José Enrique Abuín Gey, alias El Chicle, mintió en todo lo relacionado con la muerte de Diana Quer , desde
que se le tomó declaración todavía como testigo meses después de la
desaparición de la joven madrileña hasta meses después de su detención el 29 de diciembre del 2017. Y se siguió confirmando tras más de seis horas de reconstrucción, labor realizada el 15 de junio del 2018,para aclarar cómo actuó en la noche del
crimen.
"Lo que se revela es que miente compulsivamente", afirmó categóricamente uno de los criminólogos que trabajó en la asistencia a la chica víctima del rapto fallido en la localidad de Boiro . Asistió a la reconstrucción junto a la abogada de El Chicle, la fiscal del caso y el juez instructor, Félix Isaac Alonso y concluyó que el contraste de lo que él dice pone sobre la mesa "múltiples contradicciones" y revela que no dice la verdad sobre sus andanzas aquella noche.
La prueba judicial se centró en dos escenarios ya conocidos, 1- el paseo de A Pobra do Caramiñal dónde la abordó y 2- la nave abandonada de Rianxo en la que tiró el cadáver al fondo de un pozo. Sin embargo, entró en escena una tercera ubicación hasta la fecha no estudiada y a la que de todas formas, los investigadores no daban demasiada credibilidad.
Ese nuevo escenario se sitúa en otro municipio coruñés diferente, Padrón, al que la comitiva judicial y de la Guardia Civil se dirigió tras revisar las otras dos ubicaciones. Al término de la reconstrucción, en su declaración, el Chicle explicó que se deshizo allí, en un punto al lado de la carretera nacional N-550, de varios elementos que nunca han aparecido y que se trata de la ropa de la joven.
El Chicle reconoció que antes de tirar el cadáver de Diana Quer al pozo en el que permaneció casi 500 días, la había desnudado y había quemado la ropa, pero nunca se han localizado ni esas prendas ni los restos de haberlas destruido. El viernes 15 de junio del 2018 durante la reconstrucción de los hechos relató que aquella noche del 22 de agosto de 2016 su periplo terminó en Padrón y hasta allí se dirigió la comitiva judicial, que movilizó a más de 40 efectivos de la Guardia Civil. A pesar de haber recorrido la zona señalada por el asesino, " no se encontró nada". Tras peinar ese punto de Padrón, el amplio operativo desplegado se dio por terminado y 'El Chicle' regresó a los juzgados de Ribeira sobre las 16.30 horas. Había llegado a las 9.55 horas procedente de la prisión pontevedresa de A Lama en la que permanece en prisión y hasta allí lo llevaron de nuevo. Cuando el furgón abandonó de nuevo los juzgados, se dio por finalizada las pruebas cuyos resultados y las partes ya no tienen demasiadas esperanzas de que aporte conclusiones reveladoras. Él colaboró con explicaciones detalladas de su versión de aquella noche, pero el resto de las partes aclararon que ese afán colaborativo no es señal de que cuente lo que realmente ocurrió, sino que intenta afianzar la última versión aportada de los hechos.
Desde su detención el 29 de diciembre del 2017, El Chicle aportó varias versiones distintas a los investigadores y en la que había sido su única declaración ante el juez, el 4 de mayo del 2018, una más también diferente. El viernes 15 de junio se ciñó a ese último relato de mayo, aquella noche estaba robando gasóleo en los camiones de los feriantes que habían ido a las fiestas patronales de A Pobra do Caramiñal cuando le sorprendió Diana y ahí empezó a escribirse esta trágica historia.
La Fiscalía y la familia de Diana Quer habían pedido esa reconstrucción "para contrastar las declaraciones", las han ido perfilando y adaptando a los datos que se hicieron públicos durante la instrucción. Primero dijo que la atropelló ,pero la autopsia reveló que había muerto por estrangulamiento, entonces el Chicle cambió la versión y habló de que la había estrangulado de manera involuntaria.
Con documentación por analizar, "de un mero contraste simple y llano" los criminólogos especialistas deducen que no da el resultado concluyente, sino que les ha dió "vueltas turísticas" por la comarca del Barbanza que no coinciden con la realidad de aquella noche.
Para intentar dar más veracidad a la reconstrucción se utilizaron dos maniquíes que simulaban el cuerpo de Diana en el lugar dónde la abordó y cuando la tiró al pozo, se recreó la forma en la que él relató que estaba robando gasóleo e incluso se usaron cuerdas para reemplazar las bridas que él usó para inmovilizar a la chica.
