Venimos advirtiendo encarecidamente de que todo asesino,agresor sexual o
violador,precisa de internamiento aislado de la sociedad civil de forma
permanente,es decir, cadena perpetua,nada de condenas a 5 , 10, 30 ó 50
años, ya que insistimos,toda persona criminal y maltratador,tiende a
reincidir en futuras ocasiones a las que tiene oportunidad,la razón no
es otra de que el cerebro de este tipo de personas está DISOCIADO,es
decir , contiene tara,defecto interno,desconexión.Esto se les ha
producido por alguna patología durante sus etapas en la
infancia,adolescencia,por haber sido víctimas de abusos ,
maltratos,ambiente familiar delictivo,amenazas con daños,tragedias que
no han sido tratadas con especialistas en sus psicologías.
Escribo todo esto para enfatizar una vez más,la impunidad con la que son tratados los individuos criminales y agresores en este país,un ejemplo mas está en el del asesino de la joven Nagore Laffage,que es puesto en libertad tras haber cumplido una pena irrisoria de 9 años. Solo 9 años por haber violado,apaleado,estrangulado y seccionado partes del cuerpo de la joven Nagore el día 7 de julio del 2008,en Pamplona durante los sanfermines,fiesta ésta que está siendo toda una lacra para las mujeres,porque son muchas que sufren tocamientos,agresiones y hasta violaciones,al mas puro estilo del tristemente grupo famoso La Manada,los jóvenes sevillanos que violaron en grupo a una chica en los citados sanfermines del 2016,entre los agresores se encuentra un Guardia Civil.
La joven irunesa Nagore Laffage llamó por el móvil al teléfono 112 de emergencias antes de ser asesinada el 7 de julio del 2008 en un piso de Pamplona. Ese extremo de la investigación, que era ignorado, salió a la luz en el relato de los hechos que realiza el fiscal en sus conclusiones provisionales. Según el escrito, la llamada fue recibida en la central de emergencias «sin que pudieran actuar desde tal centro».
Escribo todo esto para enfatizar una vez más,la impunidad con la que son tratados los individuos criminales y agresores en este país,un ejemplo mas está en el del asesino de la joven Nagore Laffage,que es puesto en libertad tras haber cumplido una pena irrisoria de 9 años. Solo 9 años por haber violado,apaleado,estrangulado y seccionado partes del cuerpo de la joven Nagore el día 7 de julio del 2008,en Pamplona durante los sanfermines,fiesta ésta que está siendo toda una lacra para las mujeres,porque son muchas que sufren tocamientos,agresiones y hasta violaciones,al mas puro estilo del tristemente grupo famoso La Manada,los jóvenes sevillanos que violaron en grupo a una chica en los citados sanfermines del 2016,entre los agresores se encuentra un Guardia Civil.
La joven irunesa Nagore Laffage llamó por el móvil al teléfono 112 de emergencias antes de ser asesinada el 7 de julio del 2008 en un piso de Pamplona. Ese extremo de la investigación, que era ignorado, salió a la luz en el relato de los hechos que realiza el fiscal en sus conclusiones provisionales. Según el escrito, la llamada fue recibida en la central de emergencias «sin que pudieran actuar desde tal centro».
El fiscal en sus conclusiones solicitó 20
años de prisión por asesinato a José Diego Yllanes por la
muerte de Nagore, así como una indemnización de
300.000 euros para los padres de la víctima. La joven de Irun, tenía 20
años y enfermera en prácticas de una clínica pamplonesa en la que el
acusado trabajaba como psiquiatra, fue hallada muerta el 7 de
julio del 2008 en un paraje de Olondriz (Navarra), y horas después fue detenido el pamplonés de 27 años, quien reconoció la autoría del
crimen al declarar ante la juez de instrucción número 2 de Aoiz.
