Han pasado tres años y Malén sigue desaparecida. El Equipo de Personas de la Policía Judicial continúa con la investigación que sigue bajo secreto de sumario, por lo que no ha trascendido ningún avance de las pesquisas.
Llegó a ser, según la Delegación del Gobierno, el asunto que más ocupó a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado en Baleares durante al menos los primeros seis meses tras la desaparición.
Operativos de búsqueda, registros en diversos domicilios en Mallorca y la supuesta detección de movimientos en las redes sociales de la joven a las pocas semanas de su desaparición parecían dar un alivio a su familia, a su madre: Natalia Rodríguez.
"Yo decía ya está. Y pensé que se iba a terminar toda esa pesadilla. Lamentablemente no", dice Natalia, que ha convocado, como no ha dejado de hacerlo de forma regular, una nueva concentración para recordar que su hija está desaparecida desde el 2013.Incluso lo hizo cuando Malén cumplía 18 años. "Sí es necesario seguir, considero que mi hija realmente va a ser una desaparecida el día en que se deje de mencionar su nombre, el día en que se deje de publicar su foto, el día que la gente no se acuerde de la cara de mi niña", afirma.
"Mientras tanto voy a seguir luchando", asegura con la voz entrecortada.
Confiesa que permanece en contacto con los investigadores de la Guardia Civil, con los que habla una o dos veces al mes, y quienes le escuchan cada vez que tiene algo que decirles, pero lamenta que tras estos años siga vigente "el maldito secreto de sumario".
"Me mantiene ciega, no veo, no veo qué se ha hecho. Me dicen que siguen trabajando", señala con esperanza la madre de Malén, y aclara que existe una disposición permanente por parte del instituto armado.Malén había salido de su instituto en Santa Ponça, a las tres de la tarde. Cogió el autobús y se bajó en la parada de Los Piratas (Magaluf), sobre las cuatro menos cuarto, desde donde llamó por teléfono a su novio para quedar a comer juntos. También llamó a su padre, pero no pudo contactar con él, porque estaba trabajando, por lo que le dejó un mensaje en el contestador explicándole a dónde iba. Malén se dirigía a Son Ferrer. Pero el último punto en el que se la ha visto -con descripciones precisas de testigos- es en el mercadillo de Navidad que hay instalado en el recinto ferial El Molino de Calvià. También se dispone, al parecer de la grabación de una cámara mientras paseaba por una calle de Son Ferrer.
Cuando desapareció vestía una camisa a cuadros estilo leñador, pantalones rotos, chaqueta vaquera azul, zapatillas rosas, una mochila con libros y un monopatín de color verde. Es una chica delgada y mide 1.60 metros. Los investigadores de la Policía Judicial de Calvià tomaron declaración al novio de Malén, que insistió que no había llegado a verla. Se quedó dormido después de que ella le llamara y despertó dos horas más tarde, cuando su novia ya había desaparecido.
Ese mismo lunes por la noche, cuando Alejandro vio que su hija no regresaba a casa, interpuso la correspondiente denuncia por la desaparición.
Ese mismo lunes por la noche, cuando Alejandro vio que su hija no regresaba a casa, interpuso la correspondiente denuncia por la desaparición.
Su padre, Alejandro, declaró: “Me pongo en lo peor porque Malén es una adolescente normal, no es una chica que haga cosas así. La relación conmigo y su hermano es buena..." “Estoy desesperado y sobre todo, con una sensación de impotencia tremenda”. "Desde que se haya ido de casa hasta que se quisiera suicidar, pero ahora ya me pongo en lo peor...” “Nos han tomado muestras de ADN a mi hijo y a mí y a su novio, la Guardia Civil le ha interrogado tres veces. Es doloroso todo lo que está ocurriendo, ya son más de 30 horas sin saber de mi hija.”.
“Siempre les he dejado claro que soy su padre, no su dueño. Por tanto, si hubiese sido una rabieta de querer irse de casa, lo habríamos hablado antes.” “Siempre les digo que me pidan dinero si necesitan coger un taxi pero que por favor, no lleguen tarde a casa”.
