra,
solía recorrerlo acompañada de otra amiga, pero en esta ocasión fue sola
y ya no regresó jamás. Falleció con 31 años.
Al caer la noche la echaron de menos y se inicio la búsqueda de inmediato. El guarda del cortijo al volver del trabajo encontró la bicicleta en mitad del camino, dando la voz de alarma. Casterina había desaparecido.
Sin embargo el cuerpo de Casterina no se encontró hasta ocho días después, en un apartado olivar (Finca de San Juan). La autopsia determinó que fue agredida sexualmente y que murió violentamente tras un fuerte golpe en la cabeza, el mismo día de su desaparición.
El caso de Casterina conmocionó a todo un pueblo, que participó de forma masiva en su búsqueda dado que muchísimas personas se habían solidarizado con su familia. Cuando, desgraciadamente, apareció el cadáver se inició un proceso judicial cuya instrucción no dejó pruebas contundentes sobre la identidad de los posibles asesinos. Puente-Genil siempre se solidarizó con este caso y como prueba de ello salió a la calle en aquellos años mediante una masiva manifestación, congregándose unos 8.000 vecinos que pedían justicia y seguridad.
En diciembre del 2003, un informe forense de la Universidad de Santiago de Compostela, confirmó que en los restos biológicos encontrados en el cuerpo de la mujer, corresponden a dos personas distintas. Se entresaca que ella se resistió y peleó hasta la muerte, por lo que el crimen se perpetró entre dos hombres.
En el mes de julio del 2015, se cumplieron 20 años del asesinato, siendo archivado el caso sin que quede resuelto. Solo nos queda una calle rotulada con su nombre en la joven barriada de la pitilla, todo un orgullo para sus vecinos, con el fin de que nunca se olviden de su historia y ojalá que algún día se descifre todo.
Al caer la noche la echaron de menos y se inicio la búsqueda de inmediato. El guarda del cortijo al volver del trabajo encontró la bicicleta en mitad del camino, dando la voz de alarma. Casterina había desaparecido.
Sin embargo el cuerpo de Casterina no se encontró hasta ocho días después, en un apartado olivar (Finca de San Juan). La autopsia determinó que fue agredida sexualmente y que murió violentamente tras un fuerte golpe en la cabeza, el mismo día de su desaparición.
El caso de Casterina conmocionó a todo un pueblo, que participó de forma masiva en su búsqueda dado que muchísimas personas se habían solidarizado con su familia. Cuando, desgraciadamente, apareció el cadáver se inició un proceso judicial cuya instrucción no dejó pruebas contundentes sobre la identidad de los posibles asesinos. Puente-Genil siempre se solidarizó con este caso y como prueba de ello salió a la calle en aquellos años mediante una masiva manifestación, congregándose unos 8.000 vecinos que pedían justicia y seguridad.
En diciembre del 2003, un informe forense de la Universidad de Santiago de Compostela, confirmó que en los restos biológicos encontrados en el cuerpo de la mujer, corresponden a dos personas distintas. Se entresaca que ella se resistió y peleó hasta la muerte, por lo que el crimen se perpetró entre dos hombres.
En el mes de julio del 2015, se cumplieron 20 años del asesinato, siendo archivado el caso sin que quede resuelto. Solo nos queda una calle rotulada con su nombre en la joven barriada de la pitilla, todo un orgullo para sus vecinos, con el fin de que nunca se olviden de su historia y ojalá que algún día se descifre todo.
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