El escrito de acusación del Ministerio Público, fue notificado a
las partes por el Juzgado de Instrucción número 1 de Pamplona, órgano de la investigación del crimen, lo que ocurrió en la
mañana del 7 de julio, cuando José Diego Yllanes y Nagore Laffage se
encontraron en la calle en Pamplona a las 07.00 horas y decidieron
ir al piso del joven. Nagore «se dirigió
directamente al asesino, sin saludar prácticamente a sus amigas que allí
se encontraban, diciéndole Nagore algo al oído de José Diego e
inmediatamente se fueron ambos juntos abrazándose en dirección» al piso.
Una vez en el domicilio, José Diego y Nagore «comenzaron
de mutuo acuerdo ya en el ascensor a besarse, abrazarse y a tener
contacto físico de forma apasionada», una situación que se prolongó en
el interior de la vivienda, «donde el acusado de forma violenta desnudó a
Nagore hasta quitarle su ropa interior, momento en el que ésta le dijo
al acusado que no quería continuar en esa conducta sexual».
Esto motivó que el joven «de manera deliberada la
violase y golpease en diferentes partes del cuerpo, le cogiese por el cuello y le
apretase hasta privarle de respiración», lo que provocó que la chica «se
quedara paralizada e inconsciente durante un tiempo no determinado». A las 10.04 horas Nagore localizó el
teléfono móvil del asesino, con el que logró conectar con el teléfono de
emergencias 112, donde, pese a recibir la llamada, no pudieron actuar,
de forma que el asesino en ese momento se percató de la conducta de la
chica. Volvió entonces a agarrarla por el cuello «apretándole
fuertemente hasta causarle la muerte por asfixia mediante estrangulación
manual», acción que realizó «con total facilidad al aprovechar la
situación de absoluta indefensión de Nagore Laffage, por hallarse
semiinconsciente y aturdida sin capacidad física para repeler la
agresión».
Una vez muerta Nagore, la apaleó,la seccionó y la introdujo en bolsas,
limpió el piso y trasladó el cadáver al paraje de Oianburu de
Orondritz (Navarra), donde lo ocultó, aunque éste fue hallado por unas personas ese mismo día a las 17.45 horas. Por todo ello, José Diego Yllanes fue acusado como responsable del asesinato
sin circunstancias modificativas de su responsabilidad, pidieron para él
20 de años de prisión y la prohibición de aproximarse por cinco años a
los padres de la víctima, para cada uno de los cuales pidieron una
indemnización de 150.000 euros por daños morales.
El asesino de Nagore Laffage,
José Diego Yllanes, afirmó que "no quise hacerlo pero la maté" y
señaló, en su relato en el juicio, que recuerda estar encima de la
víctima "apretándole el cuello" y que la joven quedó muerta. La
declaración de Yllanes se prolongó durante casi
tres horas. En un actitud sumisa y cabizbajo, sin llegar a emocionarse,
el procesado manifestó que iba a "decir la verdad".
"Asumo que hay un resultado y que voy a pagar por ello",
dijo. Señaló que a un psiquiatra, profesión que ejercía, se le
presupone "tranquilidad" en situaciones difíciles y que lo que ocurrió
la mañana de los hechos fue precisamente "lo contrario", "se sale de lo
normal y de lo que cabía esperar". Yllanes señaló que como persona tiene
"fallos" y pidió perdón. "Me avergüenzo de mí mismo", apuntó y puso a
disposición de la familia de Laffage todo lo que tiene aunque "sé que
una vida no se paga con dinero".
El asesino, incurrió en varias contradicciones a lo largo de su intervención, respondió en primer lugar a las preguntas del Ministerio Fiscal y señaló que no conocía ni a Nagore Laffage ni
a sus amigas y que no recuerda el trayecto hacia su casa por la avenida
Pío XII, debido a la ingesta de alcohol. Preguntado por cuánto bebió la
noche del 6 de julio, señaló que pudo ser una
cerveza, más de un cubata de ron y algún chupito de tequila, hasta algo
más de las 4 de la madrugada. Negó que tomara drogas. No obstante, la defensa señaló que en los análisis dió
positivo en el consumo de anfetaminas. Insistió en que "jamás" las ha
tomado conscientemente.
