Un hombre guapo, elegante, romántico, tierno, encantador…” Así lo definían sus amigos, sus novias y los que lo conocían, posiblemente lo contrario que pensasen las jóvenes que asesinó.
Nació en 1946, hijo de una joven chica soltera que provenía de una familia puritana. Es rechazado por ella durante los primeros años de su vida por ser hijo ilegítimo. Ella (la madre de Ted) trata de disimular a su hijo, que es considerado como una vergüenza para la familia, tratándolo como si fuese su hermano. Bundy se crió en casa de su abuelo, un hombre violento que pegaba a su mujer.
Las secuelas de estos rechazos en la infancia, serían visibles en la adolescencia, a través de su carácter sumamente tímido e infantil y de su tendencia a la soledad. Comienza a aislarse de sus compañeros de juego y adopta un cruel y extraño comportamiento hacia cuanto le rodea, por ejemplo, mutilando los animales que atrapa.
Más tarde cursa estudios de Derecho y colabora en algún partido político trabajando activamente en las campañas. Pero en esa etapa de su vida, decepcionado por una sociedad en la que no encaja, comienza su etapa como asesino en serie.
El primero de sus crímenes tendría lugar en Washington en 1974, cuando ataca a una mujer mientras dormía golpeándola con una barra de hierro. Apenas un mes más tarde asesina a una joven en el mismo campus universitario, llevándose el cuerpo lejos de allí una vez muerta ésta, pero dejando la habitación llena de sangre.
Fue un estudiante aplicado y con buenas notas en la Universidad de Washington y en la Universidad de Puget Sound (Tacoma) con la licenciatura en psicología. Trabajó en varios lugares sin durar mucho tiempo en ellos.
Durante la primavera de 1967 se enamoró de Stephanie Brooks, una hermosa e inteligente joven de familia acomodada. Stephanie fue el sueño hecho realidad de Bundy, pero dos años después ella se graduó en Psicología y finalizó la relación por considerar que su pareja era indiscreta y carecía de objetivos claros en la vida. Bundy nunca superó la ruptura y se obsesionó con Stephanie manteniendo contacto a través de cartas para, así, intentar reconquistarla.
Abandonó los estudios durante un tiempo y después regresó a la Universidad de Washington para matricularse en Derecho. Fue considerado un estudiante brillante y estimado entre sus profesores. Paralelamente inició una relación de 5 años con Meg Anders (su nombre real Elizabeth Kloepfer), quien era divorciada y tenía una hija pequeña. Sin embargo, Meg desconocía que su novio había estado saliendo con una chica de California con la que seguía escribiéndose cartas.
Durante 1969 y 1972 todo fue bien: envió solicitudes de admisión a escuelas de Derecho y estuvo involucrado en actividades comunitarias. Incluso obtuvo una condecoración de la policía de Seattle por salvar a un niño de tres años de morir ahogado. También se relacionó con figuras importantes del Partido Republicano de los Estados Unidos. Todo cambió en 1973, cuando se reencontró con Stephanie, con la que mantuvo una relación que duró entre el verano e invierno de ese mismo año. Al final, Bundy la abandonó sin que ella volviera a saber nunca más de él.
Antes de comenzar a asesinar perpetró una serie de hurtos en casas ajenas y comercios mientras estaba ebrio.
El 4 de enero de 1974 entró en el cuarto de la universitaria Joni Lenz, de 18 años, la golpeó con una palanca metálica y la violó con una pata de la cama. Al día siguiente, la chica fue hallada malherida y sobrevivió con daño cerebral permanente. Bundy contaba con 27 años.
Veintisiete días después atacó a la estudiante en Psicología de la Universidad de Washington Lynda Ann Healy, de 21 años. Bundy entró en su dormitorio, la dejó inconsciente con un golpe y la sacó de la escuela. Nadie notó la ausencia de la joven hasta el día siguiente. La policía no estableció ninguna conexión entre las dos agresiones y tampoco se hicieron mayores pruebas ni estudios de la escena del crimen. Los restos de Lynda Ann fueron descubiertos un año después en una montaña cercana.
