Vivimos en tiempos de crisis aguda en todos los aspectos,educacional,social,política y la mas grave de todas , de protección y seguridad ante los corruptos,delincuentes y asesinos que campan a sus anchas por las calles en libertad mientras las víctimas yacen bajo tierra, en hospitales y con secuelas irreversibles,inocentes y personas de hechos menores,encarcelados.
El caso que aquí les muestro es uno de los cientos de miles que últimamente en la reciente historia de España ha tenido lugar,por no detallar también los de los sucesos de violencia de género que cada dia se cobran víctimas en todas las partes del mundo.
Begoña Bohoyo falleció en San Sebastián el 4 de enero de 2006 tras ser golpeada brutalmente durante tres días por su pareja en Hendaya,pero antes su asesino fue condenado a 7 meses y 15 días de cárcel por agredir a la mujer el 20 de abril de 2005. La vista por ese episodio de violencia se celebró a puerta cerrada en el Juzgado de lo Penal número 3 de la capital guipuzcoana. El acusado reconoció los hechos y las partes llegaron a un acuerdo para castigarle por un delito de maltrato no habitual.
La agresión se produjo en la tarde del 20 de abril del 2005, cuando Begoña Bohoyo acudió al domicilio de la pareja en Lasarte-Oria y le comunicó a Patxi Xabier Aramburu su intención de abandonar la vivienda e irse a un piso de acogida. El hombre se enfureció y en el transcurso de la discusión entre ambos, insultó y propinó dos patadas en una pierna a la mujer.
Pero cuatro testimonios y las pruebas periciales de criminólogos bastaron para poner en evidencia la endeblez de Patxi Xabier Aramburu, el autor del homicidio de la pasaitarra Begoña Bohoyo, muerta el 4 de enero del 2006 tras ser secuestrada durante tres días por su pareja en un apartamento de Hendaya en el que ambos residían y por las reiteradas palizas. Kattalin y Ana Bohoyo, hermanas de la víctima, manifestaron en su dia al tribunal de la Audiencia Nacional que juzgaba al acusado que el mismo día en el que fue ingresada en el Hospital Donostia pudieron hablar con Begoña. «El aspecto que tenía era horroroso. Estaba en la UVI y habilitaron un espacio para estar con ella. Estaba en la cama, con la cara llena de hematomas y la nariz rota. Verla fue un shock. Nos dijo que lo había hecho Patxi Xabier», explicó Ana Bohoyo.
Lo que nadie entiende es por qué a un maltratador reincidente y peligroso,no lo encarcelaron de por vida. Begoña Bohoyo, con 40 años, falleció el 4 de enero del 2006 en la UVI del Hospital Donostia después de que hubiera permanecido tres días secuestrada por Patxi Xabier Aramburu.La mujer logró escapar el 30 de diciembre del 2005 de la casa y fue trasladada por un vecino a la comisaría de la Policía Autonómica de Irun, desde donde fue llevada al Hospital del Bidasoa. Los facultativos que le atendieron en el centro sanitario constataron múltiples contusiones, fracturas en tres costillas, una de ellas perforó el pulmón. Asimismo, sufrió la rotura de los huesos de la nariz.
Durante el juicio, una de las hermanas de la víctima explicó que las relaciones entre Begoña y el acusado habían sido «tormentosas. La hermana relató que el 30 de diciembre de 2005 el acusado llamó a la casa de su madre para manifestarle que se iba a llevar a la niña. «Mi hermana nunca se separaba de su hija y cuando le explicó que la iba a dejar, mi madre se extrañó. Le respondió que no se la llevara y le preguntó por Begoña. Él contestó que se había ido. Aquello le preocupó sobremanera a mi madre y nos llamó. Fuimos a su casa y cuando llegamos recibimos una llamada de la Ertzaintza. Los policías estaban con Begoña en el Hospital de Irun. Pudimos hablar un instante con ella, pero sólo lloraba y nos pedía ayuda», relató la hermana.
«Nos dijo que llevaba tres días encerrada en casa, sin poder salir, sin poder llamar por teléfono. Que todo había comenzado después de que su pareja hubiese comenzado a beber. Repetía, 'me ha pegado, me ha pegado'. Pero mi hermana no quería que hiciésemos nada contra él. Decía que tenía a la niña con él y temía que le pudiese suceder algo. Por ello nos pedía que no actuásemos contra él. Si la niña no hubiese sido de él, habría matado a mi hermana antes», precisó.
En las horas y días posteriores al ingreso, la víctima habló a sus familiares de otros detalles de la agresión. «Decía que no sabía de 'dónde me venían las hostias', ella hablaba así», se justificó la hermana ante el tribunal. «Comentaba que se había vuelto loco, que le daba puñetazos, patadas, que le machacó. Nos contó también que le había agredido en la cabeza con un cincel. Lo cierto es que tenía cantidad de chichones. Nos dijo que le dio tantas patadas que incluso llegó a romper la bota y que cuando vio el desperfecto en el calzado, le volvió a golpear», señaló Kattalin Bohoyo. Las hermanas explicaron que la víctima aprovechó un descuido del acusado para huir de la vivienda. «Creo que él se fue un momento con la niña, a vestirla o a qué, y ella huyó».
El testimonio de Ana y Kattalin Bohoyo fue corroborado por dos agentes de la Ertzaintza. Uno de los policías indicó que fue la víctima quien les manifestó que el autor de las lesiones había sido su pareja. «Nos dijo que le había golpeado repetidas veces ». El agente recordó que la mujer les hizo saber que había permanecido varios días encerrada en casa «y que pudo zafarse y pedir ayuda a un vecino. Me dijo que el agresor le había propinado multitud de patadas, puñetazos y que incluso le empujó escaleras abajo».
Patxi Xabier Aramburu, negó todas las imputaciones. Manifestó que nunca le puso la mano encima a Begoña Bohoyo y que todas las lesiones que presentaba fueron como consecuencia de dos caídas, una de moto y otra desde las escaleras de casa, declaró que ella misma se autolesionó.
El inculpado se mostró reticente a declarar y se negó a contestar a las preguntas que le formularon, al considerar que se invadían ámbitos privados. No obstante, Patxi Xabier se declaró inocente. Manifestó que, en la fecha en la que ocurrió el hecho, la relación entre ambos era buena. El acusado explicó que se desencadenó a raíz de un accidente de moto que sufrió Begoña y una caída en las escaleras de casa. Señaló que como consecuencia de los percances no pudo acudir a su trabajo. Explicó que para ella su ocupación laboral era muy importante y que al conocer que no le iban a prorrogar el contrato, sufrió un trastorno. Dijo que en las horas siguientes bebió, causó desperfectos en el mobiliario de la casa y que incluso de autolesionó con unos cristales.
El acusado manifestó que nunca la agredió ni le empujó por las escaleras. Señaló que su pareja tenía plena movilidad y que jamás la retuvo en contra de su voluntad. Indicó que tenía total libertad para llamar por teléfono. Patxi Xabier manifestó que si no la llevó al médico es porque tenía el coche averiado y no podía hacerlo con la moto. No obstante, recordó que había ido al ambulatorio de Pasaia para pedir medicinas que calmaran la molestias de Begoña. Palabras que contrastan sobremanera entre las partes pero que los informes forenses apoyaban las cronologías de las heridas que provocaron la muerte a Begoña, y aquí entra la pregunta que tantas veces hemos reclamado, por qué no encarcelan a los delincuentes y asesinos a cadena perpétua , sabiendo científicamente que todos llegan a la reincidencia? , conclusión, falla el sistema educacional y el judicial.
No hay comentarios:
Publicar un comentario