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martes, 27 de junio de 2023

Negligencia Homicida en Mislata, A Cayetana y Vera les Arrebataron sus Vidas

Este es un suceso desgraciado en el que se necesita y se debe procesar a quiénes fueron los responsables,inductores negligentes y propietarios del trágico castillo hinchable que en aquella negra noche estaba dentro de la feria navideña en Mislata, localidad de Valencia. Una actuación negligente homicida en toda regla y en donde desde aqui quisiéramos enumerar punto por punto, subrayamos drásticamente de éstas actuaciones ya que no se trata de un caso aislado,mal que nos pese, porque ha sucedido más veces y si no se le pone remedio y se acatan normativas mas responsables con cambios de mejora y supervisión, éstas desgracias estarán ocurriendo más veces. A las 17:00 horas del día 4 de enero del 2022, la Feria de Mislata, en Valencia, abrió sus puertas como cada día de aquella Navidad. Había decenas de puestos y, entre todos ellos, destacaba un gran castillo hinchable, de color amarillo y azul, compuesto por varios módulos y decorado con animales. Su nombre era Humor Amarillo La Selva. El propietario de esa instalación no contó con un medidor de viento (anenómetro). Esa herramienta no es obligatoria pero consulta el parte meteorológico a través de su teléfono móvil con una aplicación. El día era inestable en la Comunidad Valenciana y se esperaban fuertes rachas de viento, pero no en la zona de Mislata. El feriante decidió encender las turbinas que hinchaban el castillo y el negocio siguió adelante. La tarde transcurría con normalidad. Los niños subían y bajaban apurando hasta el último momento. Era la víspera de la noche de Reyes y el recinto estaba lleno de personas procedentes de otros municipios del cinturón de Valencia dispuestas a pasar el día en familia. Poco antes de las ocho de la tarde, suena el silbato que indicaba el cambio de turno de la atracción. Era de noche, hacía bastante frío y empezó a soplar un poco más el viento. De repente, de “forma súbita”, se registró un remolino de viento con bastante intensidad que consiguió doblar la parte superior de las palmeras de la zona. El viento soplaba tan fuerte en ese momento que hasta se produjo una tormenta de arena. Unos segundos después, varios de los niños que estaban jugando lograron bajar, asustados, y refugiarse junto a sus padres. En ese mismo instante, la base del castillo se despegó del suelo desde la zona central. El resto de padres se acercaron “de forma apresurada” para sujetar la atracción al suelo. No lo consiguieron y salió volando, de derecha a izquierda. Una niña pequeña, Vera, de tan solo 4 años, salió disparada a más de 10 metros hasta caer junto a una tómbola. En ese momento hay muchísima confusión entre los padres y no acaban de comprender qué estaba pasando. Empezaron a llegar los servicios de emergencias. Había al menos una decena de menores heridos y los bomberos tuvieron que emplear un visor térmico para comprobar que no había menores atrapados. La madre de otra niña, Cayetana, de 8 años, buscó desesperada a su hija. Su segundo hijo estaba bien porque cayó de rodillas y lo tiene localizado. Unos segundos después, encontró a su hija en brazos de otra persona, Cayetana estaba convulsionando. Vera y Cayetana fallecieron en el hospital por las heridas causadas tras golpeare contra el suelo. Las familias de las dos niñas muertas en esa atracción y que fue un suceso que produjo una gran conmoción en Valencia, se personaron como acusación particular en la causa que investiga la tragedia. Piden justicia y nosotros los profesionales que luchamos por la disminución de delitos, también la exigimos.