Durante la primavera y verano de 1974 desaparecieron varias universitarias y madres jóvenes. Se calcula que fueron ocho víctimas a las que atacó de noche hasta que comenzó a hacerlo de día. La policía había iniciado una investigación y contaba con descripciones acerca de un hombre que solicitaba ayuda a chicas que jamás volvían a ser vistas. El individuo tenía la particularidad de ir cargado con libros y llevar un brazo enyesado o en cabestrillo. También hubo testigos que observaron a un hombre que solía tener "problemas" para arrancar su Volkswagen, el cual había sido visto rondando el sitio donde desaparecieron dos de las jóvenes asesinadas.
El 9 de febrero de 1974, Carol Valenzuela, de 20 años, desapareció de Vancouver (Canadá). Su cadáver no fue descubierto hasta el mes de octubre junto a otro cuerpo sin identificar.
El 11 de febrero de 1974 desapareció Nancy Wilcox, de 16 años. Su cuerpo nunca fue hallado.
El 12 de marzo de 1974 Donna Mason, de 19 años, fue vista por última vez mientras iba a un concierto de jazz del campus.
El 17 de abril, Susan Rancourt de 18 años, caminaba por los jardines del Central Washington State College cuando desapareció.
Un mes más tarde desapareció Roberta Parks, de 20 años, quien había quedado con unas amigas para tomar café. Nunca llegó. Parks se encontró con un hombre aparentemente lesionado que le pidió ayuda para subir unas cosas a su auto. Jamás fue vista de nuevo.
El 1 de junio de 1974, Brenda Ball, de 22 años, salió de la Taberna Flame en Burien (Washington) después de comentar a sus amigos que iba a buscar a alguien que la llevara a Sun City (California). La última vez que la vieron estaba hablando con un hombre con el brazo en un cabestrillo. Diecinueve días más tarde se descubrió que Brenda nunca llegó a su destino.
El 11 de junio de 1974 Georgann Hawkins, de 18 años, perteneciente a la fraternidad Kappa Alpha Theta de Seattle, desapareció después de despedirse de su novio e ir a buscar unos libros para un examen de castellano. Su compañera de habitación y la encargada del dormitorio reportaron su desaparición a la mañana siguiente.
El 14 de julio, la universitaria Janice Ott dejó una nota a su compañera de habitación avisándole que se iba en bicicleta al parque Lake Sammamish. Allí se le vio conversar con un hombre que tenía el brazo enyesado y le pedía ayuda para cargar libros en su auto. Días después volvió al mismo parque y secuestró a Denise Naslund, la cual pasaba el día con su novio y amigos. Los restos de Janice y Denise fueron encontrados en agosto de 1974 en el mismo lago Sammamish.
Bundy despistaba a la policía porque sabía cómo alterar su aspecto físico. Se cambiaba el peinado, se dejaba crecer barba y bigote o se los afeitaba. También cambió de residencia y se mudó a Midvale (Utah), donde el 30 de agosto de 1974 se matriculó como estudiante en la Facultad de Leyes en la Universidad de Utah.
El 18 de octubre de 1974 asesinó a Melissa Smith, la hija del sheriff local. La secuestró mientras ella iba a pasar la noche en casa de una amiga. Su cadáver fue encontrado nueve días después en Summit Park.
El 30 de octubre desapareció Laura Aimee, de 17 años, cuando volvía de una fiesta de Halloween. Su cadáver fue encontrado en los montes Wasatch mostrando signos de haber sido golpeada en la cabeza con una cuña de metal y violada.
La policía inició una investigación y descubrió similitudes en el modus operandi con algunos asesinatos ocurridos en Washington. Entre ambas comisarías elaboraron un retrato hablado del posible aspecto que tendría el asesino.
Bundy cometió su primer error el 8 de noviembre de 1974, cuando se acercó a Carol DaRonch en el Fashion Place Mall en Murray, Utah. Haciéndose pasar por un oficial de policía, le informó que habían intentado robar su coche. DeRonch subió al auto de Bundy bajo la creencia errónea de que iban a comisaría para presentar un informe. Después de detener abruptamente el coche, Bundy sacó una pistola y le esposó una muñeca. Ella luchó y consiguió apartarse antes de que Bundy pudiera fijar el otro extremo de las esposas. Ella lo golpeó en la cara y salió corriendo. Consiguió que un motorista que pasaba la llevara a la policía.
