Francisco Javier Medina era el único acusado por el doble crimen de Almonte (Huelva), que tuvo lugar en abril del 2013: un padre y su hija, de ocho años, murieron tras recibir más de 150 puñaladas en su casa.
A Medina lo detuvieron algo más de un año después del asesinato, es decir en 2014. Pero en 2018 un jurado popular lo declaró No culpable. Tras el veredicto,
la magistrada presidenta del tribunal, Carmen Orland, procedió a dictar sentencia absolutoria y a decretar su puesta en libertad. El TSJA confirmó la sentencia por la que quedó en libertad sin ningún tipo de cargo.
Pasados cinco años las incógnitas continúan en esa localidad onubense que cuenta con algo menos de 25.000 habitantes. Crímen Scientia hace un repaso de lo que se conoce del caso hasta este momento:
1.- 27 de abril de 2013. Es sábado por la noche. Almonte se prepara para la Romería del Rocío. Miguel Ángel termina de ver un partido de fútbol con un amigo y después de esto, se mete en la ducha. Su hija María, de ocho años, espera para vestirse y salir juntos. Van a ir a cenar a una pizzería. Alguien entra en la casa y aún en el baño, llega el primer ataque. La niña —según la reconstrucción que hicieron los investigadores— sale de la habitación y al ver a su padre en peligro coge un cuchillo y trata de ayudarlo. Según la Unidad Central Operativa de la Guardia Civil, todo se desarrolló en diez minutos, entre las 21:52 y las 22:02 horas. Después del ataque, el asesino limpia el cuchillo y se lava las manos —aunque lleva guantes— en unas toallas.
Entretanto, una vecina escribe un mensaje a través de la aplicación de mensajería de WhatsApp a un amigo: "Qué miedo, niño. Están peleando al lado de mi casa. Una niña está gritando". Un hermano de esta mujer asegura que ha escuchado a un hombre con acento almonteño gritando a otro: "¡Hijo de puta! ¿Qué haces aquí? ¡Me tienes harto!".
2.- 29 de abril de 2013. El padre de Miguel Ángel se entera de que María no ha ido al colegio y averigua que su hijo tampoco ha ido a trabajar. Cuando éste va a la vivienda de Miguel Ángel, en la avenida de los Reyes de Almonte, halla los cuerpos de padre e hija, literalmente acribillados a puñaladas: un total de 151 cortes entre los dos con arma blanca. La niña se llevó la peor parte: 104 puñaladas.
3.- 24 de junio de 2014. La Guardia Civil detiene a un hombre de 30 años, natural de Almonte, por su presunta implicación en el doble crimen. Es Francisco Javier Medina, pareja sentimental de Marianela, madre y expareja de las víctimas. Tanto el fallecido como su exmujer y el detenido trabajaban juntos en el Mercadona de Almonte. Sobre las 12:00, Medina es trasladado a dependencias de la Guardia Civil después de varias horas de registro en su vivienda. Tras su detención, Medina entra en prisión.
4.- 6 de enero de 2015. Un auto del Juzgado de Primera Instancia de La Palma del Condado señala que la niña fue víctima accidental porque se encontraba en ese momento en la vivienda, pero que el agresor entró en la casa no para robar, sino para "matar al padre".
5.- Enero de 2016. Los informes elaborados por un perito contratado por la acusación particular revelan que el autor del doble crimen de Almonte regresó a la vivienda varias horas después de la muerte de padre e hija. Según los informes, el agresor hizo la cama después de que tuviera lugar la agresión, ya que la posición en la que se encontró la colcha no coincidía con la agresión. "Llegamos a la conclusión de que cuando se hizo la cama la sangre ya estaba coagulada".
4.- Julio de 2017. La defensa de Medina solicita al Tribunal Superior de Justicia de Andalucía la libertad provisional para su cliente, algo que ha venido haciendo en más de una ocasión.
5.- 6 de septiembre de 2017. Arranca el juicio contra Medina por el doble crimen. Sin embargo, hay muchas sombras que no se han logrado despejar, entre ellas, si Medina tuvo tiempo de llevar a cabo un asesinato de estas características en tan poco tiempo, ya que se le sitúa a las 22:08 en el Mercadona de Almonte, minutos después de la hora de la muerte de padre e hija.
6.- 6 de octubre de 2017. El portavoz del jurado popular que se encarga del caso de Almonte anuncia que tras la deliberación han decidido declarar no culpable a Medina. La magistrada presidenta del tribunal dicta sentencia absolutoria y decreta su puesta en libertad.