El procedimiento lo tramita el Juzgado de Instrucción número 4 de Mislata y el informe que la Policía Nacional en el que el grupo de Homicidios reconstruye los hechos a partir de testimonios y pruebas donde se indica que el castillo hinchable estaba sujeto con cuerdas rotas y deterioradas,apoya los primeros puntos concluyentes sobre la situación de negligencia que provocó un acto homicida y por lo tanto,sus responsables tienen que someterse a ser procesados por la ley criminal. Las fotografías incluidas en el sumario muestran las cintas que se emplearon de anclajes. Estaban rotas, en mal estado, con nudos a mitad de cuerda y atadas a una farola y en árboles. Según los padres, en el lado derecho del hinchable no había ninguna sujeción, solo una cuerda suelta, éstos puntos vierten otras conclusiones más que se suman a las anteriores,lo que hace más grave el modo de actuación homicida por parte de los propietarios de la atracción. El informe de la Policía no es concluyente respecto a si el accidente podía haberse evitado y los agentes siguen investigando el suceso. Por el momento, el juzgado no ha ordenado ninguna citación, han confirmado fuentes judiciales pero el castillo hinchable está custodiado en un almacen por la Policía Nacional para evitar la alteración de pruebas. Este trágico suceso se evita revisando bien los materiales, regulando mejor sus normativas de supervisión, adaptación con elementos de calidad y con montaje profesional, de manera correcta y con vigilancia adulta en cada módulo de atracción. Lo primero que se encontró la Policía Nacional cuando realizó la primera inspección ocular fueron varios cableados tirados por el suelo que daban corriente eléctrica, entre otras cosas a los ventiladores del castillo. Los cables tenían varios empalmes, una circunstancia que generó las primeras discrepancias sobre el cumplimiento de la normativa,fundamento más que suficiente más llevar a procesar judicialmente a sus respectivos responsables.
Y es que el cableado estaba “por el suelo, a merced de la humedad, viento y otras inclemencias meteorológicas, así como al alcance de cualquier persona y niño que pasara por el lugar”. A continuación, los agentes se encontraron con la tómbola junto a la que cayó Vera. “Se observaron muchas salpicaduras de lo que era sangre en la parte baja del remolque destinada a juegos de tómbola, fruto de las graves lesiones que la menor sufrió al impactar primero en esa parte y después contra el suelo”, este informe fue trasladado por la Policía al juzgado. Del mismo modo, “se observó en el suelo, en la misma zona, lo que era un charco de sangre, pero como refregado”. A la Policía le llamó la atención que esta mancha hubiese sido limpiada por una “persona desconocida”, a pesar de que toda la zona estaba delimitada y vallada “con el fin de preservar el lugar de los hechos y así realizar las pertinentes inspecciones oculares”. Tenemos que deducir que a esa zona acudieron los sanitarios y familiares a socorrer a la menor. Ante estos hechos, los agentes, tras comprobar que la única persona que se encontraba presente en ese lugar era el encargado de la atracción, procedieron a su interrogatorio. El feriante se desentendió y aseguró que la sangre de Vera había sido límpiada por el personal del SAMU. Palabras poco creíbles ya que los sanitarios no tienen esas funciones de actuación.
Los agentes trasladaron que bajo ningún concepto se podía acceder a la zona delimitada por la Policía y que tampoco se podía tocar ni mover nada en las atracciones objeto de inspección. Los investigadores desconfiaron de su versión y con lo cual nos encontramos con otro punto que se suma para dar motivos mas que sobrados para el procesamiento judicial hacia los responsables de las negligencias homicidas. Una de las primeras personas a la que la Policía tomó declaración fue al técnico del Ayuntamiento de Mislata encargado de supervisar la atracción y que no hizo. El funcionario afirmó que, pese a lo dispuesto en la normativa, “no existe la obligación de comprobar la correcta instalación del castillo hinchable, e hizo referencia a una comunicación de la propia Generalitat Valenciana del año 2017”, toda una barbaridad ya que son revisiones hacia elementos donde van a interactuar personas menores de edad. La carta, aportada al sumario, solo indicaba “que el Ayuntamiento, si procediera, debería inspeccionar y comprobar la atracción instalada a los efectos de verificar la seguridad de la misma, por lo que no es obligatorio tal acto, ya que quien tiene que emitir el certificado final de montaje” es el ingeniero con el que