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sábado, 5 de noviembre de 2016

Payasos Diabólicos ya están en las Calles Españolas

De Badajoz a Paterna pasando por Zaragoza y Murcia. La moda de los payasos diabólicos aterriza en España con denuncias. Hace unas semanas, las autoridades de diversos países alertaban de la aparición de personas disfradas de payasos que atemorizaban a la población. Y ha sido uno de estos payasos diabólicos el que ha asaltado a un joven en Badajoz la pasada noche. Por el temor generado, y ante la cercanía de Halloween, la Policía ha pedido calma a la ciudadanía. De hecho, ya ha sido desarticualdo un grupo en Murcia que planeaba ataques selectivos durante estas fechas. 
Personas han denunciado que un hombre disfrazado de payaso le abordó en las inmediaciones del aparcamiento de Menacho, en Badajoz, e incluso le dio un golpe en la pierna con una llave inglesa. Fue la madre del joven quien hizo público lo sucedido a través de las redes sociales, aunque la Policía, según fuentes consultadas por Efe, investigaron ya este hecho, ocurrido en la noche, tras la denuncia interpuesta por la familia, en un hecho que ha generado cierta alarma en la capital pacense. Según las mismas fuentes, la Policía Nacional ha empezado una investigación para identificar tanto a esta persona como a responsables de otros posibles casos, tras lo aportado por la víctima y de los datos de los que hoy se disponen.

La Policía Nacional investiga diferentes perfiles creados en redes sociales relacionados con los denominados "payasos diabólicos" por si, a través de ellos, se pudiera estar cometiendo cualquier tipo de ilícito penal.
A través de un comunicado, la Policía ha explicado que, al margen de los delitos contra la integridad física o contra la libertad de las personas que se pudieran cometer, "el mero hecho de sembrar pánico" en determinadas circunstancias podría ser tipificado como un delito de desorden público o una sanción de Seguridad Ciudadana.
La Policía ha pedido "mantener la calma y el sentido común". Además, ha recomendado no entrar en conflicto ni en polémica si se llega a ver alguno de estos "payasos", e informar inmediatamente del lugar exacto donde ha tenido lugar el "avistamiento", así como no difundir noticias sobre hechos similares que no estén plenamente contrastadas.
Por otro lado, en Molina de Segura, la Policía Nacional también ha tenido que tomar cartas en el asunto. Esta misma mañana ha detenido a cinco menores que torturaban animales, lo grababan y lo difundían vía móvil. Sin embargo, entre sus planes, quizás inspirados por la moda de  los payasos, figuraba "para la noche de Halloween, donde tras ocultar sus rostros a través de unas máscaras tipo scream, pretendían dar una paliza a una persona elegida al azar".El “payaso diabólico” está causando una alerta desmedida en la zona, se han denunciado hasta la fecha en la ciudad dos casos de personas disfrazadas de payaso tratando de atemorizar al personal, con avistamientos en diversos puntos del Campo de Gibraltar.
El portal de asesoramiento jurídico de Legálitas ha hecho pública una serie de consejos si nos encontramos esta desagradable sorpresa. ¿Es ilegal disfrazarse de payaso? ¿Puedo atacarles si les veo por la calle? ¿A qué sanción pueden enfrentarse?
En primer lugar, disfrazarse de payaso es algo totalmente legal, el problema empieza en que dada la actitud del payaso podría incurrir en un delito de amenazas, pero jamás por la manera de ir vestido. Si además de la indumentaria portara un hacha u otro elemento similar, la amenaza sería mucho más grave y se incrementaría la pena a imponer, recogida en nuestro Código Penal en el artículo 169.
Si nos lo encontramos y le recriminamos su actitud o incluso le agredimos, no hay ninguna ley que nos ampare y seríamos nosotros los que incurriríamos en un delito de coacciones o incluso de lesiones.
Para que la legítima defensa se diera ante esta situación, tendríamos que estar en un peligro real o bien que existiera una provocación suficiente como para poder reaccionar y poder repeler una agresión, siempre de manera proporcional. En definitiva, no podemos propinarle un puñetazo a un payaso por el simple hecho de que nos mire de manera amenazante.


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