El Chicle llevó a los investigadores a un punto de A Pobra do Caramiñal distinto al que se había encontrado como origen de todo, otra muestra más de su psicopatía llena de mentiras compulsivas. Los investigadores concluyeron que la había abordado en un punto al final del paseo marítimo de la localidad de veraneo de la familia Quer. Ese viernes 15 de junio durante la reconstrucción les llevó hasta un lugar diferente, muy próximo, se trataba de la parte trasera de unas naves abandonadas en las que esa noche de agosto estaban instalados los feriantes.
La Guardia Civil estableció un perímetro de seguridad tanto en A Pobra como en Rianxo para intentar que la prensa no se acercase a la reconstrucción y se utilizó un panel de aluminio para evitar que los movimientos de El Chicle se distinguieran, pero se pudo ver cómo él cogía las garrafas y cómo metía un cuerpo/maniquí en el maletero.
Podemos deducir que su relato no tiene ninguna credibilidad, pues para que Diana Quer hubiera llegado hasta allí habría tenido que desviarse bastante del camino habitual para volver a su casa de veraneo y haberse adentrado en un callejón oscuro en aquellas horas de la madrugada, en la calle Venecia de A Pobra, se me antoja del todo muy surrealista.
La madre y la hermana de Diana, Diana López-Pinel y Valeria Quer, no quisieron perderse las pruebas y se desplazaron desde Madrid para acercarse hasta el fin del paseo marítimo de A Pobra, una zona habitualmente solitaria y sólo frecuentada por quienes la utilizan para pasear o hacer deporte, pero que ese viernes 15 de junio era un hervidero de medios de comunicación como consecuencia de las reconstrucciones judiciales y policiales se estaban llevando a cabo, ellas no pudieron llegar hasta el punto en el que El Chicle estaba reconstruyendo los hechos, pero sí aproximarse.
Ambas vivieron momentos emocionalmente delicados y la tensión se reflejó en sus rostros, tras ser recibidas por la Policía Judicial de la Guardia Civil de A Coruña, que departieron con ellas breves minutos, se fundieron en un abrazo mientras miraban al fondo el punto en el que la joven de Pozuelo de Alarcón encontró su final con tan sólo 18 años.
Una vez que se pusieron al día de las novedades, abandonaron la zona en dirección a su casa de veraneo, en la que ambas dormían aquella noche mientras Diana Quer disfrutaba de una noche de ocio con sus amigos en las fiestas patronales de A Pobra do Caramiñal. Valeria se mostró especialmente afectada y ambas evitaron hablar con los medios de comunicación, a los que Diana madre pidió "no, hoy no".
Sí reconoció que fueron allí porque querían "verle la cara al asesino" de su hija y una vez que lo tuvieron a tan solo unos metros, se encontró con que "tener tan cerca al asesino de mi hija es muy duro".
"Lo que se revela es que miente compulsivamente", afirmó categóricamente uno de los criminólogos que trabajó en la asistencia a la chica víctima del rapto fallido en la localidad de Boiro . Asistió a la reconstrucción junto a la abogada de El Chicle, la fiscal del caso y el juez instructor, Félix Isaac Alonso y concluyó que el contraste de lo que él dice pone sobre la mesa "múltiples contradicciones" y revela que no dice la verdad sobre sus andanzas aquella noche.
La prueba judicial se centró en dos escenarios ya conocidos, 1- el paseo de A Pobra do Caramiñal dónde la abordó y 2- la nave abandonada de Rianxo en la que tiró el cadáver al fondo de un pozo. Sin embargo, entró en escena una tercera ubicación hasta la fecha no estudiada y a la que de todas formas, los investigadores no daban demasiada credibilidad.
Ese nuevo escenario se sitúa en otro municipio coruñés diferente, Padrón, al que la comitiva judicial y de la Guardia Civil se dirigió tras revisar las otras dos ubicaciones. Al término de la reconstrucción, en su declaración, el Chicle explicó que se deshizo allí, en un punto al lado de la carretera nacional N-550, de varios elementos que nunca han aparecido y que se trata de la ropa de la joven.
El Chicle reconoció que antes de tirar el cadáver de Diana Quer al pozo en el que permaneció casi 500 días, la había desnudado y había quemado la ropa, pero nunca se han localizado ni esas prendas ni los restos de haberlas destruido. El viernes 15 de junio del 2018 durante la reconstrucción de los hechos relató que aquella noche del 22 de agosto de 2016 su periplo terminó en Padrón y hasta allí se dirigió la comitiva judicial, que movilizó a más de 40 efectivos de la Guardia Civil. A pesar de haber recorrido la zona señalada por el asesino, " no se encontró nada". Tras peinar ese punto de Padrón, el amplio operativo desplegado se dio por terminado y 'El Chicle' regresó a los juzgados de Ribeira sobre las 16.30 horas. Había llegado a las 9.55 horas procedente de la prisión pontevedresa de A Lama en la que permanece en prisión y hasta allí lo llevaron de nuevo. Cuando el furgón abandonó de nuevo los juzgados, se dio por finalizada las pruebas cuyos resultados y las partes ya no tienen demasiadas esperanzas de que aporte conclusiones reveladoras. Él colaboró con explicaciones detalladas de su versión de aquella noche, pero el resto de las partes aclararon que ese afán colaborativo no es señal de que cuente lo que realmente ocurrió, sino que intenta afianzar la última versión aportada de los hechos.