7.- 6 de noviembre de 2017. La Fiscalía de Huelva solicita, en un recurso de apelación contra la sentencia absolutoria de Medina, la repetición del juicio con un nuevo jurado popular. El Ministerio Fiscal, que solicitaba 50 años de prisión por dos delitos de asesinato, aprecia omisión o falta de motivación en la resolución, por lo que solicita anulación de la sentencia y celebración del juicio con nuevo tribunal.
8.- 01 de febrero de 2018. La Sala Civil y Penal del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA) confirma la sentencia de la Audiencia de Huelva por la que se le absuelve a Medina de los delitos de asesinato. Según reza en la sentencia del TSJA, el tribunal desestima los recursos presentados por el Ministerio Fiscal y la acusación particular, en los que solicitaban la nulidad de las actuaciones y la celebración de un nuevo juicio por falta de motivación del veredicto.
9.- 23 de febrero de 2018. La familia de las víctimas del doble crimen presentan un escrito ante la Fiscalía para solicitar una explicación ante la decisión de no recurrir al Supremo la sentencia absolutoria del único acusado.
10.- 19 de junio de 2018: La Fiscalía del Tribunal Supremo presenta un escrito en el que solicita a la Sala del Alto Tribunal que revoque la sentencia del TSJA sobre el crimen y que declare nulo el juicio celebrado ante el jurado popular y alega que estos ofrecieron una motivación insuficiente al no valorar pruebas de alto valor incriminatorio.
11.- 14 de diciembre de 2018: ¿Qué pasa con el cuchillo? Dos agentes de la Policía entregan un cuchillo hallado en una alcantarilla, aunque se desconoce aún su relación. Entretanto, el abogado que defiende a Medina sostiene que esta parte es "la primera interesada en que aparezca el arma homicida" del doble crimen, y eso y más cosas todavía no han aparecido.
¿Qué pudo ocurrir? Se abrieron una decena de líneas de investigación pero todas ellas se abandonaron cuando, en el segundo análisis genético de algunas de las prendas halladas en el lugar del crimen, se encontraron restos de ADN de Francisco Javier Medina, pareja desde hacía años de Marianela, la exmujer de Miguel Ángel Domínguez y madre de María, los dos asesinados. Los avances científicos en la investigación criminal están generando, han generado ya, un enorme monstruo, descontrolado, que, como ha sucedido en este caso de Almonte, es capaz incluso de suplantar a la lógica más elemental.
El principio básico que se impuso, y que merece una revisión urgente, es tan simple como absurdo: “el hallazgo de ADN es la prueba irrefutable de un asesinato”. Los científicos más prestigiosos, como el español José Antonio Lorente, han alertado de los errores fatales a los que puede conducir ese criterio, porque la ciencia puede encontrar muestras de ADN en los lugares mas recónditos, pero lo que no ha conseguido aún es determinar ni cómo ni cuándo se depositó en ese lugar. Con lo cual, el hallazgo de ADN en la escena de un crimen debe tomarse como un relevante indicio, pero no como una prueba concluyente.
Desde el mismo día que la Guardia Civil decidió detener a Francisco Javier Medina, todos los que le conocían sabían que no era el asesino. Lo sabían sus amigos y familiares pero, sobre todo, lo sabían sus compañeros de trabajo y su novia de entonces, Marianela, porque el día que se cometieron los asesinatos estuvo trabajando con ellos en el supermercado Mercadona hasta las diez de la noche, que fue la hora a la que se cometió el crimen. Marianela fue lo primero que dijo cuando la Guardia Civil le comunicó que el asesino era Francisco Javier, Fran, su pareja. “Eso es imposible”, repetía una y otra vez, pero los investigadores de la UCO de la Guardia Civil ya tenían una conclusión previa, sobre la que machacaban con una expresión singular: “Hemos encontrado ADN fresco”.
¿Fresco? ¿Acaso existe el ‘ADN fresco’, como una gota de sangre o un vaso leche? En fin, no es así, es una barbaridad científica, pero la cuestión es que a partir de una afirmación así lo que hicieron los investigadores de la UCO que investigaron el crimen de Almonte fue elaborar un cuadro de pruebas incriminatorias, por absurdas e ilógicas que pudieran resultar. Eran los agujeros negros de este proceso, tan grotescos como inexplicables y vergonzosos en profesionales de la talla de los que han pasado por este juicio, empezando por los investigadores, abogados y peritos, psicólogos o criminólogos, que han elaborados teorías 'ad hoc' para culpar a un inocente, y pasando obviamente por jueces y fiscales que en algún momento se han pronunciado sobre este caso y se han dejado llevar por esa misma corriente de una tesis absurda.