“Uno ve casos como los de Marta del Castillo y siempre se compadece de esos padres. Lo ves todo con distancia. Hasta que la vida te pone en una situación de no saber dónde está tu hija, sin saber qué le ha pasado y se te viene todo encima.”
“Uno rastrea y rastrea y no encuentra nada. Como padre uno tiene que aguantar el tipo pero como ser humano estoy fatal. Tengo miedo.” “La esperanza es lo último que se pierde pero cuantas más horas pasan, más trabaja la imaginación. Ya me planteo desde que la hayan raptado -porque tengo una empresa- hasta… Lo peor. Me han preparado para lo peor.“ “Este miércoles hemos mirado palmo a palmo por una zona militar de El Toro“.
“Uno rastrea y rastrea y no encuentra nada. Como padre uno tiene que aguantar el tipo pero como ser humano estoy fatal. Tengo miedo.” “La esperanza es lo último que se pierde pero cuantas más horas pasan, más trabaja la imaginación. Ya me planteo desde que la hayan raptado -porque tengo una empresa- hasta… Lo peor. Me han preparado para lo peor.“ “Este miércoles hemos mirado palmo a palmo por una zona militar de El Toro“.
Durante más de nueve horas, Alejandro y su hijo menor, estuvieron declarando y aportando información como testigos en dependencias de la Guardia Civil de Son Bugadelles. A las 21.45 horas, los dos abandonaron las dependencias policiales. Alejandro comentó: "Hemos estado repasando las diferentes rutas y caminos más utilizados por Malén. Los trayectos que habitualmente utilizaba para acudir al colegio. Ha sido un día muy duro. Durante toda la mañana las muestras de cariño y solidaridad han sido notables. Nos han llamado todas las autoridades, el presidente del Govern, el cónsul, el alcalde de Calvià, etc. Todos se han puesto a nuestra disposición y se han comprometido en tratar de ayudarnos."
Un caso marcado por los miedos, el silencio y terribles sospechas que hace presagiar lo peor, y muchos temen que el mismo quede relegado al olvido. Y es que no hay rastro ni pista alguna que valga. Como si se la hubiese tragado la tierra. (La clave de la desaparición de Malén, hace ya tres meses, es saber si llegó a su destino...).
Malén Zoe Ortiz Rodríguez, desapareció un dos de diciembre de 2013, cuando se dirigía a comer a casa de su novio Dani, en Son Ferrer. Iba paseando a sus 15 años con su patinete verde pistacho. Poco antes había dejado un recado a su padre, Alejandro, dándole cuenta de sus intenciones, ya que se había olvidado al parecer las llaves de casa. ( Malén, antes de desaparecer: "Mientras mi padre me pega sólo puedo llorar y asentir").
Su última imágen la captó a las 15.45 horas de ese día una cámara de una gasolineracerca del paseo de sa Porrassa, poco después de haber bajado de un autobús en la rotonda de los piratas de la localidad mallorquina de Magaluf, -término de Calvià- rumbo a Son Ferrer, tras salir del instituto de Santa Ponça donde daba clases.
Para algunos la cosa está clara: alguien se la llevó en ese trayecto a bordo de un coche. ¿Casualidad? ¿Quién sabía que estaba allí?. Otros señalan absurdas hipótesis, que entorpecen aún más si cabe las estancadas investigaciones. (El empresario carbonizado que relacionó a la desaparecida Malén ¡con una secta satánica!).
Lo que en principio apuntaba a una fuga voluntaria, parece quedar descartado. No es lógico que se fugara sin dinero, sin dejar ni una huella, precisamente en ese punto, cuando podía haber ganado unas horas esa misma mañana... Ojalá fuera así, sin embargo. (Perturbadora detención del padre de Malén Ortiz por presuntos malos tratos a una mujer).
A lo largo de más de 1300 mensajes, la menor desgrana sus inquietudes, expone sus problemas y muestra sus aficiones. Un relato de su vida que la Guardia Civil ha rastreado al milímetro en busca de pistas sobre su paradero, por el momento sin éxito.