Sus recuerdos al lado de Laffage,
expuso, comienzan de forma puntual llegando a su domicilio en Sancho
Ramírez, "tengo una imagen pero no estoy seguro". "He intentado
comprender lo que pasó, sufro mucho por este tema", dijo, y expuso que iban en "actitud cariñosa" pero que apenas tiene en mente lo
que ocurrió. "Tengo recuerdo de haber empezado una relación muy fogosa",
dijo. Yllanes señaló que le rompió la ropa interior y que tiene
recuerdo de que la joven le pidió detener. "No recuerdo su voz diciéndolo
pero sí que lo dijo, estaba resultando violenta la relación", el contacto era "muy apasionado".
"Tengo entonces un recuerdo muy marcado, como un cambio
de dirección de la situación, que no estábamos a lo que íbamos", expuso no recordar golpearla ni querer seguir con la relación. Tuvo la sensación de que todo ocurrió en muy poco espacio
de tiempo. "Cuando sé que es un periodo de tiempo tan prolongado no soy
capaz ni de recordar ni de suponer qué ha podido pasar en ese periodo
de tiempo", añadió.
Preguntado por qué no dejó irse a la joven del piso,
Yllanes señaló que "quizás quería acabar las cosas con cordialidad".
"Parecía que no nos entendíamos, que no estábamos en la misma sintonía",
dijo. "No me gusta irme enfadado con nadie, ni dejarme de hablar,
quería arreglarlo, una relación cordial", eso pudo desencadenar una actitud agresiva. "No sé como fue", tampoco recordó la llamada de Nagore a Sos Navarra.
Aunque son muchas las lagunas que Yllanes dijo
sobre todo lo ocurrido, manifestó que "cualquier tipo de emoción tan
fuerte, como tener un cuerpo sin vida al lado, es un estímulo importante
para activarle a uno el razonamiento". Y así, haberle cortado los dedos a la víctima y haberla arrastrado el cadáver debajo de la cama. No recordaba haber limpiado todo, sí de haber
"echado algún chorro de desinfectante".
El primer contacto entre ellos se sitúa ese
día a esa hora en la calle Pedro I de Pamplona, donde José Diego Yllanes
se encuentra hablando con tres amigas de Nagore Laffage. En la sesión judicial, se exhibieron vídeos obtenidos de diferentes entidades
bancarias y edificios y en los que se pudieron ver a los dos jóvenes
dirigiéndose al piso de Sancho Ramírez, a partir de las 10. 56 horas, en la Clínica
Universitaria y en las calles aledañas.
Se reprodujo además la llamada que realizó la víctima a Sos Navarra, en la que apenas se
escucha a la joven por lo que la telefonista le pidió que hablara más alto,
así como la llamada, ya por la tarde, de una persona avisando también a
Sos Navarra de que ha encontrado un cadáver en el paraje de Orondritz,
llamada que fue derivada a la Policía Foral. Se reprodujo asimismo la
llamada del padre del asesino a la Policía, en la que avisó que había
encontrado a su hijo en Sorogáin y en la que el agente le pidió que no
tocara el vehículo en el que su hijo había trasladado el
cadáver. Posteriormente, se exhibieron imágenes del cuerpo de la
víctima, de las que el juez advirtió a los asistentes de su crudeza.Jose Diego Yllanes sólo cumplió 9 años de condena de los 20 a los que se ejecutó la sentencia,salió libre el 24 de noviembre del 2017 con la condicional.
2 comentarios:
Totalmente de acuerdo. Este tipo de psicopatologías, se pueden controlar con medicación y vigilancia pero no se curan. Aunque los casos que ocurren son muy sonados,hay muchos enfermos que nunca llegan al estadio final de cometer un crimen. No obstante, los que sí los llegan a cometer y son detenidos y probadamente juzgados y condenados, no deberían volver a tener contacto ni en prisión ni con el resto de la sociedad. Llegados a tal punto ya son bombas de relojería e imprevisibles a cualquier estimulo real o figurado de la posible víctima.
Gracias y bendiciones por su comentario estimado Frank, en este caso, incluso el sujeto está ejerciendo la psiquiatría en su consulta totalmente Impune, de cara a la sociedad y exponiendo su probable impulsividad a las personas que trata.
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