Pasados cinco años las incógnitas continúan en esa localidad onubense que cuenta con algo menos de 25.000 habitantes. Crímen Scientia hace un repaso de lo que se conoce del caso hasta este momento:
1.- 27 de abril de 2013. Es sábado por la noche. Almonte se prepara para la Romería del Rocío. Miguel Ángel termina de ver un partido de fútbol con un amigo y después de esto, se mete en la ducha. Su hija María, de ocho años, espera para vestirse y salir juntos. Van a ir a cenar a una pizzería. Alguien entra en la casa y aún en el baño, llega el primer ataque. La niña —según la reconstrucción que hicieron los investigadores— sale de la habitación y al ver a su padre en peligro coge un cuchillo y trata de ayudarlo. Según la Unidad Central Operativa de la Guardia Civil, todo se desarrolló en diez minutos, entre las 21:52 y las 22:02 horas. Después del ataque, el asesino limpia el cuchillo y se lava las manos —aunque lleva guantes— en unas toallas.
Entretanto, una vecina escribe un mensaje a través de la aplicación de mensajería de WhatsApp a un amigo: "Qué miedo, niño. Están peleando al lado de mi casa. Una niña está gritando". Un hermano de esta mujer asegura que ha escuchado a un hombre con acento almonteño gritando a otro: "¡Hijo de puta! ¿Qué haces aquí? ¡Me tienes harto!".
2.- 29 de abril de 2013. El padre de Miguel Ángel se entera de que María no ha ido al colegio y averigua que su hijo tampoco ha ido a trabajar. Cuando éste va a la vivienda de Miguel Ángel, en la avenida de los Reyes de Almonte, halla los cuerpos de padre e hija, literalmente acribillados a puñaladas: un total de 151 cortes entre los dos con arma blanca. La niña se llevó la peor parte: 104 puñaladas.
3.- 24 de junio de 2014. La Guardia Civil detiene a un hombre de 30 años, natural de Almonte, por su presunta implicación en el doble crimen. Es Francisco Javier Medina, pareja sentimental de Marianela, madre y expareja de las víctimas. Tanto el fallecido como su exmujer y el detenido trabajaban juntos en el Mercadona de Almonte. Sobre las 12:00, Medina es trasladado a dependencias de la Guardia Civil después de varias horas de registro en su vivienda. Tras su detención, Medina entra en prisión.
4.- 6 de enero de 2015. Un auto del Juzgado de Primera Instancia de La Palma del Condado señala que la niña fue víctima accidental porque se encontraba en ese momento en la vivienda, pero que el agresor entró en la casa no para robar, sino para "matar al padre".
5.- Enero de 2016. Los informes elaborados por un perito contratado por la acusación particular revelan que el autor del doble crimen de Almonte regresó a la vivienda varias horas después de la muerte de padre e hija. Según los informes, el agresor hizo la cama después de que tuviera lugar la agresión, ya que la posición en la que se encontró la colcha no coincidía con la agresión. "Llegamos a la conclusión de que cuando se hizo la cama la sangre ya estaba coagulada".
4.- Julio de 2017. La defensa de Medina solicita al Tribunal Superior de Justicia de Andalucía la libertad provisional para su cliente, algo que ha venido haciendo en más de una ocasión.
5.- 6 de septiembre de 2017. Arranca el juicio contra Medina por el doble crimen. Sin embargo, hay muchas sombras que no se han logrado despejar, entre ellas, si Medina tuvo tiempo de llevar a cabo un asesinato de estas características en tan poco tiempo, ya que se le sitúa a las 22:08 en el Mercadona de Almonte, minutos después de la hora de la muerte de padre e hija.
6.- 6 de octubre de 2017. El portavoz del jurado popular que se encarga del caso de Almonte anuncia que tras la deliberación han decidido declarar no culpable a Medina. La magistrada presidenta del tribunal dicta sentencia absolutoria y decreta su puesta en libertad.
7.- 6 de noviembre de 2017. La Fiscalía de Huelva solicita, en un recurso de apelación contra la sentencia absolutoria de Medina, la repetición del juicio con un nuevo jurado popular. El Ministerio Fiscal, que solicitaba 50 años de prisión por dos delitos de asesinato, aprecia omisión o falta de motivación en la resolución, por lo que solicita anulación de la sentencia y celebración del juicio con nuevo tribunal.