En la comisaría, Carol narró lo sucedido y así se obtuvo la descripción del hombre, del vehículo y el tipo de sangre del atacante.
Esa misma noche (8 de noviembre), Debby Kent, de 17 años, desapareció del aparcamiento del instituto Viewmont, donde había acudido junto a sus padres a ver una obra de teatro. Los familiares, preocupados por la tardanza de Debby, llamaron a la policía que tras una búsqueda por el estacionamiento encontraron la llave de un par de esposas. La llave pertenecía a las esposas con las que, horas antes, se había presentado Carol DeRonch en la estación de policía.
La directora de la obra de teatro, Jean Graham, declaró que durante la actuación un hombre de aspecto parecido al del sospechoso le había solicitado que lo acompañara al aparcamiento para identificar un vehículo, pero ella se había negado porque estaba ocupada con la obra.
Casi un mes después de ocurridos los hechos, un hombre llamó a la policía para informar de que la noche de la desaparición de Debby había visto salir precipitadamente un Volkswagen de color claro del estacionamiento de la escuela.
El 12 de enero de 1975, Caryn Campbell, de 23 años, acompañó a su prometido, el doctor Raymond Gadowski, a un seminario en Aspen (Colorado). Mientras descansaban en el salón del hotel ella regresó a la habitación para buscar una revista. El doctor Gadowski y sus hijos decidieron ir a buscarla al ver que no regresaba, pero no la encontraron. A media mañana se dio parte a la policía de su desaparición.
Un mes después un trabajador encontró el cadáver de Caryn en un banco de nieve a varios kilómetros del hotel. Había sido violada y brutalmente golpeada. No se encontró evidencia alguna del atacante.
El 1 de marzo de 1975 fue descubierto un cráneo en una zona boscosa de las montañas Taylor. Pertenecía a Brenda Ball. La policía realizó una amplia búsqueda por los alrededores y tres días después encontraron partes de los cuerpos de Lynda Healy, Susan Rancourt y Roberta Parks. Posteriormente se hallaron otros restos que fueron identificados como pertenecientes a Donna Mason.
El descubrimiento de algunas de las víctimas no detuvo a Bundy.
El 15 de marzo de ese mismo año secuestró a Julie Cunningham, de 26 años, cuando se dirigía a una taberna en Vail (Colorado). Su cuerpo no ha sido hallado.
El 6 de abril de 1975 tras discutir con su marido, Denise Oliverson, de 25 años, decidió ir a visitar a sus padres en Grand Junction (Colorado). Denise no regresó aquella tarde, pero tampoco llegó a casa de sus padres. Desapareció y su cuerpo aún no ha sido encontrado.
Nueve días más tarde, Melanie Cooley, de 18 años, desapareció cuando regresaba del instituto. Un trabajador de caminos descubrió su cadáver el 23 de abril. La chica había sido golpeada con una barra, sus manos atadas a la espalda mientras una funda de almohada estaba fuertemente anudada alrededor de su cuello.
El 1 de julio de 1975, Shelley Robertson, de 24 años, decidió viajar por el país practicando autostop. Sus amigos no se preocuparon demasiado cuando pasaron varios días sin verla. Hubo testigos que la vieron en una gasolinera hablando con un hombre que conducía un viejo camión. El 21 de agosto su cadáver fue descubierto por dos estudiantes en el pozo de una mina cercana a Georgetown (Colorado).
Debido al retrato hablado del asesino, una amiga cercana de Meg Anders lo reconoció como Ted Bundy. Meg Anders también llamó de manera anónima a la policía sugiriendo que su novio podría tener algo que ver con las muertes. A pesar de que se facilitaron fotos recientes de Bundy a la policía, los testigos fallaron al hacer la correspondiente identificación. La policía desechó esa pista para enfocarse en otros informes. La atención hacia Ted Bundy se disipó hasta algunos años más tarde.
