Caroline del Valle, una adolescente que vivía con sus padres y un hermano
pequeño en un octavo piso de un edificio de la Zona Franca de
Barcelona, engaña a su madre, Isabel el sábado 14 de marzo del 2015 para salir de fiesta con amigas de
una pandilla nueva. La chica había cambiado desde que entró en el
instituto IES Montjuïc. De pequeña había sido "muy miedosa", recuerda
Isabel. Cuando sonaba el timbre y en casa no esperaban visita, Caroline
se negaba a abrir sola la puerta. Pero dejó de vestir como
una niña y no echaba las tardes jugando en los aledaños de la plaza
Cerdà. Se movía por centros comerciales,
como el Splau o tiendas como la de Apple en la plaza de Catalunya, para
buscar wifi gratis. Encajaba dentro de la tribu urbana llamada 'swaggers' y en su nuevo grupo había varios chicos tutelados por la Generalitat que se fugaban de los centros de acogida.
A menudo terminaban las escapadas en la discoteca In Time de la Plaça Urquinaona. Pero ese sábado 14 de marzo quisieron ir a la Zona Hermética de Sabadell. Por eso Caroline le dijo a su madre que se quedaría a dormir en casa de Silvia, una versión que el propio padre de la amiga confirmaba a Isabel. Después de bailar y grabarse dándose besos con alguno de los chicos, ya de madrugada, Caroline y la pandilla salieron afuera. Están frente a la discoteca Gloobal y de repente por ambos lados de la calle llegaron coches patrulla de los Mossos d'Esquadra. Entre los amigos de Caroline hay menores con antecedentes por hurto y robo con violencia. Al ver a los policías el grupo se deshace y huyen en direcciones distintas. Caroline decide escoger seguir a Justin,llamado realmente Jacine Madih, el "macho alfa" del grupo. Aquí acababan los hechos probados de su desaparición.
La última versión que dió Justin es que tras doblar la primera
esquina del Gloobal, y cuando apenas recorrieron 20 o 30 metros,
Caroline gritó "ya no puedo más!!". Jacine Madih, al escucharla, se dió la
vuelta y ve a Caroline esconderse "debajo de un coche".
Él siguió corriendo y llegó en solitario al final de la calle, cruzando por
delante de una gasolinera y refugiándose en el Castillo de Can Feu.
Agazapado entre aquellos muros antiguos dejó pasar dos horas. Durante
ese tiempo, no hizo ninguna llamada con su teléfono móvil. A las
seis de la mañana cogió un tren de regreso a Barcelona.
Para los criminólogos no cuadra que una niña de 14 años y en plena subida de adrenalina, se canse a los 20 metros y que elija esconderse debajo de un coche. Tampoco encaja que Justin -el líder macho alfa- esté más asustado que el resto de la pandilla. Mientras él se esconde durante dos horas, los otros, 15 minutos después de la huida, ya están juntos comiendo patatas fritas en un McDonalds. Tampoco nos cuadra que Justin no contactara con ninguno de sus amigos durante esas dos horas y regresara solo a Barcelona sin hablar con nadie. No parece muy sensato, asimismo que ni una sola de las amigas de Caroline se preocupara por ella antes de marcharse de Sabadell. Ni siquiera lo hizo Silvia, la amiga con la que, supuestamente, iba a pasar la noche.
A menudo terminaban las escapadas en la discoteca In Time de la Plaça Urquinaona. Pero ese sábado 14 de marzo quisieron ir a la Zona Hermética de Sabadell. Por eso Caroline le dijo a su madre que se quedaría a dormir en casa de Silvia, una versión que el propio padre de la amiga confirmaba a Isabel. Después de bailar y grabarse dándose besos con alguno de los chicos, ya de madrugada, Caroline y la pandilla salieron afuera. Están frente a la discoteca Gloobal y de repente por ambos lados de la calle llegaron coches patrulla de los Mossos d'Esquadra. Entre los amigos de Caroline hay menores con antecedentes por hurto y robo con violencia. Al ver a los policías el grupo se deshace y huyen en direcciones distintas. Caroline decide escoger seguir a Justin,llamado realmente Jacine Madih, el "macho alfa" del grupo. Aquí acababan los hechos probados de su desaparición.
Para los criminólogos no cuadra que una niña de 14 años y en plena subida de adrenalina, se canse a los 20 metros y que elija esconderse debajo de un coche. Tampoco encaja que Justin -el líder macho alfa- esté más asustado que el resto de la pandilla. Mientras él se esconde durante dos horas, los otros, 15 minutos después de la huida, ya están juntos comiendo patatas fritas en un McDonalds. Tampoco nos cuadra que Justin no contactara con ninguno de sus amigos durante esas dos horas y regresara solo a Barcelona sin hablar con nadie. No parece muy sensato, asimismo que ni una sola de las amigas de Caroline se preocupara por ella antes de marcharse de Sabadell. Ni siquiera lo hizo Silvia, la amiga con la que, supuestamente, iba a pasar la noche.
