El doble crimen de un padre y una hija conmocionaba a los almonteños el 29 de abril del 2013.
Los cuerpos de Miguel Ángel Domínguez y su hija María de apenas ocho
años, eran encontrados en su casa con múltiples heridas de arma blanca,
después de que el abuelo paterno reparase en que la pequeña no había ido
al colegio y su hijo tampoco se encontraba en su puesto de trabajo.El 7 de septiembre comenzó el juicio con la presencia del único imputado, Francisco Javier Medina,
para hacer tambalear su presunción de inocencia en
el banquillo de la Audiencia Provincial de Huelva como acusado de
los asesinatos de Miguel Ángel Domínguez y su hija María,
acuchillados hasta la muerte en el domicilio familiar de Almonte.
Presentadas las cuestiones previas por las partes y después de un receso que llevó la segunda sesión del juicio, la sala enmudecía cuando escuchaban las declaraciones más esperadas, la del acusado. Francisco Javier diciendo que «por supuesto no los maté» a preguntas del fiscal y que «no tenía celos de Miguel Ángel. ¿Cómo iba a tener celos si yo estaba con Marianela?», asegurando que «siempre la ha respetado y que nunca le dijo que dejara a su marido».
El acusado mantenía desde años una relación oculta con Marianela Olmedo, madre y mujer de las víctimas, declarando en el turno de interrogatorios de la Fiscalía, daba detalles de la relación que mantenía con su entonces amante y de sus obligaciones laborales así como de su turno de trabajo en un supermercado, en el que también trabajaba la víctima.
El acusado definió al fallecido como una persona que «no tenía problemas con nadie y a la que todo el mundo quería en Almonte», con quien llegó a compartir turno de trabajo, manteniendo una relación «cordial». En una ocasión, Miguel Ángel llegó a mandarle un mensaje al teléfono después de detectar una llamada a su mujer. «Nos cogió varias veces», admitió.
El jurado conformado en la Audiencia, asistió a las exposiciones de los hechos realizadas por la Fiscalía, representada por Pablo Mora, y las acusaciones particulares en nombre de Marianela Olmedo, ejercida por Inmaculada Torres, como de la familia de Miguel Ángel, el abogado Gustavo Arduan.
El «móvil pasional» y «la violencia y agresividad» con los que se cometieron los asesinatos, fueron el común denominador en las intervenciones de cada una de las acusaciones. Las tres partes de este triángulo amoroso eran asimismo compañeros de trabajo en el mismo supermercado, perteneciente a una cadena de ámbito nacional.
Además, el fiscal y las acusaciones particulares destacaron como prueba clave la presencia de ADN del acusado en tres toallas sin restos de sangre encontradas en la vivienda de la Avenida de los Reyes de Almonte, en la que fueron descubiertos los cuerpos sin vida de las víctimas, literalmente cosidas a puñaladas.
«Una vez fallecido, en el suelo y boca abajo, Miguel Ángel tenía marcada en la espalda una cruz por el asesino, símbolo de poderío, de anulación y triunfo» , desveló el letrado de la familia, explicando al jurado que, según la defensa, el ADN del acusado encontrado en las toallas, «no fueron por contacto directo sino que, como un pajarito que vuela, llegaron después de que el acusado mantuviera relaciones con Marianela Olmedo», con la que Francisco Javier Medina mantenía una relación sentimental desde años, paralela al matrimonio.
La defensa, que ejercen los letrados Francisco Baena Bocanegra y Juan Ángel Rivera, mantienen que los restos encontrados en las toallas se hicieron por transferencia y presentaron un informe pericial para avalar esta hipótesis. «La defensa no cede ni un ápice en que es un hombre inocente y una víctima», manifiesta Bocanegra para afirmar que «la investigación del caso es una auténtica chapuza».
Una jornada en Huelva dejó el juicio hasta que empezaron a declarar los testigos, comenzando por Marianela Olmedo, que mantuvo la relación con el acusado hasta su detención en junio del 2014.
Presentadas las cuestiones previas por las partes y después de un receso que llevó la segunda sesión del juicio, la sala enmudecía cuando escuchaban las declaraciones más esperadas, la del acusado. Francisco Javier diciendo que «por supuesto no los maté» a preguntas del fiscal y que «no tenía celos de Miguel Ángel. ¿Cómo iba a tener celos si yo estaba con Marianela?», asegurando que «siempre la ha respetado y que nunca le dijo que dejara a su marido».