Bundy adoptó la estrategia de trasladarse de un estado a otro para evitar que la policía descubriera sus patrones. Con el paso del tiempo sus ataques se volvieron cada vez más erráticos y temerarios. Algunas de sus víctimas se convirtieron en testigos, lo que más tarde harían posible el enjuiciamiento de Bundy.
El 16 de agosto de 1975 un patrullero detuvo un Volkswagen para comprobar su matrícula. El sospechoso se dio a la fuga, pero fue detenido poco después. En el auto se encontró una palanca de metal, esposas, cinta y otros objetos que dieron inicio a una investigación a gran escala en torno a un hombre: Theodore Robert Bundy.
El 23 de febrero de 1976 comenzó el juicio contra Ted Bundy por secuestro agravado. Tenía 29 años y entró en la sala con la confianza de que no existían pruebas suficientes contra él. Sin embargo, Carol DaRonch lo señaló como el hombre que intentó secuestrarla y amenazó con matarla. Él negó conocerla, pero carecía de coartada. El 30 de junio de 1976 fue sentenciado a una condena de 15 años de prisión con posibilidad de libertad condicional.
En prisión, los médicos le efectuaron pruebas psicológicas y toxicológicas concluyendo que no era psicótico ni drogadicto o alcohólico y que tampoco sufría algún tipo de daño cerebral. Los resultados de las pruebas permitieron seguir preparando procesos en su contra.
Las pruebas periciales del Volkswagen determinaron que las muestras de pelo encontradas eran de Melissa Smith y de Caryn Campbell. Exámenes posteriores revelaron que las contusiones cerebrales en ambos cuerpos podían haber sido ocasionadas por la palanca encontrada en el coche de Bundy. La policía deColorado levantó cargos por asesinato el 22 de octubre de 1976. En abril de 1977 fue trasladado a la prisión del condado de Garfield.
Durante los preparativos de su segundo juicio, Bundy despidió a sus abogados y decidió defenderse él mismo. Por ese motivo se le permitió visitar la Biblioteca de la Corte de Aspen (Colorado). El 7 de junio de 1976 saltó desde la ventana de la biblioteca, lesionándose el tobillo. Aun así, eludió a la policía durante 6 días y sobrevivió robando y durmiendo en una caravana abandonada. La policía lo atrapó cuando trataba de robar otro Volkswagen con las llaves puestas.
Volvió a escapar de nuevo en enero de 1977 trepando al techo de una de las estaciones de la cárcel, para desde ahí acceder a otra parte del techo que desembocaba en el armario de un departamento vacío del penal. Esperó a que no hubiera nadie cerca y salió por la puerta delantera de uno de los departamentos de los funcionarios de prisiones. Hasta la mañana siguiente, pasadas 15 horas, no se dieron cuenta de su desaparición. Esta vez huyó a Chicago y Florida usando el seudónimo de Chris Hagen.
El 14 de enero de 1977 el edificio de la fraternidad Chi Omega estaba semivacío cuando Nita Neary volvió en la madrugada. Le extrañó que la puerta estuviera abierta y decidió esconderse. Vio salir del edificio a un hombre con una gorra azul y una carpeta envuelta en un trapo. Creyendo que habían asaltado la fraternidad, fue en busca de su compañera Karen Chandler, a la que encontró tambaleándose por el pasillo herida gravemente. Kathy Kleiner fue hallada con vida, aunque malherida, en su cuarto.
La policía encontró el cadáver de Lisa Levy, que había sido golpeada en la cabeza y brutalmente violada. También estaba el cadáver de Margaret Bowman, estrangulada mientras dormía, con un golpe en la cabeza que le destrozó el cráneo. El resto de las chicas no pudieron aportar más pistas salvo el testimonio de Nita Neary.
No lejos de allí, Bundy atacó a Cheryl Thomas, que sobrevivió a una paliza brutal. Su cráneo fue fracturado en cinco lugares, tenía la mandíbula rota y un hombro dislocado. La joven sufrió pérdida permanente de la audición y problemas de equilibrio. En la escena del crimen se encontraron evidencias corporales, como cabello y sangre del autor.
El 9 de febrero de 1977 secuestró a Kimberly Leach, de 12 años, en Lake City. Su amiga Priscila narró a la policía que la había visto subirse a una camioneta blanca con un hombre del que no pudo aportar más datos. Ocho semanas después se encontró en Florida el cuerpo de Kimberly.