El castillo de Can Feu es un sitio apartado al que a
menudo recurren las parejas jóvenes que necesitan intimidad al salir
de una discoteca. Creemos que si Jacine Madih se fue al castillo
posiblemente fuera porque estaba con Caroline y por eso no dijo nada a
nadie durante aquellas dos horas,pero el problema y la clave está en la única cámara que podría demostrarlo -ubicada en la gasolinera de la calle de la desaparición de Caroline- y que aquella noche no funcionaba, con lo cual el relato de Justin, no resulta posible desmentirlo.
Al día siguiente, a la hora de comer, Isabel llamó a Silvia y le preguntó cuándo regresaría Caroline. Silvia le dijo que su hija se quedaría a comer en su casa y después iría hacia casa. Horas más tarde, Isabel llamó de nuevo. Silvia, esta vez, respondió que Caroline ya había salido de casa y mostró su extrañeza ante el hecho de que no hubiera llegado todavía. A las 20.00 horas del 15 de marzo, Isabel, desesperada, abrió la sesión de Facebook con el ordenador de su hija y comenzó a chatear con las amigas. Las chicas la enredaron, hasta que una de ellas dijo basta. Esta última fue quien le informó de que Caroline había desaparecido de madrugada en la Zona Hermética. Isabel puso esa misma noche una denuncia por desaparición en los Mossos d’Esquadra.
Dadas las características de Caroline y de su familia, sabemos que la chica no se fue voluntariamente. Y si esa noche no fue secuestrada por un desconocido, indiciariamente, lo más probable es que Justin haya mentido. Los investigadores tratan el caso como un homicidio con desaparición de cadáver, pero los expertos en conductas sociales apuntalan otra realidad bien distinta, según el perito judicial en Criminología Pedro José Forte, mantiene desde hace años la creencia de que Nissrine estaba en connivencia con Jacine Madih y los chicos que aquella noche llegaron hasta la zona en el coche de color rojo, para el rapto de Caroline y llevarla hacia alguna de las regiones francesas, de Argelia tal vez también, y con la colaboración estrecha de Silvia para esa actitud de persuadir, mentir y hacer que toda esa idea pudiese funcionar.
Al día siguiente, a la hora de comer, Isabel llamó a Silvia y le preguntó cuándo regresaría Caroline. Silvia le dijo que su hija se quedaría a comer en su casa y después iría hacia casa. Horas más tarde, Isabel llamó de nuevo. Silvia, esta vez, respondió que Caroline ya había salido de casa y mostró su extrañeza ante el hecho de que no hubiera llegado todavía. A las 20.00 horas del 15 de marzo, Isabel, desesperada, abrió la sesión de Facebook con el ordenador de su hija y comenzó a chatear con las amigas. Las chicas la enredaron, hasta que una de ellas dijo basta. Esta última fue quien le informó de que Caroline había desaparecido de madrugada en la Zona Hermética. Isabel puso esa misma noche una denuncia por desaparición en los Mossos d’Esquadra.
Dadas las características de Caroline y de su familia, sabemos que la chica no se fue voluntariamente. Y si esa noche no fue secuestrada por un desconocido, indiciariamente, lo más probable es que Justin haya mentido. Los investigadores tratan el caso como un homicidio con desaparición de cadáver, pero los expertos en conductas sociales apuntalan otra realidad bien distinta, según el perito judicial en Criminología Pedro José Forte, mantiene desde hace años la creencia de que Nissrine estaba en connivencia con Jacine Madih y los chicos que aquella noche llegaron hasta la zona en el coche de color rojo, para el rapto de Caroline y llevarla hacia alguna de las regiones francesas, de Argelia tal vez también, y con la colaboración estrecha de Silvia para esa actitud de persuadir, mentir y hacer que toda esa idea pudiese funcionar.
De ser así todo esto, estaríamos ante un caso de trata de personas, con lo que todo eso supone para la víctima, silencio, amenazas, sometimiento, aislamiento, etc ... .
La esperanza es lo último que se pierde, y si no que se lo digan a víctimas que tras muchos años en cautiverio lograron escapar y salir sanas , como Sabine Dardenne ó Natasha Kampusch, el caso de Caroline del Valle siempre estuvo obstaculizado por una característica muy fundamental, las mentiras que siempre le argumentaron Silvia, Nissrine y todas las amigas hacia la madre de la víctima y a su entorno, además de a la propia investigación.
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