Desde su detención el 29 de diciembre del 2017, El Chicle aportó varias versiones distintas a los investigadores y en la que había sido su única declaración ante el juez, el 4 de mayo del 2018, una más también diferente. El viernes 15 de junio se ciñó a ese último relato de mayo, aquella noche estaba robando gasóleo en los camiones de los feriantes que habían ido a las fiestas patronales de A Pobra do Caramiñal cuando le sorprendió Diana y ahí empezó a escribirse esta trágica historia.
La Fiscalía y la familia de Diana Quer habían pedido esa reconstrucción "para contrastar las declaraciones", las han ido perfilando y adaptando a los datos que se hicieron públicos durante la instrucción. Primero dijo que la atropelló ,pero la autopsia reveló que había muerto por estrangulamiento, entonces el Chicle cambió la versión y habló de que la había estrangulado de manera involuntaria.
Con documentación por analizar, "de un mero contraste simple y llano" los criminólogos especialistas deducen que no da el resultado concluyente, sino que les ha dió "vueltas turísticas" por la comarca del Barbanza que no coinciden con la realidad de aquella noche.
Para intentar dar más veracidad a la reconstrucción se utilizaron dos maniquíes que simulaban el cuerpo de Diana en el lugar dónde la abordó y cuando la tiró al pozo, se recreó la forma en la que él relató que estaba robando gasóleo e incluso se usaron cuerdas para reemplazar las bridas que él usó para inmovilizar a la chica.
El Chicle llevó a los investigadores a un punto de A Pobra do Caramiñal distinto al que se había encontrado como origen de todo, otra muestra más de su psicopatía llena de mentiras compulsivas. Los investigadores concluyeron que la había abordado en un punto al final del paseo marítimo de la localidad de veraneo de la familia Quer. Ese viernes 15 de junio durante la reconstrucción les llevó hasta un lugar diferente, muy próximo, se trataba de la parte trasera de unas naves abandonadas en las que esa noche de agosto estaban instalados los feriantes.
La Guardia Civil estableció un perímetro de seguridad tanto en A Pobra como en Rianxo para intentar que la prensa no se acercase a la reconstrucción y se utilizó un panel de aluminio para evitar que los movimientos de El Chicle se distinguieran, pero se pudo ver cómo él cogía las garrafas y cómo metía un cuerpo/maniquí en el maletero.
Podemos deducir que su relato no tiene ninguna credibilidad, pues para que Diana Quer hubiera llegado hasta allí habría tenido que desviarse bastante del camino habitual para volver a su casa de veraneo y haberse adentrado en un callejón oscuro en aquellas horas de la madrugada, en la calle Venecia de A Pobra, se me antoja del todo muy surrealista.
La madre y la hermana de Diana, Diana López-Pinel y Valeria Quer, no quisieron perderse las pruebas y se desplazaron desde Madrid para acercarse hasta el fin del paseo marítimo de A Pobra, una zona habitualmente solitaria y sólo frecuentada por quienes la utilizan para pasear o hacer deporte, pero que ese viernes 15 de junio era un hervidero de medios de comunicación como consecuencia de las reconstrucciones judiciales y policiales se estaban llevando a cabo, ellas no pudieron llegar hasta el punto en el que El Chicle estaba reconstruyendo los hechos, pero sí aproximarse.
Ambas vivieron momentos emocionalmente delicados y la tensión se reflejó en sus rostros, tras ser recibidas por la Policía Judicial de la Guardia Civil de A Coruña, que departieron con ellas breves minutos, se fundieron en un abrazo mientras miraban al fondo el punto en el que la joven de Pozuelo de Alarcón encontró su final con tan sólo 18 años.
Una vez que se pusieron al día de las novedades, abandonaron la zona en dirección a su casa de veraneo, en la que ambas dormían aquella noche mientras Diana Quer disfrutaba de una noche de ocio con sus amigos en las fiestas patronales de A Pobra do Caramiñal. Valeria se mostró especialmente afectada y ambas evitaron hablar con los medios de comunicación, a los que Diana madre pidió "no, hoy no".
Sí reconoció que fueron allí porque querían "verle la cara al asesino" de su hija y una vez que lo tuvieron a tan solo unos metros, se encontró con que "tener tan cerca al asesino de mi hija es muy duro".
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