Tras el asesinato de Leach, Bundy por alguna razón regresó a su apartamento de Tallahassee. Al parecer se deshizo de la furgoneta blanca y casi fue detenido cuando intentaba robar otro vehículo. Escapó cuando el oficial lo dejó solo mientras revisaba las placas del coche robado. De regreso a su apartamento limpió el lugar de huellas, robó un VW y finalmente dejó Tallahassee. Después de algunos encuentros intensos con los empleados del hotel en relación con sus tarjetas de crédito (eran robadas y habían sido denunciadas), Bundy terminó en Pensacola, Florida, donde las placas del auto robado fueron reconocidas por un oficial de patrulla, que lo detuvo después de una corta persecución y de una breve lucha.
El 25 de junio de 1979 en Miami (Florida) se le juzgó por los crímenes de la fraternidad Chi Omega. Fueron nombrados como los delitos de la década, y tuvieron tal impacto en la opinión pública que hicieron que gran parte de losestadounidenses consideraran a Bundy como la encarnación del Mal.
Bundy ejerció como su propio abogado, pero las evidencias contra él fueron aplastantes. Primero fue el testimonio de Nita Neary, que lo señaló cómo el hombre al que vio salir con gorra de la fraternidad. Después subió al estrado elodontólogo Souviron, que determinó que las marcas de dientes encontradas en el cuerpo Levy coincidían con la dentadura de Bundy. Testigos de cargo y descargo fueron llamados por ambos lados (incluyendo a María Luisa Bundy) para la defensa. Bundy lloró durante el testimonio de su madre (una rara muestra de emoción real). Al jurado le fue permitido escuchar detalles del secuestro de DaRonch.
El 31 de julio de 1979, tras siete horas de deliberación, el jurado lo declaró culpable. Él escuchó el veredicto sin demostrar emoción alguna, a diferencia de su madre, que suplicó piedad. Ted afirmó ser víctima de una farsa, de un juicio injusto y abusivo, por lo que no tenía que pedir clemencia por algo que no había cometido. El juez Cowart lo sentenció a la pena de muerte en la silla eléctrica por los asesinatos de Lisa Levy y Margaret Bowman.
Aunque Bundy ya se encontraba en el corredor de la muerte, el estado de la Florida decidió juzgarlo por el asesinato de Kimberly Leach. El 7 de enero de 1980 comenzó el juicio. Tras el fracaso de ejercer como su propio abogado, Bundy contrató a Julius Africano y Lynn Thompson. Con ellos trazó la idea de apelar por incapacidad mental. Pero la estrategia legal no funcionó y fue declarado culpable.
Durante el procedimiento penal del caso Leach, aprovechó una antigua ley de la Florida que proclamaba que toda declaración de matrimonio en un juzgado, hecha en presencia de funcionarios judiciales, era válida y legalmente vinculante. Haciendo uso de ese derecho le propuso matrimonio a su novia, Carol Ann Boone. En ese momento, Boone se convirtió en la esposa de Bundy. Pocas horas más tarde sería condenado a muerte por el asesinato de Leach y enviado a la prisión de Raiford.
Nada fue fácil con Bundy y su ejecución no sería diferente. Siguió proclamando su inocencia y metódicamente agotó sus apelaciones. Representándose a sí mismo obtuvo numerosos retrasos a la ejecución, la primera siendo el 4 de marzo de 1986, incluyendo unos quince minutos antes de la hora programada para morir el 2 de julio de 1986, y otro el 18 de noviembre, a tan sólo siete horas de la ejecución.
Este criminal usaba y abusaba de su encanto personal y no dudó en utilizar esta capacidad en su lucha por retrasar su final. Resaltando tal rasgo, el criminólogo Robert Ressler estima que Bundy se favoreció, pues la prensa interpretó mal aquel encanto personal. Señala que, al contrario de la imagen que de él brindaban los medios de difusión, este delincuente no era "el Rodolfo Valentino de los asesinos en serie, sino un hombre brutal, sádico y pervertido".
