Joaquín Ferrándiz Ventura nació en Castellón en el año 1963. De su infancia y adolescencia poco se sabe, aunque si que siempre fue un chico normal, y nada hacía presagiar que con el tiempo se convertiría en un violador y asesino nato, que atemorizaría a toda la Plana.
Ximo, que así le llamaban sus amigos y más cercanas personas, era un individuo con un carácter tranquilo, nada agresivo, un tipo serio y aparentemente inteligente, muy trabajador y muy educado. Apuesto, y bien vestido. Por lo que muy alejado del prototipo de asesino que cualquiera de nosotr@s podríamos imaginar ahora mismo.
Con esta percha que la podéis comprobar en las fotografías, os podéis imaginar que no le resultaba nada difícil, que las chicas se acercaran a él. Aún así, era un asiduo consumidor de sexo de pago callejero.
En una de esas noches en la cuales a él le gustaba salir en busca de sexo gratis, conoció a una chica llamada Sonia Rubio, la cual acababa de llegar de estudiar en Inglaterra, y la cual a pesar de su juventud, ya había conseguido la titulación de profesora.
Aquella noche Joaquín despertó al violador y asesino en potencia que llevaba dentro...
Se acercó a Sonia tras cerrar la discoteca donde habían pasado una noche de fiesta y diversión, y aprovechando que ella lo conocía de vista, la invitó a que subiera a su coche, con el pretexto de acercarla hasta el portal de su casa.
Sonia fue la primera víctima mortal de Joaquín, y ella fue buscada por todo el mundo, y tardaron más de 4 meses en localizar su cadáver, el cual apareció en un acantilado de Oropesa del Mar, metido dentro de un saco de cemento.
En el año 1989, es decir bastante antes del asesinato de Sonia, Joaquín fue condenado como autor de un delito de agresión sexual, tras que una joven interpusiera una denuncia asegurando que había sido víctima de un abuso sexual por parte de un joven "guapo y con buena presencia", tal y como ella lo definió en la denuncia.
A raíz de esta violación, se supo el modus operandi de Joaquín, que consistía en provocar un accidente de tráfico, para de este modo asistir a la persona accidentada (chica joven, vulnerable y atractiva), fingir que está interesado en asistirla y llevarla al hospital más cercano al lugar del siniestro, y tras aceptar la potencial víctima, llevarla a un descampado para cometer el abuso sexual o violación.
Con esta forma y por esta forma de actuar, a Joaquín se le conoció como "El Quijote Violador".
Fue condenado por este delito, a 14 años de cárcel, a pesar de que su madre, vecinos, y amigos, en todo momento creyeron en la inocencia de él, y hasta hicieron campañas para que fuese puesto en libertad, ya que no creían a la denunciante.
Fue en abril del año 1995, cuando Joaquín quedó en libertad, tras obtener la condicional.
Tres meses después, las violaciones se convirtieron en asesinatos, y Sonia podría dar buena cuenta de ello, si la pobre pudiese volver a la vida y explicarnos la terrible historia por la cual tuvo que pasar, con este auténtico depredador de seres humanos, que no mató a más chicas, porque lo cazaron relativamente rápido...
Tras el gran alcance mediático que tuvo la desaparición de Sonia, su primera víctima mortal, Joaquín tuvo que cambiar de rumbo para cometer sus fechorías, y para ello eligió a las que probablemente sean las mujeres más vulnerables que puede haber en cualquier calle del mundo, en cualquier carretera, en cualquier ciudad, en cualquier pueblo, es decir, las meretrices.
De este modo él pensaba que iba a desviar la atención de los investigadores, y que nadie iba a vincular la muerte de Sonia con la muerte de sus otras víctimas,prostitutas de carretera...
Las 3 siguientes desdichadas que cayeron en manos de Joaquín Ferrándiz, fueron 3 prostitutas con nombres Natalia Archelós, Francisca Salas "Paquita", yMercedes Vélez. Sus 3 cuerpos sin vida, aparecieron en cequias muy cercanas a las carreteras donde ejercían la prostitución. Estas 3 muertes ocurrieron en un intervalo de tiempo muy corto, por lo que hizo sospechar a los investigadores como era lógico, con que era una misma persona la que estaba detrás de estas muertes.
Aún así, la policía pensó en todo momento, y dirigió sus investigaciones hacia los proxenetas de algunas de las chicas, como principales candidatos a ser el asesino de las mismas, ya que nadie podía sospechar de nuestro protagonista de hoy en la web, por lo comentado anteriormente.
Paralelamente a los asesinatos, y esto si es típico de la mayoría de asesinos en serie, Joaquín llevaba una vida completamente normal, incluso encontrando trabajo en una muy famosa compañía de seguros de coche, en el mismo día del asesinato de una de las chicas.
Así mismo tenía novia, una chica llamada Maite, que obviamente no sabía con quién se estaba acostando cada noche...
Durante un largo periodo de tiempo, Joaquín pareció haber abandonado sus fechorías, hasta que llegó el mes de julio del año 1996, cuando Maite decidió poner punto y final a su relación con "el asesino de Castellón".
En ese mismo mes y totalmente frustrado tras perder al amor de su vida, Joaquín volvió a la carga, y esta vez y tras pasar mucho tiempo desde el asesinato de Sonia, decidió que la elegida iba a ser una chica que estuviera de farra en una discoteca, y desgraciadamente así lo hizo...
