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jueves, 31 de agosto de 2023

El Caso Lola, Estremecimiento por Atroz Crímen de Niña en París

El estremecimiento por el asesinato de la niña de doce años, Lola Daviet, cuyo cadáver apareció el viernes 14 de octubre del 2022 en una maleta en la calle del barrio de Saint Dennis, en París. La pequeña fue abordada cuando ya había llegado al inmueble donde vivía tras acabar el colegio, situado a 200 metros, y nunca alcanzó a su piso. Dhabia Buhrauz, de 24 años y de origen argelino, se la llevó al sótano del edificio y allí consumó el asesinato. Dhabia Buhrauz «arrastró» a Lola Daviet hasta el apartamento de su hermana, que vivía en el mismo inmueble. Luego, la obligó a bañarse y después la violó. «La agarré del pelo, le metí la cabeza entre las piernas, tuve un orgasmo», aseguró en una información al medio francés Europe 1. Los investigadores aseguraron que no había «lesión traumática de la esfera sexual clitoriana».
No contenta con eso, la asfixió. Después se tomó un café, escuchó música y pasó a descuartizar el cuerpo en el sótano con unas tijeras y un cuchillo. La cabeza de la pequeña apareció desprendida del cuerpo. El macabro ritual continuó porque Dhabia admitió haber bebido sangre de la víctima tras ponerla en una botella. El informe de la autopsia recogió que la pequeña Lola Daviet tenía un cero y un uno escritos en rojo en la planta de los pies.La principal sospechosa colocó el cadáver en una maleta que luego apareció en el patio interior del edificio. La descubrió un vagabundo de 42 años. Además de Dhabia Buhrouz, también estuvo imputado otro hombre por haberla ayudado a transportar el cuerpo. Lola Daviet, nació el 18 de julio del 2010 en Béthune, estudiaba en el colegio Georges-Brassens de París y tenía 12 años en el momento del crimen. Sus padres, de Fouquereuil en el departamento de Paso de Calais, ejercían como conserjes del bloque de apartamentos de doce pisos donde residían, en el 119 rue Manin, en el XIX Distrito de París en Saint Dennis. La víctima era campeona nacional de aeróbic. Johan Daviet se preocupó por la tardanza de su hija al regresar del colegio Georges-Brassens, en el XIX distrito de París. Situado apenas a 300 metros de su casa, la niña iba y volvía a pie. El padre advirtió entonces a su esposa, Delphine, que fuera a denunciar la desaparición en comisaría, mientras él, tras interrogar al vecindario, visualizó las imágenes de videovigilancia del edificio, a las que tenía acceso en calidad de conserje.
Descubrió en las imágenes que Lola entró al edificio, a las 14:20 horas, fue abordada por una mujer que había entrado poco antes y desapareció en su compañía. A las 18:00 horas, su madre, Delphine Daviet, publicó un mensaje de alerta de secuestro en su cuenta de Facebook, con la descripción de la ropa de su hija, una foto de ella, así como una instantánea de las imágenes de circuito cerrado de televisión, en la que se veía a la mujer abriendo y accediendo al portal del edificio.
Después de rastrear dentro del edificio, la policía encontró en el tercer sótano del bloque, cinta adhesiva y un cúter. A las 23:30 horas, un sintecho informó a la policía de la presencia en la cercana calle de Hautpoul de dos maletas de viaje, colocadas junto a un baúl grande de plástico, que resultó contener un cuerpo oculto por telas y atado. Se trataba del cuerpo de Lola Daviet, que presentaba profundos cortes y punzadas en la garganta, al punto de estar casi decapitada, los números 0 y 1 escritos en las plantas de los pies, y la cabeza cubierta con cinta adhesiva. Las imágenes de las cámaras de videovigilancia identificaron a la mujer como Dhabia Buhrouz Benkired, que los investigadores convirtieron en la principal sospechosa. Era una indigente argelina sin trabajo ni hogar, nació el 2 de abril de 1998 en Argelia, llegó al país en mayo del 2016 con una visa de estudiante pero que se encontraba desde 2019, cuando esta caducó, en situación irregular en territorio francés. No tenía antecedentes penales y la policía la conocía sólo como víctima de violencia doméstica en 2018.
Viviendo con parientes y conocidos, se alojaba con su hermana mayor Friha Benkired, de 26 años, que vivía en el sexto piso del edificio donde también residía Lola Daviet y su familia. Según su hermana, Dhabia padecía trastornos mentales. Mostrándose insensible a lo que sufrió Lola, la asesina declaró: «Yo también fui violada y vi morir a mis padres frente a mí». Según un familiar, que la vio diez días antes, ella «había perdido un poco la cabeza», hablaba sola y, muy perturbada por la pérdida de sus padres, «se había descarriado, apostatando del Islam por el cristianismo evangélico». Aun así un examen conductual la declaró apta para permanecer bajo custodia policial. Fue arrestada por la policía fronteriza el 21 de agosto del 2022 cuando quiso tomar un avión. Al no tener un permiso de residencia válido, la joven tenía la obligación de salir del territorio como máximo en treinta días por sus propios medios ,es decir, antes del 21 de septiembre del 2022. Un hombre argelino de 43 años, Rachid Nasri, conductor de VTC, condujo a la asesina con el baúl conteniendo el cuerpo de Lola, a su apartamento ubicado a tiro de piedra de la estación de Bécon-les-Bruyères en Altos del Sena. Acusado de «ocultación de cadáver» fue puesto en libertad y puesto bajo supervisión judicial. Amine Konfoer, de 32 años, que había alojado a su amiga Dhabia Benkired la noche posterior al asesinato y estaba entre las seis personas detenidas como parte de la investigación sobre la muerte de Lola, no fue procesada. Sin embargo, también en situación irregular, desde el final de su custodia policial, tenía la obligación de abandonar el territorio francés, acompañada de la internación en un centro de detención administrativa en la región de París y, por lo tanto, debía ser devuelta a su país de origen, Argelia.
Tras testificar en noviembre del 2022, su hermana mayor, Friha Benkired, fue expulsada a Argelia en diciembre de 2022.

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