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jueves, 16 de febrero de 2017

La Mayor Infanticida de la Historia

Dominique Cottrez  ha pasado a la historia por ser la causante del mayor infanticidio de la historia.
Enfermera de profesión, tuvo dos hijas y no quiso volver a pasar por la experiencia de criar más hijos, por lo que decidió matarlos nada más nacer.

Esta macabra historia comenzó pasado 24 de julio de 2010.

Una pareja había comprado una vivienda hacía poco tiempo y estaban arreglando el jardín y plantando flores y árboles. Al hacer uno de los agujeros se toparon con dos bolsas de plástico en las que habían restos de huesos humanos.

Llamaron a la policía para avisar del hallazgo y a partir de ese momento se conocería una de las historias más escabrosas de infanticidio.


La vivienda había pertenecido a un matrimonio de ancianos que habían fallecido hacía varios años, pero pronto dieron con la heredera de aquel inmueble, Dominique Cottrez, que vivía muy cerca de allí.

Fueron a verla a su casa y allí encontrarían lo que nunca hubieran imaginado, una mujer que había sido capaz de asesinar a varios de sus hijos y que lo iba a empezar a confesar todo sin el más mínimo arrepentimiento.

Dominique Cottrez tenía 47 años y era la esposa de uno de los concejales de la localidad, Pierre-Marie Cottrez, que además fue carpintero.

Ante la policía confesó que la propiedad donde la otra pareja había encontrado la bolsa con restos humanos era una antigua propiedad de sus padres y que esos huesos pertenecían a dos de sus hijos y que además, tenía a otros seis bebés enterrados entre el garaje de su casa y en el campo.


La policía comenzó la búsqueda de los otros cadáveres con la ayuda de varios perros especializados y finalmente los localizaron, envueltos también en bolsas de basura.

Con el hallazgo de aquellos restos pensaron que había acabado todo, pero Dominique confesó que quizás habían cuatro cadáveres más, porque con el paso del tiempo había perdido la cuenta y no lo recordaba bien.

Según la infanticida, los asesinatos los había cometido entre 1989 y 2006. También dijo que su marido no sabía nada, a él lo habían detenido en un principio por ocultación pero después lo pusieron en libertad.

Dominique era muy corpulenta y después de realizar varias declaraciones creyeron posible que ocultara los embarazos bajo su sobrepeso y que en realidad su marido no supiera nada.

Incluso el alcalde del pueblo, Patrick Mercier, dijo en varias declaraciones que su marido era alguien muy respetado y que ella salía muy poco, quizás su corpulencia hacía que se sintiera cohibída.

La enfermera dijo que tenía dos hijas mayores de sus dos primeros partos y que incluso tenía nietos, pero que tras los primeros alumbramientos se negó a volver a pasar por lo mismo, no quería volver a criar a niños porque se había quedado traumatizada y por ese motivo decidió que los siguientes que tuviera los asfixiaba al nacer.


Tras aquella declaración le preguntaron por qué no había acudido a médicos para evitar los embarazos, también podía haber tomado precauciones para no quedar embarazada, pero ella dijo que no creía en los médicos porque no habían sido capaces de ayudarla en sus dos primeros partos.

Dominique fue condenada a cadena perpetua y  los informes psiquiátricos determinaron que padecía Síndrome de Munchause,no admitieron que era responsable y consciente de sus actos. La juzgaron por "homicidios voluntarios de menores de 15 años".


Estos asesinatos horrorizaron a todos los habitantes de Villers-au-Tertre y se puede decir que a toda Francia. El párroco de la localidad, Robert Meignotte, decía: "Pienso en todos los niños del mundo" y que "no entiende" lo que ha podido suceder.

El párroco puso ocho velas por cada uno de los recién nacidos que habían sido asesinados delante de la casa de Dominique.

"Estoy muy emocionado. Cada domingo bautizo a cinco niños de los 17 pueblos de la parroquia. No se tiran así los niños a una bolsa de basura. No lo entiendo", añadía el párroco.


Villers-au-Tertre era un pueblo de tan sólo 620 habitantes. Describieron a Dominique y a su marido como a gente "buena, discreta y sin historias". Los vecinos quedaron muy conmocionados, compartiendo todos ellos la consternación e incredulidad por lo sucedido.

Las personas cercanas a Dominique, así como sus vecinas la veían como a una mujer muy sonriente, amable y gentil, no comprenden lo que ha podido pasar y creen que seguramente había mucho sufrimiento detrás de estos asesinatos.

Una historia de terror,Dominique Cottrez aseguró que su padre, fallecido en el año 2007, abusaba de ella desde que tenía ocho años  e incluso estando casada, indicó el fiscal de Douai, Eric Vaillant.
Dominique Cottrez, oriunda de Villers-au-Tertre, un coqueto pueblito de 600 habitantes a menos de 200 km de París, fue condenada por “homicidios voluntarios de menores de 15 años” en el 2010,después de confesar que entre 1989 y 2007 había asfixiado a sus ocho bebés.
Su marido, Pierre Marie Cottrez, quedó entonces en libertad.
La mujer dijo también que tenía dudas sobre la paternidad de la más pequeña de sus hijas, según el diario francés La Voix du Nord , que citó al abogado de Cottrez, Franck Berton.

“Si mató a sus bebés fue, según ella, porque no quería que los médicos se dieran cuenta de que eran de su padre”, indicó a Vaillant de la policía francesa.
No obstante, las pruebas de ADN que se les realizó a los cadáveres demostraron que seis de los ocho bebés habían sido concebidos por Cottrez y su marido. La Justicia tuvo dudas sobre uno de los dos recién nacidos, indicó el fiscal.
Cottrez dijo que su padre estuvo al corriente de todos los embarazos y también luego de que asfixiara al primer bebé.
El macabro hallazgo tuvo lugar en julio de 2010 cuando los nuevos dueños de una casa que hasta hace dos años antes pertenecía a los padres de Dominique Cottrez alertaron a la Gendarmería sobre el espantoso descubrimiento hecho en su flamante casa.

El matrimonio cuando estaban a punto de plantar un árbol en su nuevo jardín, encontraron, enterrados, los restos de dos recién nacidos en bolsas de basura. A partir de ahíí comenzó la terrible historia.
Vaillant agregó que la imputada, madre de dos hijas que nacieron antes de que se produjeran los supuestos infanticidios, declaró que se daba “perfecta cuenta de sus embarazos”.
El tenebroso hallazgo que pertubó a todo un país se produjo cuando la Gendarmería recibió la llamada de unos vecinos de esa diminuta localidad de cerca de 600 habitantes situada entre París y Lille.
En Villers-au-Tertre difícilmente se podrá olvidar el suceso que provocó que en las calles del pueblo aparecieran  velas en memoria de los niños asesinados mientras los vecinos se vieron obligados a salir del estado de incredulidad y a reponerse del escabroso suceso.
Algunos de ellos, en declaraciones a los medios locales, se esforzaron por mirar hacia adelante y aseguraron que lo importante era también ayudar a las dos hijas de la pareja a superar el drama que ensombreció al pueblo.

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