La víctima, Amelia Sandra García, que reunía las mismas características que Sonia, se cruzó con él tras una noche de fiesta. Siguiendo el mismo modus operandi, de fingir un accidente pinchando previamente las ruedas del coche de la chica, para que esta posteriormente tuviera un accidente, y así él poder asistirla, para después aprovecharse sexualmente de ella, Joaquín cometió el que sería su quinto asesinato y último, pero no porque el quisiera que fuese el último, si no porque los investigadores finalmente le dieron captura...
El cadáver de esta chica, apareció en febrero de 1997, desnudo y flotando en un riachuelo.
Para ese entonces la policía seguía investigando las muertes de las prostitutas, y fue un camionero que a la vez hacía de chulo de una de las chicas asesinadas, el que fue detenido acusado de las muertes de las meretrices. Cuando Joaquín tuvo conocimiento de esta noticia, vista por televisión, decidió dejar de matar durante un tiempo, para no levantar ningún tipo de sospecha, y para que todas las culpas fuesen dirigidas hacia ese hombre, que si bien ejercía de proxeneta y por lo tanto era un delincuente, no se le podía acusar de matar a personas, ya que él no fue...
Esto comentado anteriormente, demostraba a la perfección que Joaquín era o es un hombre frío y muy calculador, y por supuesto con un nivel intelectual bastante importante y elevado.
Dos años estuvo el proxeneta en dependencias penitenciarias, hasta que fue puesto en libertad, por falta de pruebas. Fue en ese momento, cuando Joaquín comenzó a "comerse la cabeza", y mostró su ansiedad por volver a matar, tras varios meses en el "dique seco".
Esa ansiedad por volver a ejercer como depredador de féminas, fue la que le llevó a cometer numerosos errores, dada la precipitación que mostró, en sus intentos de asesinato posteriores a las muertes de las cinco chicas ya referenciadas.
En febrero del año 1998, cometió un error de bulto que hizo sospechar a los investigadores, los cuales poco tiempo después, pudieron comprobar los antecedentes penales de Joaquín, por asuntos relacionados con delitos de índole sexual.
A pie de calle, intentó forzar a una chica que paseaba por la zona, a que subiera a su coche, y para ello la agarró con fuerza de los brazos, y le tapó la boca. Sin embargo la chica logró escapar de sus fauces, y un vecino del lugar presenció los hechos, el cual posteriormente declararía en calidad de testigo. La chica denunció a Joaquín, y a partir de este momento se convirtió en el principal sospechoso de los crímenes de Castellón.
Todo se desencadenó en el verano de 1998 cuando intentó secuestrar a otra joven en la que previamente Ximo le deshinchó los neumáticos de su coche mientras la chica estaba dentro de la discoteca,cuando salió y se montó ,su coche tuvo un pequeño accidente y Joaquín que iba con su coche detrás de ella,fué a socorrerla invitándola a llevarla al hospital,pero Ximo no contaba con una sorpresa,los investigadores le habían visto maniobrar en las ruedas del coche de la chica y esperaron que ella saliese de la discoteca y que se subiera al coche y ver cómo actuaba Ximo,con lo que los investigadores lo detuvieron mientras estaba intentando convencer a la chica,con Joaquín detenido,ella había sido llevada a dependencias policiales y pudo denunciarlo ante la Comisaría por intento de acoso. Fue su final.
Con una orden de registro en la mano, la policía entró en su casa y localizó la misma cinta adhesiva con la que amordazó a Sonia Rubio. El 9 se septiembre de ese año sería detenido, confesó ser el autor de las 5 muertes y el 13 de enero de 2000 acabó siendo condenado a 69 años de cárcel.
Juan Salom, el fiscal que llevó el caso por la violación y asesinato de la profesora Sonia Rubio, de 25 años,la primera de las víctimas, destacó la «negligencia» en la falta de vigilancia y de control de la libertad condicional de Ferrándiz, condenado en 1990 a 14 años de cárcel por un delito de violación.
Ferrándiz cumplió algo más de cinco años de esa pena y en abril de 1995, después de dos meses en el tercer grado, obtuvo la libertad condicional. Pocos meses después secuestró, violó y asesinó a Sonia Rubio. Hasta su detención, sus vecinos y compañeros de trabajo de Castellón le conocían como un amable y educado vendedor de seguros.
El completo informe psicológico de Joaquín Ferrándiz, al que se le imputó la muerte de cinco mujeres, determina una personalidad psicopática a la que se añade una alteración de su personalidad de tipo esquizoide.
El informe, realizado por el psicólogo y criminólogo Vicente Garrido, indica que la personalidad psicopática se deriva de un deseo permanente de compensar un déficit en la capacidad de sentir el entorno. Garrido explica también que este tipo de personalidad provoca en el afectado la sensación de tener limitadas sus experiencias emocionales y sensoriales, lo que propicia un intento de desarrollar su comportamiento para compensar esta carencia.
Así, tras las numerosas visitas realizadas a Ferrándiz en la prisión de Castellón, el análisis de su psicología apunta a su dificultad por comprender el sentido último de sus actos, que le llevaron a asesinar a Sonia Rubio, de 25 años, Amelia Sandra García, de 22, Natalia Archelós, de 23, Francisca Sales, de 23, y Mercedes Vélez, de 28. Todas ellas asesinadas entre 1995 y 1998 y abandonadas en lugares poco transitados.
Vicente Garrido fue el criminólogo al que acudieron las fuerzas de seguridad para que elaborase un perfil del presunto asesino, que permanecía en libertad. Este perfil contribuyó de forma notable a la identificación y posterior detención de Joaquín Ferrándiz como supuesto autor de los cinco brutales crímenes.
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