Juan José Pérez Rangel es "sin ninguna duda" el autor de la muerte a martillazos de dos mujeres un aparcamiento privado del barrio del Putxet en enero de 2003, ha declarado José Pérez, jefe del Grupo de Homicidios de la Jefatura de Policía de Cataluña.
Pérez, responsable de la investigación del doble crimen, ha explicado que el presunto asesino se ensañó aún más con su segunda víctima, a quien, además de matar a martillazos, le esposó las manos, le ató los pies con los cordones de sus propios zapatos y la amordazó con cuerdas y papel de periódico.
Luego, dejó su cuerpo tapado con una bolsa de basura en medio de un charco de sangre y en el hueco de la escalera del quinto sótano del aparcamiento, como hizo con la primera víctima.
"En la segunda muerte, había perfeccionado su técnica. Estaba claro que se trataba del mismo autor del primer asesinato y cabía la posibilidad de que hubiese un tercero", ha manifestado el jefe de Homicidios, dejando entrever que Pérez Rangel es un asesino en serie.
Pruebas concluyentes
Pérez ha explicado que todas las líneas de investigación apuntaron hacia el acusado después de que las cámaras de seguridad lo identificaranintentando sacar dinero de varios cajeros automáticos con las tarjetas de crédito de sus víctimas.
A partir de entonces, la Policía empezó a trabajar en la búsqueda de un joven de entre 25 y 30 años, unos 1,75 metros de altura, piernas delgadas, pelo muy corto, pómulos marcados, sin barba ni gafas ni bigote.
Los investigadores siguieron la pista de Pérez Rangel a raíz de varias llamadas al teléfono móvil del marido de la primera víctima, Antonio Melero, a quien el presunto asesino citó en varios lugares de Barcelona para proporcionarle información sobre el crimen a cambio de 2.000 euros.
Identificado en un bar
Después de varios intentos fallidos, Juan José Pérez Rangel volvió a contactar con Melero para citarle en el pub Bare Nostrum, en la calle Consell de Cent y, aunque no se produjo transacción alguna, la Policía identificó en el citado bar a tres personas, entre ellas, Pérez Rangel, el cual encajaba perfectamente con la descripción del presunto asesino.
"El perfil de Pérez Rangel correspondía exactamente con el que habíamos obtenido a través de las imágenes y por lo que sabíamos por las conversaciones que había mantenido con él el marido de la primera víctima: el de un joven de pelo corto, delgado y de mediana estatura, educado y que hablaba catalán (los agentes se dirigieron a él en este idioma para comprobarlo) y castellano", ha explicado el jefe de la Brigada de Homicidios.
Pérez Rangel no fue detenido en ese momento, aunque la Policía estrechó el cerco sobre él, tras descartar otras hipótesis.
Móvil económico
"Investigamos en el entorno de las dos víctimas, incluso llegamos a pinchar teléfonos, pero no encontramos nada. En cambio, descubrimos que Pérez Rangel vivía en La Mina, había dejado su trabajo en una empresa textil tres días antes de la muerte de la primera mujer y no tenía ni un duro en la cuenta corriente", ha explicado Pérez.
Según el jefe del Grupo de Homicidio, "la última pieza del puzzle" apareció cuando descubrieron que el acusado había alquilado en abril de 2002 una plaza para guardar su motocicleta en el mismo aparcamiento del Putxet en el que murieron asesinadas las dos mujeres.
Luego, llegó la detención de Juan José Pérez Rangel y el registro de su domicilio, donde la Policía encontró, entre otras cosas, anotaciones sobre matrículas de los coches estacionados en el aparcamiento del Putxet, sus ocupantes y los horarios de entrada y salida de los vehículos, las llaves de las esposas con las que se ató a la segunda víctima o un folleto publicitario del gimnasio que regentaba la segunda mujer asesinada.
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