Durante los dos últimos años y hasta el día antes de que su rastro se perdiera, Malén respondió cientos de preguntas en la red social Ask.fm, en la que los usuarios se interrogan unos a otros sobre cualquier asunto. Aunque la mayoría de sus respuestas hacían referencias a temas banales, la adolescente narraba en algunos mensajes las vivencias que más le marcaron. "Nadie marca mis pautas ni mis límites, soy dueña de mis actos y de lo que conllevan. Soy muy segura de mí misma y tengo una fuerza de voluntad enorme, he salido de problemas como la obesidad. Mi vida no es de color de rosa, tengo una situación familiar muy difícil y aquí estoy. No me asusta nada, todo es psicológico. Soy la chica perfecta para quien busque algo imperfecto", se definía. Malén había sufrido, según contaba ella misma, problemas de sobrepeso y "con las drogas" que superó al irse a vivir con su padre.
Las referencias a su familia son escasas, pero en algunos mensajes la adolescente se mostraba dolida con sus progenitores, separados desde hace varios años. Malén acusaba a su madre de haberla "echado de casa". "A los seis años me compró un libro, creo que es una de las pocas cosas buenas que ha hecho por mi", escribió la menor. Sobre su padre, aseguraba que "tiene muy mal carácter" y que solía enfadarse con ella "a diario" por no hacer algunas labores domésticas. "La bronca es tan grande que estamos días sin hablarnos", afirmaba. Sin embargo, en otros mensajes mostraba afecto hacia su progenitor: "Esta mañana mi padre abrió la puerta de mi habitación y me desperté, venía a despertarme, tenía una rosa para mí", comentaba. La familia era para la adolescente, una de las cosas más importantes de la vida.
Malén utilizaba como apodo ´Emily, la novia cadáver´, uno de los personajes de la película homónima de Tim Burton y mostraba una gran afición por la subcultura gótica, el satanismo, la música hardcore, la lectura y el dibujo. "Tatuador, no hay otra cosa en el mundo que me gustaría hacer, no me imagino en un despacho o en un laboratorio, sí en un estudio de tatuaje", aseguraba la menor sobre sus planes de futuro. "Siento ser salvaje, nací así", escribió para presidir su perfil, en el que se definía como "única" y situaba a Kurt Cobain y Beethoven como sus músicos preferidos. A sus 15 años, Malén destacaba de ella misma su "responsabilidad, madurez y fuerza de voluntad" y detestaba sus "ataques de ira descontrolada". "Le doy muchísimas vueltas a absolutamente todo", afirmaba. En uno de sus mensajes recordaba su primer día de colegio en Mallorca, cuanto tenía cinco años y acababa de llegar de Argentina.
La ingente cantidad de información que ofreció la adolescente en esta red social fue uno de los primeros elementos en los que se fjaron los investigadores de la Guardia Civil tras su desaparición el 2 de diciembre del 2013. "Mi cabeza es una constante paranoia" fue lo último que escribió la tarde anterior. Los agentes escudriñaron tanto sus mensajes como las personas con las que más se relacionaba en busca de alguna pista que abriera nuevas líneas de investigación. Pero a pesar de la multitud de gestiones llevadas a cabo por la Guardia Civil, que sigue considerando el caso como de máxima prioridad, todos los esfuerzos por aclarar qué le ocurrió han sido infructuosos.
Hacia las tres de la tarde del 2 de diciembre, Malén se apeó del autobús escolar en Magaluf. Llamó a una empleada de su padre y le dijo que se había dejado las llaves de su casa, en Cala Vinyes, por lo que iba a comer con su novio a Son Ferrer. Una cámara de seguridad la grabó poco después caminando en esa dirección. Y, hasta ahora, nada más se ha sabido de ella aunque a partir de marzo del 2023 reiniciaron su búsqueda a través de excavaciones en unas fincas ecuestres dónde posiblemente pueden hallar sus restos ocultos en unas tierras de la zona.
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