8.- 01 de febrero de 2018. La Sala Civil y Penal del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA) confirma la sentencia de la Audiencia de Huelva por la que se le absuelve a Medina de los delitos de asesinato. Según reza en la sentencia del TSJA, el tribunal desestima los recursos presentados por el Ministerio Fiscal y la acusación particular, en los que solicitaban la nulidad de las actuaciones y la celebración de un nuevo juicio por falta de motivación del veredicto.
9.- 23 de febrero de 2018. La familia de las víctimas del doble crimen presentan un escrito ante la Fiscalía para solicitar una explicación ante la decisión de no recurrir al Supremo la sentencia absolutoria del único acusado.
10.- 19 de junio de 2018: La Fiscalía del Tribunal Supremo presenta un escrito en el que solicita a la Sala del Alto Tribunal que revoque la sentencia del TSJA sobre el crimen y que declare nulo el juicio celebrado ante el jurado popular y alega que estos ofrecieron una motivación insuficiente al no valorar pruebas de alto valor incriminatorio.
11.- 14 de diciembre de 2018: ¿Qué pasa con el cuchillo? Dos agentes de la Policía entregan un cuchillo hallado en una alcantarilla, aunque se desconoce aún su relación. Entretanto, el abogado que defiende a Medina sostiene que esta parte es "la primera interesada en que aparezca el arma homicida" del doble crimen, y eso y más cosas todavía no han aparecido.
¿Qué pudo ocurrir? Se abrieron una decena de líneas de investigación pero todas ellas se abandonaron cuando, en el segundo análisis genético de algunas de las prendas halladas en el lugar del crimen, se encontraron restos de ADN de Francisco Javier Medina, pareja desde hacía años de Marianela, la exmujer de Miguel Ángel Domínguez y madre de María, los dos asesinados. Los avances científicos en la investigación criminal están generando, han generado ya, un enorme monstruo, descontrolado, que, como ha sucedido en este caso de Almonte, es capaz incluso de suplantar a la lógica más elemental.
El principio básico que se impuso, y que merece una revisión urgente, es tan simple como absurdo: “el hallazgo de ADN es la prueba irrefutable de un asesinato”. Los científicos más prestigiosos, como el español José Antonio Lorente, han alertado de los errores fatales a los que puede conducir ese criterio, porque la ciencia puede encontrar muestras de ADN en los lugares mas recónditos, pero lo que no ha conseguido aún es determinar ni cómo ni cuándo se depositó en ese lugar. Con lo cual, el hallazgo de ADN en la escena de un crimen debe tomarse como un relevante indicio, pero no como una prueba concluyente.
Desde el mismo día que la Guardia Civil decidió detener a Francisco Javier Medina, todos los que le conocían sabían que no era el asesino. Lo sabían sus amigos y familiares pero, sobre todo, lo sabían sus compañeros de trabajo y su novia de entonces, Marianela, porque el día que se cometieron los asesinatos estuvo trabajando con ellos en el supermercado Mercadona hasta las diez de la noche, que fue la hora a la que se cometió el crimen. Marianela fue lo primero que dijo cuando la Guardia Civil le comunicó que el asesino era Francisco Javier, Fran, su pareja. “Eso es imposible”, repetía una y otra vez, pero los investigadores de la UCO de la Guardia Civil ya tenían una conclusión previa, sobre la que machacaban con una expresión singular: “Hemos encontrado ADN fresco”.
¿Fresco? ¿Acaso existe el ‘ADN fresco’, como una gota de sangre o un vaso leche? En fin, no es así, es una barbaridad científica, pero la cuestión es que a partir de una afirmación así lo que hicieron los investigadores de la UCO que investigaron el crimen de Almonte fue elaborar un cuadro de pruebas incriminatorias, por absurdas e ilógicas que pudieran resultar. Eran los agujeros negros de este proceso, tan grotescos como inexplicables y vergonzosos en profesionales de la talla de los que han pasado por este juicio, empezando por los investigadores, abogados y peritos, psicólogos o criminólogos, que han elaborados teorías 'ad hoc' para culpar a un inocente, y pasando obviamente por jueces y fiscales que en algún momento se han pronunciado sobre este caso y se han dejado llevar por esa misma corriente de una tesis absurda.
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