Buscando aplazar el cumplimiento de su sentencia, le confesó al doctor Bob Keppel, jefe de investigadores del Departamento de Justicia de Washington, con quien había colaborado tiempo atrás en la búsqueda de Gary Ridgway (asesino en serie conocido como el Asesino del Rio Verde), algunos de los lugares en donde guardaba los restos de unas cuantas de sus víctimas. En su casa fueron descubiertas algunas de las cabezas de sus víctimas. La conducta de Bundy fue catalogada como perversión y compulsión necrofílica.
El 17 de enero de 1989 obtuvo la fecha definitiva: Iba a ser ejecutado una semana después. Bundy no había terminado su lucha para evitar la muerte y trató de mantener sus confesiones como cebo para, así, obtener más tiempo. Él y sus abogados pidieron una prórroga de tres años para que confesara los demás asesinatos. También trató de coaccionar a los familiares de sus víctimas para que solicitaran a la corte que le otorgaran más tiempo para poder confesar. A pesar de no conocerse el paradero de muchas de las víctimas, todas las familias se negaron.
Mientras permaneció encerrado trató de diferir al máximo la fecha de su ejecución y pretendió haber perpetrado más cantidad de asesinatos, inventando detalles y proporcionando datos inconexos para así ganar tiempo con las reconstrucciones y búsquedas. Llegó al colmo de proponer ayudar a las autoridades a detener a otros asesinos en serie, aprovechando que por aquel entonces hacía estragos el llamado "caso de los crímenes del río verde", otra secuencia de muertes violentas que tuvo por objeto a prostitutas.
Considerando esta actitud, aquellos que estudiaron la personalidad delictiva de este homicida serial destacaron que se trataba de un mentiroso compulsivo que tuvo la osadía, una vez cercana la hora de su ejecución, de tratar de demorar el momento de la misma intentando engatusar a la Policía y al FBI prometiendo la confesión de todos los crímenes que había cometido.
Bundy celebró una maratón de entrevistas y confesiones durante sus últimos días, aunque nunca estuvo dispuesto a admitir todo, especialmente los asesinatos de algunas de las víctimas más jóvenes. En su último día llamó a su madre y rechazó su última comida. Fue electrocutado el 24 de enero de 1989 y declarado muerto a las 07:16 de la mañana.
En enero de 1989, Bundy fue entrevistado por James Dobson una tarde antes de su ejecución. En la entrevista Bundy dijo que la pornografía violenta desempeñó un importante papel en sus crímenes sexuales. Según Bundy, cuando era un niño encontró "fuera de casa, en el supermercado local, en una farmacia, pornografía suave... Y de vez en cuando encontraba libros pornográficos con contenido más explicito..." Bundy dijo, "Sucedió en etapas, poco a poco, mi experiencia con la pornografía en general, pero con la pornografía que presenta un nivel alto de violencia sexual, una vez que te vuelves adicto a ella, —y esto lo veo como una especie de adicción igual que otros tipos de adicción— comienzas a buscar todo tipo de material con cosas más potentes, más explícitas, más gráficas. Hasta llegar a un punto en el que la pornografía va tan lejos que comienzas a preguntarte como sería hacerlo en realidad".
Algunos investigadores creen que la permanente insistencia de Bundy de que la pornografía fue un factor contribuyente en sus crímenes fue otro intento de manipulación. Una vana esperanza de impedir su ejecución diciéndole a Dobson lo que quería oír.
En una carta escrita poco antes de su fuga de la cárcel de Glenwood Springs, Bundy manifestó "He conocido a personas que irradian vulnerabilidad... Sus expresiones faciales dicen: Tengo miedo de ti. Estas personas invitan al abuso... Esperando ser lastimadas, ¿sutilmente lo fomentan?".
En una entrevista de 1980, hablando de la justificación en las acciones de un asesino en serie, Bundy dijo: "¿Que es uno menos? ¿Qué significa una persona menos en la faz del planeta?" .
Cuando los detectives de Florida pidieron a Bundy que les dijera en dónde había dejado el cuerpo de Kimberly Leach para darle paz a la familia, él supuestamente replicó: "Pero si soy el hijo de puta más duro que jamás han conocido."
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