habitualmente trabaja cada feriante. Nadie puso ningún reparo y la documentación técnica estaba en regla, sospechosamente mal documentada y desactualizada. El suegro del responsable de la atracción es el presidente de la Asociación Valenciana de Empresarios de Atracciones de Feria y Parques, un conocido feriante de la zona con el que comparte el negocio,otro agravante más. El feriante declaró a la Policía que solo percibió una racha de viento que logró voltear la atracción hacia unas camas elásticas “que, a su juicio, evitaron que no se elevara del todo el castillo hinchable”. Subrayó que “intentó acceder al interior de la atracción y, en vista de que no lo lograba, optó por cortar varias de las cuerdas que sujetaba el castillo a esas camas elásticas”. Actuación, otra más, de la irresponsabilidad efectuada y con mala praxis, ánimo de generar un daño mayor. Los padres de Vera declararon que no recordaban que había cuerda alguna que sujetase la atracción al suelo o mobiliario urbano. Al parecer, lo único que les impedía el paso por el lado derecho era un motor que suministraba el aire al castillo. La madre de Vera apuntó que recordaba haber entregado la ficha de acceso a un varón joven, de entre 18 y 20 años. Justo cuando su hija accedió a la atracción, empezó la desgracia. “En ese mismo instante el castillo hinchable se elevó de forma repentina y muy brusca por la parte delantera derecha”. De esa esquina derecha salía una cuerda que intentó agarrar con todas sus fuerzas para que el castillo no saliese volando con su hija dentro, “siendo imposible sujetarla”. Vió cómo su hija de 4 años salía despedida, impactando contra una tómbola situada a más de 10 metros de donde estaba instalada la atracción.
Los padres de Vera no vieron más cuerdas y declararon que nadie de la atracción salió a su ayuda. Solo observaron como uno de los feriantes se quedó con la muñeca de su hija y la colocaron dentro del mostrador de la tómbola. “En esos instantes, pudo ver como el varón que se encontraba unos minutos atrás en la atracción compuesta por una especie de tazas, recogía con total tranquilidad una caja de color rosa que contenía su muñeca y la introducía en el mostrador de la tómbola por su parte interior. La muñeca la portaba el padre y la había soltado cuando, tras acontecer los hechos, había ido a buscar tanto a su mujer como a su hija”, recoge el informe policial. Todas las familias adquirieron las fichas para las atracciones en dos casetas ubicadas en diferentes lugares de la feria y declararon que en ningún caso las fichas del castillo las compraran en la atracción. Por contra, el propietario de la atracción negó ante el grupo de Homicidios que un joven se encargara de recoger las fichas de acceso y dijo que era el único que controlaba el castillo. Una decena de testigos cuestiona esta versión y la Policía busca a este joven. A los padres de Cayetana les sorprendió que nadie controlara las atracciones de manera individual. “Les llamó la atención que no hubiera una persona controlando cada atracción, sino que era una sola persona a la que iba rotando por varias”. La madre de Cayetana, al igual que la de Vera, intentó sujetar con sus manos las esquinas de la atracción. Pero le fue imposible. Minutos después, la madre se encontró a una persona desconocida con su hija en brazos con Cayetana convulsionando. Tampoco observaron ningún tipo de anclaje ni cuerda que sujetara el castillo hinchable. La de Mislata es la mayor tragedia reciente ocurrida en un castillo hinchable en España. Existen muy pocos precedentes y los padres creen que hay responsabilidades penales y que el accidente se pudo haber evitado. La investigación será larga y difícil,pero los responsables deben caer con todo el peso de la ley criminal. Desde 2017, FACUA-Consumidores en Acción pidieron a los ayuntamientos españoles que realizasen las inspecciones para garantizar tanto la existencia de licencias como el correcto funcionamiento de las atracciones infantiles con el fin de evitar accidentes como este.
Del análisis de los accidentes registrados en los últimos años, se concluye “que la mayor parte de éstos se produce por un mal anclaje al suelo de las instalaciones, un excesivo aforamiento y la falta de supervisión por parte de un adulto”,y todo ésto se dió en Mislata. Consideramos que ninguna de estas carencias se puede resolver con una autorización previa, sino con un control efectivo del funcionamiento de las atracciones. Esta investigación debe determinar para que la omisión de estos controles n un castigo penal.

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