El acusado mantenía desde años una relación oculta con Marianela Olmedo, madre y mujer de las víctimas, declarando en el turno de interrogatorios de la Fiscalía, daba detalles de la relación que mantenía con su entonces amante y de sus obligaciones laborales así como de su turno de trabajo en un supermercado, en el que también trabajaba la víctima.
El acusado definió al fallecido como una persona que «no tenía problemas con nadie y a la que todo el mundo quería en Almonte», con quien llegó a compartir turno de trabajo, manteniendo una relación «cordial». En una ocasión, Miguel Ángel llegó a mandarle un mensaje al teléfono después de detectar una llamada a su mujer. «Nos cogió varias veces», admitió.
El jurado conformado en la Audiencia, asistió a las exposiciones de los hechos realizadas por la Fiscalía, representada por Pablo Mora, y las acusaciones particulares en nombre de Marianela Olmedo, ejercida por Inmaculada Torres, como de la familia de Miguel Ángel, el abogado Gustavo Arduan.
El «móvil pasional» y «la violencia y agresividad» con los que se cometieron los asesinatos, fueron el común denominador en las intervenciones de cada una de las acusaciones. Las tres partes de este triángulo amoroso eran asimismo compañeros de trabajo en el mismo supermercado, perteneciente a una cadena de ámbito nacional.
Además, el fiscal y las acusaciones particulares destacaron como prueba clave la presencia de ADN del acusado en tres toallas sin restos de sangre encontradas en la vivienda de la Avenida de los Reyes de Almonte, en la que fueron descubiertos los cuerpos sin vida de las víctimas, literalmente cosidas a puñaladas.
«Una vez fallecido, en el suelo y boca abajo, Miguel Ángel tenía marcada en la espalda una cruz por el asesino, símbolo de poderío, de anulación y triunfo» , desveló el letrado de la familia, explicando al jurado que, según la defensa, el ADN del acusado encontrado en las toallas, «no fueron por contacto directo sino que, como un pajarito que vuela, llegaron después de que el acusado mantuviera relaciones con Marianela Olmedo», con la que Francisco Javier Medina mantenía una relación sentimental desde años, paralela al matrimonio.
La defensa, que ejercen los letrados Francisco Baena Bocanegra y Juan Ángel Rivera, mantienen que los restos encontrados en las toallas se hicieron por transferencia y presentaron un informe pericial para avalar esta hipótesis. «La defensa no cede ni un ápice en que es un hombre inocente y una víctima», manifiesta Bocanegra para afirmar que «la investigación del caso es una auténtica chapuza».
Una jornada en Huelva dejó el juicio hasta que empezaron a declarar los testigos, comenzando por Marianela Olmedo, que mantuvo la relación con el acusado hasta su detención en junio del 2014.
Los cuerpos del padre,
de 40 años, y de su hija de 7, que presentaban signos de violencia y
heridas de arma blanca, fueron hallados en torno a las 14:40 horas del
29 de abril de 2013 por el padre y abuelo paterno de los fallecidos en
el domicilio de la Avenida de los Reyes número 3 donde residían.
Ver más en: http://www.20minutos.es/noticia/2176108/0/detenido-doble-crimen/padre-hija/almonte-huelva/#xtor=AD-15&xts=467263
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Los cuerpos del padre,
de 40 años, y de su hija de 7, que presentaban signos de violencia y
heridas de arma blanca, fueron hallados en torno a las 14:40 horas del
29 de abril de 2013 por el padre y abuelo paterno de los fallecidos en
el domicilio de la Avenida de los Reyes número 3 donde residían.
Ver más en: http://www.20minutos.es/noticia/2176108/0/detenido-doble-crimen/padre-hija/almonte-huelva/#xtor=AD-15&xts=467263
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Los cuerpos del padre,
de 40 años, y de su hija de 7, que presentaban signos de violencia y
heridas de arma blanca, fueron hallados en torno a las 14:40 horas del
29 de abril de 2013 por el padre y abuelo paterno de los fallecidos en
el domicilio de la Avenida de los Reyes número 3 donde residían.
Ver más en: http://www.20minutos.es/noticia/2176108/0/detenido-doble-crimen/padre-hija/almonte-huelva/#xtor=AD-15&xts=467263
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Los cuerpos del padre,
de 40 años, y de su hija de 7, que presentaban signos de violencia y
heridas de arma blanca, fueron hallados en torno a las 14:40 horas del
29 de abril de 2013 por el padre y abuelo paterno de los fallecidos en
el domicilio de la Avenida de los Reyes número 3 donde residían.
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